Extra 20: C.A.O.S. (22)

Dos días habían pasado desde la llegada de los nuevos habitantes de esta dimensión, tiempo en que Kurama, Orochimaru y Urahara estuvieron ocupados investigando los cambios en Rangiku, llegando a la conclusión de que ella se había convertido en un híbrido Shinigami-Hollow, aunque a diferencia de los Visored que eran Shinigamis con poderes de Hollows y los Arrancar que eran Hollows que tomaron apariencia y habilidades de Shinigami, ella era una mezcla perfecta entre las dos contradicciones.

Rangiku era un Hollow con forma de Shinigami de forma natural, uno que no podría evolucionar porque ya estaba en el punto máximo, aunque desde el punto de vista científico, Rangiku era más un Arrancar que un Visored.

"¿Creen que pueda aumentar el tamaño de mis tetas?" - preguntó Rangiku mientras miraba a Tsunade.

"¿Esa es tu pregunta luego de todos los experimentos que hemos hecho?" - preguntó Tsunade, quien había estado ayudando todo lo que podía en la investigación - "En serio, no entiendo tu obsesión con las tetas"

"Siendo honesta, desde que me crecieron, he estado orgullosa de ser la mejor con el mayor tamaño de pechos de la sociedad de almas, así que ver que las tuyas son más grades que las mías, me causa incomodidad" - respondió Rangiku con honestidad.

"Me recuerdas a mis momentos antes de quedar embarazada" - dijo Tsunade mientras recordaba cómo ella también tuvo un ataque de celos cuando vio cómo las tetas de Hikari eran más grandes que las suyas cuando la enfermera estuvo embarazada - "En fin, la respuesta es... no estoy segura"

"Entonces existe la posibilidad" - sonrió Rangiku mientras se lamía los labios - "En fin, me gustaría saber si hay algo malo con mi cuerpo"

"En serio... deberías de ordenar mejor tus prioridades" - dijo Tsunade mientras le daba una mirada en blanco - "En fin, respondiendo a tu pregunta, es no, no hay nada malo con tu cuerpo , de hecho, parece ser mucho más fuerte que el de Yoruichi, y si lo que dijiste es cierto, entonces es un enorme avance"

"Perfecto" - sonrió Rangiku mientras se ponía a pensar - "¿Crees que pueda quedar embarazada"

"Esa es una pregunta un poco más difícil" - respondió Tsunade mientras fruncía el ceño - "No estamos seguros"

Rangiku frunció el ceño al igual que la otra mujer rubia antes de ponerse a tocar su cuerpo porque acababa de recordar un pequeño detalle - "¿Tengo un agujero como los Hollows normales?"

"No" - respondió Tsunade mientras negaba con la cabeza - "Tu cuerpo tiene los beneficios de los Hollow, pero ninguna de sus imperfecciones"

Rangiku se puso a pensar mientras invocaba su Zanpaku-to.

"¿Quieres ver si hay cambios en tu arma?" - preguntó Tsunade con curiosidad.

"Sí, todavía no hablo con Haineko" - respondió Rangiku con seriedad mientras liberaba su shikai - "Gruñe Haineko"

La espada de Rangiku empezó a brillar antes de disolverse en una nube de cenizas, la cual rápidamente empezó a tomar forma humanoide.

"¿Eh?" - Rangiku miró con sorpresa porque este era un fenómeno que no había previsto, o sea, sí, ella sabía que era posible que el espíritu de su Zanpaku-to pudiera materializarse fuera de su mundo interior porque ya había sucedido, pero era primera vez que sucedía sin que hubiera intervención de algún tipo.

"Es una sorpresa, no esperaba volver al mundo físico tan pronto" - dijo Haineko mientras ladeaba la cabeza - "¿Cómo estás, vieja?"

"Vieja tu ancestro, las dos tenemos la misma edad, idiota" - gruñó Rangiku mientras miraba a la bella mujer de cabello plateado, al igual que el pelaje que cubría sus partes privadas - "Te ves diferente..."

"¡Por supuesto que me veo diferente, idiota!" - exclamó Haineko mientras su cola plateada se erizaba - "¡¿A caso no ves que uno de mis ojos ahora es dorado?!"

"No tienes que gritarme" - gruñó Rangiku mientras miraba al espíritu de su espada - "No es mi culpa"

"Lo sé, pero ahora no hay nada que pueda hacer para volver a la normalidad, o sea, la mutación se extendió hasta el rincón más recóndito de tu cuerpo, eso me incluye a mi..." - gruñó Haineko mientras soltaba un suspiro - "Ya no soy pura, no hay forma de que pueda relacionarme con los demás... voy a morir vieja y sola..."

"¿Eh? Espera, no tienes que llorar, estoy segura de que podrás encontrar la felicidad" - dijo Rangiku con el rostro pálido mientras intentaba calmar a su Zanpaku-to.

"¡Es imposible!" - exclamó Haineko mientras apuntaba a su cuerpo - "¡Apesto a Hollow, eso es un repelente absoluto contra las demás Zanpaku-to!"

Rangiku se quedó en silencio mientras pensaba en alguna solución, después de todo, no importaba lo mucho que ellas discutieran, Haineko era parte de su alma, así como algo parecido a una hermana menor.

