Dos días habían pasado desde que Kurama había llegado a este extraño mundo con personas animales.
Tyuule estaba la mayor parte del tiempo a su lado con Delilah sirviendo como guardia.
El "pobre" príncipe seguía encerrado y parecía que podría morir en cualquier segundo, aunque gracias a los "cuidados minuciosos" de las chicas conejo, él siguió al borde de lo sano y lo enfermo.
"Entiendo muchas cosas ahora que me lo has explicado, lo que no entiendo, es por qué cada vez que me despierto, estás dándome una felación, no dejemos eso de lado por unos segundos, ¿Cómo es que logras entrar a mi habitación sin que me despiertes?" - preguntó Kurama con el ceño fruncido mientras veía la chica conejo de cabello blanco seguía haciendo un "buen trabajo" con su entrepierna.
"Talento nato" - respondió Tyuule mientras seguía moviendo su cabeza.
"Ok, suficiente" - dijo Kurama mientras se levantaba con su pene aún duro.
"Tch" - Tyuule chasqueó la lengua porque esta era la primera fase de su plan, el cual era bastante simple, engatusar al extraño kitsune para que se quedara con ellas.
Kurama rápidamente se vistió con las ropas que Tyuule le había entregado, un pantalón cómodo de color negro y una chaqueta sin mangas abierta que mostraba sus pectorales - ". . ."
"Nada mal" - sonrió Tyuule mientras se lamía los labios.
"Pienso lo mismo" - asintió Delilah mientras repetía las acciones de su reina.
Kurama les dio una mirada porque había escuchado más o menos como era la forma de vida de las [Guerreras Conejo]. Ellas hacían todo lo posible por encontrar a un macho y aparearse con ellos hasta que se aburrieran.
"Ok, ¿Hay algo más que hacer?" - preguntó Kurama mientras se cruzaba de brazos.
"Sí, pasar un rato juntos" - respondió Tyuule mientras miraba con emoción al kitsune de cabello blanco.
Kurama suspiró con molestia porque esto parecía que no pararía, incluso estaba pensado que sería mejor que escapara porque era obvio que las [Guerreras Conejo] no podían controlar sus instintos cuando él estaba cerca.
"¡No puede!" - exclamó Tyuule mientras miraba al hombre de cabello blanco con terror, como si hubiera sentido sus intenciones.
Kurama no respondió, él solo les dijo que lo guiaran a la zona de entrenamiento porque era hora de comenzar.
* * * * *
"Hmm, es este lugar, tiene que ser por aquí" - murmuró Rory mientras miraba alrededor y empezaba a olfatear el aroma de la guerra, incluso podía escuchar la desesperación de las almas que todavía rondaban en el lugar, pero lo que era extraño, era que solo las almas de los humanos estaban todavía en la zona - "Ok, estoy confundida"
Ella rápidamente caminó donde podía sentir una alma y la tomó con cuidado, para poder comprender que era lo que sucedía, solo para abrir los ojos en sorpresa cuando sintió como esta escapaba de sus manos, algo que no había sucedido en todos sus años de servicio para el dios de la muerte - ". . ."
Rory nuevamente intentó tomar otra alma, pero tuvieron el mismo resultado, como si alguien estuviera impidiendo que fueran al otro mundo.
"Ok, esto es una clara ofensa para mi dios" - murmuró Rory con el ceño fruncido mientras caminaba en dirección donde la mayor concentración de almas en pena, estaban reunidas.
Ella continuó avanzando hasta que llegó a las afuera de una aldea destruida por la guerra, y vio con sorpresa como las almas parecía estar gritando para que terminaran con su sufrimiento. Todas estaban entrando en lo que parecía ser una especie de silueta con ojos anillados.
"Imposible, no debería de existir ninguna criatura capaz de devorar esta cantidad de almas" - murmuró Rory mientras se preparaba para atacar.
El rey del infierno miró a la mujer que acababa de llegar con indiferencia mientras devoraba las almas de los humanos que su maestro le había permitido tener como bocadillo. Él en verdad estaba disfrutando del sabor exótico de sus presas.
"No sé que tipo de criaturas seas, ni de donde has salido, pero tus acciones son una clara violación al poder de mi dios" - dijo Rory con neutralidad mientras un aura oscura empezaba a brotar de su pequeño cuerpo.
El rey del infierno la miró unos segundos antes de continuar devorando de la forma más lenta y dolorosa a sus presas.
"¡Es suficiente, criatura extraña!" - exclamó Rory mientras corría contra el rey del infierno con su hacha en mano, solo para ver como su ataque atravesaba el cuerpo de su oponente - "Imposible, mi arma fue bendecida por Emroy-sama"
"¿Un shinigami?" - murmuró una voz masculina desde la parte más alta de la muralla de madera que cubría el pueblo - "No, pero es algo parecido"
Rory abrió los ojos, sorprendida de no haber sentido la presencia de este hombre, hasta que levantó la mirada y se sorprendió aún más. Él era apuesto, pero eso no era lo importaba, sino que este extraño hombre tenía un aura similar a su dios, en otras palabras, él era una entidad superior que tenía control sobre la muerte, pero no solo eso, ella podía sentir decenas de poderes más en el interior de este extraño hombre zorro.
