26: Azabache (+18)

"Este lugar es perfecto" - dijo Mikoto mientras se relamía los labios.

Kurama simplemente guardó silencio mientras pensaba en el motivo por el cual había aceptado la propuesta de la mujer de cabello negro. Oh, no lo malinterpreten, Mikoto era hermosa, y ya había dejado en claro que tenía sentimientos por él, incluso Kushina la había aceptado, pero entre eso y aceptar el tener una relación física con la madre de su amigo eran dos temas apartes.

"¿Sucede algo?" - preguntó Mikoto mientras levantaba una ceja.

"Sí, muchas cosas" - respondió Kurama mientras soltaba un suspiro pesado porque a la par de sentirse un poco tenso con la situación, también se sentía mal porque era como si deseara liberar todo su estrés en el cuerpo de la mujer de cabello negro, lo cual no estaba bien en su libro.

"Siento que estás pensando demasiado las cosas, Kurama-kun" - dijo Mikoto mientras fruncía el ceño porque podía más o menos entender lo que el joven de cabello rojo estaba pensando - "Ven..."

Kurama simplemente siguió las instrucciones de la mujer, solo para sorprenderse al sentir nuevamente los labios de Mikoto sobre los suyos, solo que esta vez ella parecía desear devorarlo.

Los dos continuaron besándose por unos cuantos minutos más, hasta que Mikoto se separó porque no pudo contener más la respiración.

Kurama estaba con la mirada perdida porque si era honesto, este era el beso más emocionante que había tenido en su corta vida, a la par de que era el último clavo del ataúd.

"Ven, niño tonto ~" - dijo Mikoto con una sonrisa seductora mientras dejaba que el sentimiento que había germinado en su interior, empezara a apoderarse de su mente. Ella lentamente se dio media vuelta y se quitó los pantalones que tenía, solo para levantar su trasero y moverlo seductoramente.

Kurama sintió un nudo en su garganta mientras su masculinidad despertaba con furia ante tal escenario maravilloso, al punto de que lentamente él caminó detrás de la mujer e imitó su acción de quitarse la ropa.

"Estoy lista..." - murmuró Mikoto mientras se mordía el labio al ver el miembro duro del amigo de su hijo, solo para soltar un agudo gemido de placer al sentir cómo este entraba sin que ella pudiera oponer resistencia - "¡Oh ~"

Kurama apretó los dientes ante la sensación cálida de los pliegues de la vagina de Mikoto que estaban apretando su pene como si esta tuviera consciencia propia - "Mierda..."

"No tienes que contenerte, Kurama-kun, soy una mujer con experiencia" - dijo Mikoto mientras aguantaba las ganas de gemir, después de todo, a pesar de su corta edad, Kurama era ligeramente más dotado que su exesposo, al punto de que ella estaba deseosa del futuro porque el joven todavía no se había desarrollado por completo.

Kurama simplemente movió sus caderas salvajemente, haciendo que la mujer de cabello negro arqueara su espalda en éxtasis.

Sus manos lentamente se movieron ante los glúteos curvilíneos de la mujer, solo para darle una fuerte nalgada que resonó en el lugar, siendo seguida por un grito de placer mientras su vagina se contraía ligeramente.

Los ojos de Kurama brillaron ligeramente al ver que su accionar había tenido un resultado favorable, así que rápidamente empezó a darle nalgada tras nalgada.

"¡Oh ~!" - los gemidos de Mikoto eran cada vez más frecuentes mientras sentía cómo su mente se ponía en blanco ante el creciente placer. Ella nunca supo que algo tan simple como un golpe en su carnoso trasero sería tan placentero, y no era como si las sensaciones de esta nueva experiencia fueran tan sorprendentemente favorables debido a su poca experiencia - "¡Más fuerte, más duro ~!"

Kurama asintió mientras sus ojos brillaban con un extraño sentimiento salvaje mientras arrancaba la parte superior de la ropa de Mikoto, dejando al descubierto sus generosos pechos. Su deseo instintivo apareció nuevamente, el deseo de someter y reproducirse con esta mujer porque sentía que era un fino espécimen.

"¡Ah ~!" - Mikoto soltó un agudo gemido al sentir cómo el pene de su amante crecía en su interior, solo para liberar su líquido blanco en la parte más profunda de su vientre. Ella no se esperó que Kurama terminara tan rápido, aunque esto trajo una buena sorpresa, y esta era que el chico todavía seguía duro, lo que significaba que no estaba satisfecho.

Sin pensarlo más, Kurama empujó a Mikoto contra un árbol cercano y empezó a embestirla de la forma más animalista posible.

