La lluvia seguía cayendo como fragmentos de cielo mientras Konan sacudía la cabeza con pesar.
"No importa cuantas veces lo vea, sigue siendo imposible de creer" - suspiró Konan mientras miraba la destrozada casa.
Las concurridas calles, los continuos sonidos de la gente discutiendo sobre la mal clima, los gritos de los comerciantes que intentaban vender sus productos, todo había desaparecido.
"Y todo es culpa de esos dos bastardos..." - dijo Konan con frialdad mientras sentía como su ira crecía.
"Me gustaría escuchar un poco más sobre ello" - dijo una voz masculina que ella había escuchado antes.
"!" - Konan rápidamente se dio media vuelta para poder ponerse en guardia, solo para sentir como alguien la toma del cuello y la levantaba - "¡Ack!"
"Es una sorpresa verte en este lugar, Konan-san" - dijo Kurama mientras entrecerraba los ojos.
"Uzumaki... Kurama..." - dijo Konan con el poco aire que le quedaba.
"Es bueno que recuerdes mi nombre, al menos así no tendremos que perder el tiempo en presentaciones" - respondió Kurama con seriedad, solo para fruncir el ceño cuando sintió como su corazón empezaba a latir con fiereza. Él rápidamente soltó el cuello de la mujer porque notó como su rostro estaba azul, y sinceramente él necesitaba información, así que tenerla viva era mucho más conveniente.
"Ugh..." - Konan solo pudo quejarse mientras empezaba a sentir la impotencia de su debilidad. En Akatsuki era considerada la más débil por todos sus compañeros, y ahora era capturada con suma facilidad.
Un aura oscura llena de depresión empezó a rodear a la mujer, quien sinceramente solo estaba esperando su próximo final.
"¿Ok? ¿Estás bien?" - preguntó Kurama mientras levantaba una ceja.
"Solo, termina con mi sufrimiento..." - respondió Konan con neutralidad.
". . ." - Kurama solo guardó silencio cuando notó lo depresiva que era esta mujer.
"Ok, hagamos esto, tú me dices lo que quiero saber y te dejo ir, después de todo, tú no has hecho nada en mi contra a diferencia de Obito, Zetsu, Menma y Nagato" - respondió Kurama mientras veía a la mujer.
". . ." - Konan le dio una mirada vacía al chico, una que sinceramente lo estaba incomodando - "Lo siento, pero no planeo traicionar a Nagato..."
"Esto será mucho más complicado de lo que pensaba" - murmuró Kurama, solo para fruncir el ceño cuando sintió como su corazón empezaba a latir con fiereza nuevamente.
* * * * *
"Ok, de nuevo está reaccionando esa cosa..." - dijo Fukasaku con seriedad al notar como la estatua que antes le había mencionado a su esposa, estaba brillando ligeramente.
"Según Gamamaru-sama, no tenemos que intervenir porque esto es beneficioso para las Naciones Elementales" - respondió Shima mientras soltaba un suspiro al ver la apariencia tan familiar que esta estatua tenía.
"Si esos son los deseos de Ojiji-sama, entonces a nosotros nos queda aceptar su decisión" - respondió Fukasaku mientras veía a su esposa - "¿Dijo algo más sobre la situación?"
"Kurama-chan no completo su entrenamiento en Senjutsu, incluso puedo decir que fue algo que hizo inconscientemente" - respondió Shima mientras negaba con la cabeza - "Él separó dos partes de su subconsciente, su personalidad normal y su lado 'oscuro'"
"¿'Oscuro'?" - preguntó Fukasaku mientras fruncía el ceño.
"Exacto, oscuro, pero no malvado" - respondió Shima en confusión - "O al menos eso fue lo que dijo Gamamaru-sama"
". . ." - Fukasaku solo entrecerró los ojos cuando escuchó esto porque el significado era obvio. La personalidad que estaba dentro de esa estatua no era malvada, solo tenía un 'humor diferente'.
* * * * *
Kurama frunció el ceño cuando notó que había sido enviado a su subconsciente.
"Veo que por fin vienes a visitar" - dijo una voz que reconoció de inmediato, después de todo, era su misma voz.
Él lentamente miró en dirección del origen de la voz, solo para ver a un hombre de cabello rojo muy parecido a él, con la única diferencia que él tenía sus ojos heterocromáticos de diferente color, siendo uno amarillo y el otro rojo.
Kurama frunció el ceño cuando notó que esto no era una ilusión, sino algo real porque podía sentir la resonancia directa que él poseía con la entidad frente a él.
"Exacto, soy real" - respondió el segundo Kurama mientras ladeaba la cabeza - "Muy real... incluso podría decir que soy más real que tú"
Kurama se quedó en silencio cuando escuchó estas palabras porque algo le decía que esa entidad no estaba mintiendo.