Ella rápidamente cayó de rodillas y mostró una expresión de adoración - "Lamento no haberlo reconocido, Kami-sama"
Kurama se quedó en silencio unos segundos mientras le daba una mirada en blanco a esta extraña chica - "¿Un sirviente de los dioses? No, una hija de un dios?"
"Mi nombre es Rory Mercury, sirvienta y sacerdotisa del dios Emroy, dios de la oscuridad, la guerra, la muerte y la locura" - respondió Rory mientras agachaba la cabeza - "Por favor deme su nombre para no ser castigada"
"Mi nombre es Kurama, dios de los elementos, la naturaleza, el juicio y el ciclo del Samsara" - respondió Kurama mientras decidía decir cosas aleatorias para poder zafarse algunos problemas, después de todo, si era tratado como un dios, haría un poco más simple tratar con el imperio.
"¿Kurama?" - repitió Rory con el ceño fruncido porque ese no era un nombre que había escuchado antes de su maestro - "¿Samsara?"
"El Samsara es el ciclo eterno de la vida, la muerte y la reencarnación" - respondió Kurama mientras tomaba el alma de una de las [Guerreras Conejo] que había sido asesinada, una niña pequeña inocente que tenía un enorme futuro por delante. Él rápidamente chasqueó los dedos e hizo aparecer su cuerpo antes de poner el alma de la pequeña donde debía.
Rory se quedó congelada porque podía sentir como la vida volvía a la pequeña.
"¿Uh? ¿Dónde estoy?" - preguntó la pequeña, confundida porque no sabía quién era o donde estaba.
"Estás en el pueblo de las [Guerreras Conejo]" - sonrió Kurama mientras acariciaba el cabello de la pequeña - "Tus hermanas te están esperando"
"?" - la pequeña miró confundida en dirección de la aldea mientras sentía como algo familiar le decía que fuera y que no temiera.
La pequeña asintió con firmeza y corrió hacia el hogar que había olvidado, sin prestarle mucha más atención a Kurama y a la sorprendida Rory.
"¿Tú, limpiaste su alma?" - preguntó Rory mientras miraba con incredulidad al extraño dios frente a ella. Ella había visto lo que sucedía cuando las almas llegaban a los dominios de Hardy, la diosa del inframundo, y era ligeramente similar, solo que la diosa clasificaba las almas dependiendo de sus pecados, si estos eran menores, entonces podían ir al paraíso, pero si estos eran pecadores, entonces tenían que sufrir castigos por años hasta que cumplan su condena y puedan pasar a una mejor vida, pero el dios Kurama era algo muy diferente, él limpió el alma de la pequeña y la dejó como "nueva", como si nunca hubiera cometido un pecado, como una recién nacida que acababa de llegar al mundo. La pequeña no tenía recuerdos de su antigua vida, así que estaba técnicamente volviendo a nacer, era una verdadera reencarnación.
Kurama no dijo nada, él solo observó a la semidiosa mientras sentía como una extraña presencia lo miraba con interés, posiblemente el dios que esta chica servía.
"¿Limpiar? Es una buena forma de decirlo" - asintió Kurama mientras movía su mano, solo que esta vez fue el alma de un pecador, una alma tan oscura que podía notarse en su tonalidad todos los pecados que había hecho durante su vida.
"Tantos pecados, tú no eres digno de reencarnar" - murmuró Kurama, quien sinceramente estaba disfrutando un poco del hacerse pasar por dios, y bueno, él técnicamente era uno.
Con un chasquido de dedos, él hizo aparecer el alma frente al rey del infierno para que él la devorara sin piedad.
Rory soltó un pequeño grito mientras un sudor frío recorría su espalda porque podía escuchar los gritos de desesperación del pecador.
"Mi señor, sus acciones podrían romper el equilibrio entre la muerte y el inframundo" - dijo Rory en voz baja porque no quería faltarle el respeto a este dios.
Kurama le dio una mirada a la chica mientras pensaba en sus palabras - "Tienes un punto, todo mundo tiene sus leyes"
Él tomó la siguiente alma de pecador antes de tocar su centro y enviarla directamente al inframundo donde recibiría su merecido castigo.
El rey del infierno pareció no disfrutar el hecho de que ya no podía seguir consumiendo almas de pecadores, así que desapareció, después de todo, su presencia ya no era necesaria.
Rory soltó un suspiro de alivio cuando vio que este dios era fácil de conversar, no como su maestro, o la misma diosa Hardy.