29: Negro por fuera, rosado por dentro (+18)

"Ugh... me duele la cabeza..." - murmuró Kurama mientras abría lentamente los ojos, solo para notar que ahora él estaba en lo que parecía ser una habitación medianamente iluminada - "¿Dónde estoy?"

"En una de mis habitaciones secretas" - respondió Anko mientras aparecía delante del atrapado chico de cabello rojo, sonriéndole con una mirada que no podía ocultar la diversión que sentía - "Digamos que aquí es donde traigo a los idiotas que intentan sobrepasar ciertos límites..."

Kurama simplemente le dio una mirada en blanco, solo para observar los alrededores y palidecer al ver los juguetes de tan alto nivel que estaban esparcidos por todos lados - ". . ."

"Tranquilo, no planeo hacer nada riesgoso, porque Kushina-san me mataría" - dijo Anko mientras sentía un escalofrío recorrer su espalda, solo para sacudir la cabeza para dejar esos pensamientos de lado.

"No sabes cuán aliviado estoy de escuchar eso" - respondió Kurama mientras soltaba un suspiro al escuchar que no tendría nada dentro de su culo - "¿Puedes liberarme?"

"¿Y dónde está lo divertido en eso?" - dijo Anko, solo para ver cómo las cadenas se rompían con facilidad - "Nota mental, hablar con el hijo de puta que me vendió esas cadenas de mala calidad"

"¿Y ahora qué?" - preguntó Kurama mientras le daba una mirada neutral.

"Hmm, honestamente, no estoy segura" - dijo Anko mientras acariciaba su mentón, solo para saltar contra Kurama, quien rápidamente vio venir el ataque y la tomó del brazo, solo para arrojarla contra la cama cercana y saltar sobre ella.

Anko siseó como serpiente mientras se lamía los labios, notando cómo su excitación parecía estar aumentando al ser sometida, pensando que no estaba mal de vez en cuando ser la que recibía el ataque.

Kurama se le quedó mirando, solo para sentir ver cómo Anko se quitaba su agarre de forma tan rápida que parecía como si su cuerpo no tuviera huesos.

"Una de las ventajas de entrenar el Taijutsu de las serpientes, es que hace que tu cuerpo se mueva como una" - dijo Anko mientras le susurraba en el oído - "La flexibilidad es lo de menos"

Kurama podía sentir cómo su sangre empezaba a hervir, a la par de que sus pupilas se volvían animalistas.

Anko sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras se ponía en guardia, aunque su expresión cambió cuando un par de colas suaves atraparon sus extremidades - "¿Oh ~?"

La mujer de cabello morado estaba emocionada, esperando algo de acción, aunque su expresión cambió a una de irritación cuando vio cómo el chico parecía recuperar la compostura - ". . ."

Viendo que el agarre del chico empezaba a perder fuerza, Anko tomó al chico y lo sometió contra la cama, solo para disfrutar de la mirada sorprendida del chico, más cuando vio cómo la mujer de cabello morado empezaba a quitarse la parte superior de su ropa, mostrando sus enormes pechos, los más grandes que él había visto en su corta vida.

"Veo que estás disfrutando del paisaje" - dijo Anko mientras se lamía los labios, más cuando sintió cómo la masculinidad del chico parecía estar despertando - "Ahora la pregunta es... ¿Esta es tu primera experiencia con una mujer?"

Esta era una curiosa por parte de la mujer de cabello morado, después de todo, ella había estado trabajando hasta altas horas de la noche, al punto de que tenía que ir a dormir a una habitación entregada por el departamento de interrogación y tortura, así que no había tenido mucho tiempo para volver a casa, y no sabía lo que había sucedido durante los últimos días.

"Lo siento, pero no es la primera vez que hago algo con una mujer" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza.

"Tsk, tsk, tsk, y yo que esperaba hacerte despertar como hombre" - dijo Anko con un falso tono de indignación - "Eres un niño muy malo, Foxy-kun, y los niños malos merecen ser castigados ~"

Anko hizo un sello de manos, haciendo aparecer unas cadenas de supresión de chakra que Kushina le había creado a base de su Kekkei Genkai, y aunque no tan efectivas como ellas, eran perfectas para esta situación.

Viendo que el chico estaba atrapado, Anko se quitó la poca ropa que le quedaba, dejando a la vista su jardín secreto, el cual estaba ligeramente poblado por una pequeña capa del mismo color que su cabello, solo para quitarle los pantalones al chico, mostrando su erección, y haciendo que la mujer se mordiera el labio.

"¿Esta es tu primera vez, Anko-chan?" - preguntó Kurama al notar la expresión de la mujer de cabello morado, la cual era una mezcla de deseo y curiosidad.