Mikoto estaba gimiendo descontroladamente mientras sentía como si fuera una hembra siendo usada como un método de liberación sexual, y aunque más de sentirse menos, ella estaba cada vez más cerca de su clímax, no porque encontrara placentero el ser denigrada, sino porque esta era la forma más primitiva de pasión.

Kurama la deseaba completamente, y ella estaba saboreando cada embestida y eyaculación que recibía. El protegido de su mejor amiga era una bestia, no importaba cuantas veces acabara en su interior, él seguía duro, llevándola al orgasmo, uno detrás del otro.

"¡Estoy a punto de correrme de nuevo, Kurama-kun ~!" - exclamó Mikoto mientras el chico la tomaba de los brazos y la embestía como un toro.

Kurama estaba también llegando a su límite, cada eyaculación lo llevaba más cerca a la cúspide de su clímax, algo que su amante parecía también estar experimentando.

"¡Córrete conmigo, Kurama-kun ~!" - dijo Mikoto mientras sentía cómo estaba cada vez más cerca de su clímax final - "¡Vamos ~!"

Kurama soltó un rugido lleno de todo lo negativo que estaba contenido en su interior, solo para liberarlo junto a su semen en el interior de la mujer de cabello negro, quien respondió con un agudo gemido de placer.

"¡Se siente tan lleno y caliente ~!" - gimió Mikoto mientras sentía cómo su cuerpo perdía todo atisbo de fuerza, cayendo junto a su amante, quien también estaba respirando con dificultad.

Kurama se retiró con dificultad del interior de la mujer de cabello negro azabache, solo para que desde allí empezara a escurrirse la mezcla de los dos clímax.

Mikoto soltó un último gemido distorsionado porque su garganta empezaba a dolerle luego de todo lo que había gritado al disfrutar de su primer encuentro sexual en años.

"¿Estás bien?" - murmuró Kurama con dificultad.

"Estoy cansada, siento el estómago pesado, y me duele la garganta de tanto gritar de placer" - respondió Mikoto con una voz ronca - "Al mismo tiempo, me siento mejor que nunca... es el mejor sexo que he tenido en toda mi vida, aunque siendo honesta, no hay mucho con lo que compararse"

Oh, no la malinterpreten, Kurama era una bestia y a pesar de su poca experiencia, era perfecto como compañero sexual, aunque ella no tenía derecho a mencionar nada relacionado con la experiencia, porque ella solo había tenido relaciones sexuales dos veces durante su matrimonio, debido a que ella parecía tener una gran fertilidad.

Y hablando sobre eso...

"¿Debería de usar el Jutsu para prevenir quedar embarazada?" - preguntó Mikoto mientras miraba al joven de cabello rojo.

Kurama se quedó en silencio, sin saber cómo responder ante esta pregunta que había salido de la nada, más cuando notó lo emocionada que estaba la mujer de cabello negro como la noche cuando mencionó la idea de quedar embarazada.

"¿Kurama-kun?" - dijo Mikoto mientras acariciaba su garganta porque todavía le dolía un poco.

"Voy a dejarlo a tu discreción" - respondió Kurama luego de pensarlo, después de todo, tener una amplia descendencia era una de las misiones que Hiruzen le había entregado cuando él fue puesto en el programa de reconstrucción de clanes.

Los ojos de Mikoto brillaron con mayor intensidad mientras una enorme sonrisa aparecía sobre sus labios. Era obvio que ella estaba emocionada de tener un bebé con la persona que amaba, a pesar de que estos sentimientos no eran originalmente suyos.

Oh, no la malinterpreten, ella amaba a sus dos hijos, es solo que ella siempre deseó tener una familia con el hombre que amaba, y ahora que podía hacerlo, no había forma de que no cumpliera con su sueño.

"¿Estás seguro de esto?" - preguntó Mikoto por segunda vez.

"Por supuesto que estoy seguro, además, se nota que tú también lo deseas" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza. Ahora que había dado este paso con Mikoto, no había forma de que él no deseara hacerla feliz, y si tener a su hijo era lo que ella más deseaba, no había forma de que él se negara a esa petición.

"¡Gracias!" - exclamó Mikoto con lágrimas en los ojos, solo para notar cómo la masculinidad del chico todavía estaba lista para la acción. Ella lentamente se mordió el labio mientras sus ojos se llenaban de un extraño brillo, muy diferente a lo que había pasado al principio - "Creo que es mejor que lo hagamos más veces porque es posible que todavía no esté embarazada"

Kurama sintió un escalofrío recorrer su espalda al notar la mirada feroz de la mujer de cabello negro azabache, solo para pensar que era mejor que empezara a entrenar su cuerpo y su resistencia, porque algo el decía que si esto continuaba así, él terminaría feliz, pero destruido físicamente.

"Aquí vamos de nuevo..." - murmuró Kurama al sentir que esto era lo mismo que había sucedido con Kushina.