"No me gusta la forma en la que estás mirándome, Rangiku-san" - dijo Tsunade mientras notaba la mirada de la mujer de cabello rubio platinado.

"¿Crees que Kurama nos acepte?" - preguntó Rangiku mientras tomaba los hombros de Tsunade porque era obvio que ella quería escapar.

"¿Kurama?" - repitió Haineko mientras se ponía a pensar - "Ahora que lo mencionas, él es apuesto y tiene a un Hollow como pareja, así que no creo que él se niegue a aceptar a un espíritu de Zanpaku-to..."

"Es posible, aunque tendrían que hablar con él" - dijo Tsunade mientras decidía arrojar la pelota al jardín de Kurama.

"Ok, vamos, Haineko" - dijo Rangiku con seriedad.

"¡Ok, nya!" - exclamó el espíritu de la espada de Rangiku mientras las dos salían corriendo.

"Bueno, estoy segura de que Kurama aceptará, o sea, no creo que dos más hagan mucha diferencia a nuestra extraña familia" - dijo Tsunade mientras negaba con la cabeza y volvía a revisar los reportes de los últimos experimentos que habían hecho con las tejidos de Rangiku - "La mezcla es perfecta, al punto que los dos ADN parecen estar complementándose... tal vez las dos razas son más parecidas de lo que pensábamos..."

"¡Hyaaaaaaaaaaan ~! ¡Kunyaaaaaaaaa ~!"

"Eso fue más rápido de lo que pensaba" - dijo Tsunade mientras negaba con la cabeza - "Oh, ¿Ya anocheció?"

Tsunade sacudió la cabeza antes de guardar todos los reportes e ir a comer algo, ahora que estaba consciente de cómo había pasado tan rápido el tiempo, empezó a sentir hambre.

"Veo que has estado ocupada, Tsunade" - dijo Tsunami con una pequeña sonrisa - "¿Todo está bien?"

"Sí, un poco cansada" - respondió Tsunade mientras masajeaba sus hombros - "¿Ha habido cambios mientras estaba encerrada en el laboratorio?"

"La verdad es que no" - respondió Tsunami mientras se ponía a pensar - "Todo está normal, aunque la gente de la dimensión Pokémon empezó a preocuparse porque a diferencia de nosotros o los Shinigami, Hollow y otras posibles razas, ellos son normales y la ventaja que tienen, las demás razas también pueden conseguirlas"

"Hmm, tienes un punto" - asintió Tsunade mientras pensaba en cómo solucionar este desbalance de poder.

Las dos mujeres empezaron a hablar entre ellas, cuando escucharon alguien tocar la puerta.

"Voy a ver quién es" - dijo Tsunade mientras caminaba hacia la entrada y abría la puerta, mostrando a una linda chica de cabello plateado y un extraño vestido blanco y azul de una pieza - "¿Sí?"

"Hola... quisiera saber si Kurama-san está en casa" - dijo la chica desconocida con una pequeña sonrisa.

"Está en el laboratorio..." - respondió Tsunade detenidamente a esta extraña chica - "¿Quién eres?"

"Oh, lamento no haberme presentado antes" - dijo la chica desconocida mientras hacía un pequeña reverencia - "Mi nombre es Eris, y soy una diosa que no sabe dónde está..."

"Oh..." - Tsunade se quedó en silencio mientras le indicaba que entrara y la siguiera.

El dúo caminó por la mansión hasta que llegaron a un largo pasillo.

"¿Aquí está el laboratorio?" - preguntó Eris con curiosidad mientras miraba el extraño pasillo.

"Sí" - respondió Tsunade, aunque seguía confundida con la idea de tener a una diosa en su hogar - "Sigo sin poder creerlo"

"¿Qué?" - preguntó Eris mientras ladeaba la cabeza.

"Como es que hay una diosa de otra dimensión en nuestra casa" - respondió Tsunade mientras negaba con la cabeza.

"¿Kaguya-san no es una diosa también?" - preguntó Eris mientras miraba a la mujer rubia de enormes pechos, notando como estos eran mucho más grandes de lo que recordaba, lo que hizo que tuviera celos porque ella era tan plana como una tabla.

"Oh, tienes razón" - asintió Tsunade mientras se rascaba la mejilla.

"Tengo una pregunta..." - dijo Eris con seriedad.

"Dispara" - respondió Tsunade con calma.

"¿Hay alguna forma de hacer que mis pechos crezcan de forma natural?" - preguntó Eris con un rostro serio, aunque cualquiera podría ver la vergüenza en sus mejillas.

"¿Por qué todas las mujeres nuevas que conozco quieren hacer crecer sus pechos?" - murmuró Tsunade mientras miraba hacia el techo del pasillo.

"Es porque todas nos volvemos conscientes de este "problema" cuando vemos esas tetas" - respondió Eris con honestidad, aunque rápidamente sintió cómo el calor aparecía en sus mejillas, las cuales estaban tan rojas como un par de manzanas - "Además, este es un problema que me ha acomplejado por siglos, todas mis amigas diosas me llaman Eris la tabla"

"Lo siento..." - murmuró Tsunade al ver la mirada vacía de la diosa de cabello plateado.