"Ok, dejemos eso para otro momento, solo vine a decirte que es tiempo de que nos reunamos, ven a Monte Myoboku y habla con esos sapos que te enseñaron Senjutsu, ellos te guiarán al lugar donde estoy..." - dijo el segundo Kurama antes de desaparecer - "Oh, por cierto, será mejor que entres al espacio mental de esa mujer, estoy seguro de que encontrarás algo divertido, ¿O quizás sea extraño, tal vez aterrador? Hmm... no estoy seguro como decirlo, como sea, mejor averígualo por ti mismo"
". . ." - Kurama solo se le quedó mirando a la silueta mientras desaparecía, sin saber como reaccionar ante su sorpresiva aparición.
* * *
Kurama lentamente abrió los ojos y notó como había vuelto a la realidad, solo para notar como la mujer de cabello azul parecía estar muerta porque no se estaba moviendo.
Él lentamente se acercó a la mujer, solo para fruncir el ceño cuando notó como esta parecía haber quedado dormida por un motivo que no entendía.
Kurama puso su mano sobre la mente de la mujer y usó su chakra Bijuu para poder comprender que era lo que estaba pasando, solo para sentir como su consciencia era transportada nuevamente hacia otra ubicación.
* * * * *
"¡¿Por qué tenemos que seguir en este maldito lugar?!" - exclamó Konan mientras miraba a los dos chicos que la habían acompañado desde su infancia.
"Porque eso es lo que debemos hacer, Konan" - respondió un chico de cabello naranja.
"¡No vengas con esas mierdas, Yahiko, no somos tan fuertes como para detener todas estas guerras!" - exclamó Konan mientras miraba al joven - "¡Con suerte podemos velar por nuestras propias vidas!"
". . ." - el chico de cabello rojo solo guardó silencio mientras veía a sus dos amigos pelear por novena vez este día.
Kurama también observó en silencio lo que estaba pasando mientras notaba como las imágenes cambiaban rápidamente.
"¡Con el entrenamiento que nos dio Jiraiya Sensei, es posible que logremos nuestros sueños!" - exclamó Yahiko con una enorme sonrisa.
"Siento que el poco poder que adquiriste se te subió a la cabeza, Yahiko" - bufó Konan con neutralidad.
"Ustedes dos..." - suspiró Nagato mientras negaba con la cabeza.
Kurama solo vio como las imágenes cambiaban una detrás de otra, desde como los tres chicos habían logrado empezar un grupo para poder salvar a las personas que habían perdido todo, hasta como más gente se unía a su pequeño grupo de mercenarios, pero su expresión cambió a una de sorpresa cuando vio como la mujer de cabello azul estaba hablando con el chico de cabello naranja sobre algo importante, solo para que esté la ignorara porque estaban a punto de iniciar una operación importante.
"¡Baka!" - exclamó Konan con furia mientras salía corriendo, solo para sentir una mano en su hombro - "¿Nagato?"
"¿Segura que no quieres volver y solucionar las cosas?" - preguntó Nagato mientras miraba a la mujer directamente a los ojos.
Konan intentó responderle, pero guardó silencio cuando notó como las palabras se quedaban atoradas en su garganta.
"Supongo que yo mismo iré a hacer reaccionar a ese imbécil..." - suspiró Nagato mientras ponía su mano en el cabello de Konan - "Deberías ser más dura con él, después de todo..."
"No lo digas..." - murmuró Konan mientras negaba con la cabeza - "Quiero ser yo quien se lo diga..."
". . ." - Nagato se quedó en silencio unos segundos antes de asentir - "Si eso es lo que deseas, yo te apoyaré, después de todo, para eso están los amigos.
Konan sonrió cuando notó como los labios del estoico chico de cabello rojo se arqueaban en una sonrisa, una que muy pocas veces podía ver - "Gracias, Nagato"
"Es lo menos que puedo hacer" - asintió Nagato antes de retirarse, dejando a la mujer completamente sola.
". . ." - Kurama solo pudo ver con sorpresa al chico de cabello rojo porque esa era la personalidad que todos los Uzumaki poseían. Él estaba llegando cada vez más cerca de la verdad sobre cómo las cosas se habían ido a la mierda.
Kurama continuó viendo como las imágenes, pero su expresión se puso seria cuando notó el cambio en el escenario.
La lluvia corría sin control, los cuerpos de personas que estaban usando una túnicas negras con estampados de nubes rojas estaban rodeando la silueta de un hombre de unos 40 - 50 años.
"¡¿Por qué haces esto si nosotros no estábamos haciendo nada para interponernos en tus objetivos?!" - exclamó Yahiko con terror al ver la masacre que el hombre había hecho - "¡Solo queríamos traer paz a Amegakure no Sato y ayudar a todos los que lo necesitaban!"
"Lamento decirte que su pequeño grupo de héroes está trayendo más problemas que soluciones, al menos para mí..." - dijo el hombre con neutralidad - "Recibí información sobre sus verdaderas intenciones y luego de analizarlo, comprendí que todo lo que me dijeron era cierto..."