Claro y conciso se escucharon sus palabras de él.
Mientras que Mey tenía una expresión de incrédula.
Ya no era de sorprenderse que él soltara palabras sin sentido.
Esta vez ladeo su rostro hacia él.
Ahora sin importale como le viera.
<<"No soy un humano..." pero ¿qué quiere decir con eso?, él sí que es un extraño. Por ahora sé su nombre... "Lou">>
Ella no tenía la menor idea de que hacer a continuación.
- Lou... - murmuró su nombre. Extraña se percibió al nombrarlo. Se le erizo su piel de inmediato.
Ahora estaba frente a frente. Pero era claro que tenía la misma expresión de siempre.
Esa expresión que ella distinguía como "En blanco".
Trago saliva y se enderezó para soltar lo que tenía en mente.
- Es evidente que si estas muy mal de tu mente. Por lo tanto tengo que actuar de inmediato. Actúas de una manera extraña.... - expresó con seriedad.
Lo único que rondaba en su mente era llevarlo al hospital antes que hisiera otra cosa más aya de su imaginación.
Lou: - Agua...
Mey: - ¿Eh? - chistó al no percibir lo que Lou mencionó.
- Necesito agua.- comentó Lou.
Había analizado a fondo las palabras de Mey. Esas donde ella explicó que estaba mal de la mente. Lou sabía que ella no estaba satisfecha ante su afirmación de "no soy un humano".
Si sus palabras de Luo no surtian efecto entonces él tenía que llevar acabo un último paso.
Solo esperaba que funcionará a la perfección.
-¿Tienes sed?. - inquirió ella pensando que él quería beber agua.
Instantáneamente Lou negó con su cabeza.
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Y como si Lou fuera capaz de leer su pensamiento soltó en un parpadeo: - Agua para mi piel.
–....
Mey pudo entender que sin duda Lou quería darse una ducha.
<< Hace más frío que estar pelando rábanos y el quiere bañarse a estas horas de la madrugada. Este hombre está loco...>>
Mey se tocó la frente haciendo un leve masaje.
Respiro hondo y profundo para abrir sus resecos labios.
- No puede ser posible. - murmuró antes de continuar: - El clima está muy frío y te pued... - se le corto el aliento.
Quedo a medias de su explicación para evitar que Lou quisiera bañarse.
No había calefacción y por lo tanto el agua del grifo estaba helada.
Así que ella no dejaría hacer una cosa así. Podría ser peor para él.
En un instante Lou se había levantado del sofá.
Mientras que Mey se había quedado perpleja ante la acción de él.
Su ritmo cardíaco se empezó acelerar de nuevo. << ¡Noooo de vuelta! >>, rogó en silencio teniendo la idea que este hombre dejaría caer la manta como la vez anterior.
Pensó antes de actuar y está vez inclino su cabeza dejando caer mechones de su cabello sobre el rostro.
Lou: - Quiero agua... ¡Ahora!
Exclamó con su voz fuerte y más remarcada que antes.
Sin darse cuenta que su expresión se había contorsionado.
Mey respingo y sintió un escalofrío por su espina dorsal. Se le erizo toda su piel.
La voz engrosada y fuerte de Lou le provocó temor.
Levantó su cabeza, trago fuertemente apretando su mandíbula por el temor mientras que sus manos se aferraban a sus muslos.
Tan pronto atisbo e hizo contacto con su mirada de Luo, no sabía porque pero su expresión había cambiado.
Tenía una mirada gélida y sombría tanto que Mey sintió que la apuñalada con esa expresión.
El terrible tamboreo de su corazón le impedía decir algo.
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A Mey no le quedó de otra que levantarse.
Sus piernas la sentía agua. Sentía que no podía ni moverlas por la impresión que se llevó.
Lou seguía con esa expresión penetrante y fría.
Mey: - B-Bien...ahh..yo...so-olo síg-u-ueme...
Ella estaba vulnerable y se sentía pequeña ante él.
No lo dudo y si en verdad quería ducharse entonces que lo hisiera.
Ella ya no podía más. Este "ser" le producía muchas emociones consecutivamente.
Mey avanzó tambaleante hacia el pasillo de su cuarto. El baño se encontraba a un lado de ahí.
Respiraba con dificulta, sentía la presión sobre todo su ser.
Lou no despegó su mirada hacia Mey. Él sólo tenía una cosa en su mente. Revelar su identidad sin importar las consecuencias.
Mientras que Mey avanzaba sentío un terrible frío detrás de ella.
Tanto que se detuvo abruptamente.
Algo extraño percibió sobre su cabeza.
Ese resoplido que hizo que un mechón de su cabello se deslizara sobre su oreja izquierda. Ese mechón que se había acomodado antes de levantarse del sofá.
En perplejidad Mey torció su cuello hacia la derecha, acelerandose sus latidos de su corazón.
En un parpadeo su vista cayó sobre un pecho pálido y musculoso. Sólo al atisbar esa parte, elevó su cabeza hasta llegar con la mirada de él, que ahora se mostraba inexpresivo. Le dolió su cuello al elevar demasiado su cabeza. Apenas podía reflejar su cara, pero su vista cayó sobre su manzana de adán tan marcada, el que se movía lentamente. Era cautivador a simple vista.
<< ¡Oh que altura!... >>
Mey no dejo de contemplar por un breve momento su gran altura.
Se había quedo con la boca abierta y casi babeaba por ese perfil enigmático.
Ella ahora tenía su mirada pérdida sino hasta que...
- Muy pequeña. - musito Lou.
Al pronunciar esa palabra su aliento de él, golpeó sobre el rostro de ella.
Ese aliento caliente que hizo respingar su pequeña nariz y del cual despertó de su gran ensueño.
Giro su rostro produciendo un leve dolor en su cuello.
Sus latidos se hisieron tan fuertes que lo único que percibía eran su palpitante corazón.
El aliento de Lou la había hecho estremecer de muchas maneras y en segundos su mente dejó de funcionar.