"Sí" - respondió Anko mientras se encogía de hombros. Ella no tenía nada que ocultar, ni vergüenza por no tener experiencia, después de todo, ella estaba trabajando hasta altas horas de la noche, y durante su infancia y adolescencia estuvo entrenando en Uzushiogakure no Sato junto a la familia Uzumaki, así que su interacción con personas del sexo opuesto era mínima, y eso sin contar que su regla era que solo saldría con alguien que fuera más fuerte que ella - "Pero no tienes que preocuparte... ¿Ves ese juguete que está al lado de mi cama? Es el que me hace compañía cuando estoy frustrada"

"No necesitaba esa información" - dijo Kurama mientras le daba una mirada en blanco, solo para ver cómo la mujer de cabello morado estaba sobre él, poniendo su duro miembro en la entrada de su jardín secreto - "¿Así sin más?"

"No tengo ganas de juego previo, además, ya estoy mojada" - dijo Anko mientras se lamía los labios, solo para sentarse en el miembro del chico, soltando un agudo gemido de placer, a la par de que se corría.

Kurama se sorprendió de lo fácil que fue que Anko llegara al clímax, aunque luego recordó de que esta era su primera vez, una situación similar a la que él había pasado.

Los ojos de Kurama brillaron ligeramente mientras volvía a romper las cadenas que le aprisionaban, sorprendiendo a Anko, quien le reclamó porque ahora tendría que hablar con Kushina para reemplazarlas, aunque la expresión de la mujer cambió cuando sintió cómo las manos del chico se movían a sus caderas y empezaba a embestirla como una bestia.

Anko arqueó la espalda en éxtasis mientras el miembro del chico invadía cada vez más profundo su interior, llevándola a un clímax detrás de otro.

Kurama estaba maravillado al ver cómo las enormes tetas de Anko rebotaban constantemente en un movimiento hipnótico, así que sin pensarlo, acercó sus labios sobre esta y mordió su pezón, haciendo que la mujer volviera a llegar al clímax.

"Eres más sensible de lo que pensaba, Anko-chan" - dijo Kurama con una pequeña sonrisa porque este era un enorme contraste. Él honestamente pensó que Anko sería más salvaje, pero era todo lo contrario, en la cama, la mujer de cabello morado era como una señorita de clase alta.

"¡Ah ~!" - Anko soltó un gemido de placer mezclado con vergüenza mientras dejaba que el chico hiciera lo que quisiera con ella, lo que causó que su éxtasis aumentara a niveles inimaginables.

Nadie en Konoha hubiera pensado que la encantadora de serpientes, la mujer más sádica de toda la aldea, fuera alguien tan excitable y fácil de complacer por parte de su joven amante.

La sonrisa de Kurama creció mientras continuaba haciendo un desastre en el interior de la bella mujer de cabello morado, solo para darle una última estocada, liberando todo su líbido en su interior.

Anko soltó un agudo gemido de placer mientras era llenada con el semen de su joven amante, aunque su expresión cambió a una de perplejidad cuando sintió cómo el pene del chico todavía estaba listo para más acción - "¡Espera, recién me corrí!"

"Lo has estado haciendo por un buen tiempo, Anko-chan, así que te recomiendo que aguantes porque todavía no termino" - dijo Kurama con un tono sádico que le envió un escalofrío a la espalda de su amante.

Los gemidos de Anko continuaron por un buen tiempo, hasta que luego de unas cuantas horas la habitación quedó completamente en silencio.

"¿Cómo te sientes?" - preguntó Kurama luego de unos segundos.

"Siento como si me hubieran arrancado todos los huesos del cuerpo" - respondió Anko mientras le daba una mirada satisfecha - "Si hubiera sabido que el sexo se sentía así de bien, lo hubiera hecho contigo cuando te graduaste de la academia como celebración"

Kurama levantó una ceja antes de preguntar si no hubiera sido más conveniente hacerlo con otra persona.

"Ni siquiera lo pienses" - bufó Anko mientras le lanzaba una mirada molesta - "¿A caso tienes una especie de fetiche con el NTR?"

"Oh, no, nada de eso, es solo que eso tendría más sentido... ¿No?" - respondió Kurama con incomodidad, después de todo, esa por esto mismo que él no tenía pensado usar clones durante las relaciones sexuales, porque a pesar de ser él mismo, era incómodo ver cómo alguien, incluso con su apariencia, tenía sexo con sus parejas.

"Menos mal, porque si no, entonces hubiéramos tenido una larga charla" - bufó Anko mientras negaba con la cabeza - "En cuanto a por qué no lo hubiera hecho, es porque en el pasado, algunos hombres de esta aldea intentaron abusar de mí"

"Espera... ¿No es contraproducente que desearas un hombre más fuerte que tú como pareja?" - preguntó Kurama mientras levantaba una ceja - "Si es más fuerte que tú, podría hacer lo que quisiera contigo y tú no podrías hacer nada... espera..."

Anko desvió la mirada mientras Kurama entrecerraba los ojos - "¿A caso es un fetiche?"

"No exactamente" - respondió Anko mientras negaba con la cabeza - "Es más que nada el deseo de que si eso llegara a suceder, entonces yo simplemente atacaría a mi pareja en el momento preciso y lo sometería... imagina el rostro de ese hombre fuerte siendo sometido bajo las manos de esa mujer que él pensó que era débil..."

Kurama simplemente le dio una mirada en blanco porque esta forma de pensamiento era típica de Anko Mitarashi.