Mey se dio una ducha rápida. Desayuno sin la presencia de Lou. Fue una tarea difícil levantar todo esa harina regada por todas partes.
Lou como siempre se encontraba en su habitación.
- Ah... Dios, él ¿Qué intentaba cocinar? Cada vez es más raro. - musito Mey.
Terminó de lavar todos los utensilios que utilizó Lou. Se seco las manos y se dirigió a la sala de estar. No tenía nada que hacer por ahora, solo idearse cómo le ayudaría a Lou ser un "humano normal". Sin duda sería un proceso difícil de llevar a cabo.
Suspiro y encendió el televisor. Necesitaba despejar sus pensamientos por un instante. Ya eran más de la once de la mañana.
El no trabajar la consumía en pereza.
<<¿Por cuánto tiempo estaré con él?, umm... Ni siquiera le pude preguntar que sucedió ayer conmigo. Supongo qué será después.>>, pensó Mey con frustración.
Miraba los comerciales y enseguida se escuchó el golpeteo de la puerta.
Se levantó con cierta desconfianza al no tener idea quién sería.
Trago saliva y avanzó hacia la puerta principal. Enseguida giro la perilla con incertidumbre. Entonces miro con perplejidad a esa pareja frente de ella. Reconoció el rostro de guardabosques y le llamó la atención esa chica peculiar con su extraña apariencia. Pero más le asombró fue ver la pequeña extrella en la parte inferior de su ojo izquierdo.
- Er... ¿Lo puedo ayudar en algo?. - inquirió Mey con un ápice de nervios.
El guardabosques era Caleb y a su lado era Rubí que tenía un semblante de total miedo.
- Me permite pasar. Necesito hablar con usted. - pronunció Caleb con una voz autoritaria.
Mey se pasmo sin saber que hacer mientras se preguntaba internamente qué quería el guardabosques y más por la desconocida chica que se abrazaba a sí misma.
Intento no alarmarse y con una sonrisa muy gentil pero forzada, abrió paso para que ambos entrarán.
Caleb y Rubí avanzaron hacia adentro.
Rubí no podía ocultar lo nerviosa y temerosa que se sentía. Ella no tenía el poder extrasensorial para percibir a los de su misma especie.
Sin embargo, presentía que algo no estaba bien, ya que fue literalmente obligada venir hasta aquí por Caleb.
Mey los condujo hasta la sala de estar, y con amabilidad les dijo que tomarán asiento. Rubí y Caleb se sentaron pero a una distancia considerable.
Mey solo se dio cuenta de la extraña atmósfera que empezaba aparecer.
<<¿Por qué el guardabosques está aquí? Se me olvidó por completo su nombre. Ahhh y esa chica quién será.>>, pensó Mey mientras analizaba el semblante de Rubí.
En su interior le decía que algo no estaba bien; rogaba para que Lou no se le ocurriera salir de su habitación, sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Caleb habló con firmeza: - Ese día cuando inspeccione tu hogar, me encontré con algo muy peculiar. Ese era un hombre con una apariencia bastante extraña pero cuando el Sheriff te preguntó si vivía alguien más contigo...tú lo negaste.
Caleb fue muy directo con sus palabras, él tenía un temperamento poco tolerable. Ayer había intentado descubrir qué era realmente Rubí, de dónde provenía pero al final no obtuvo nada y eso empeoró las cosas. Sin embargo, Caleb recordó a ese hombre misterioso y con una aura magnética y pensó que había cierta conexión con Rubí y ese hombre misterioso, nada menos era Lou.
Para Mey fue impactante dichas palabras reveladoras.
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Mey no era buena ocultando sus emociones pero hizo lo posible para tranquilizar sus nervios internos. Así que con una determinación, preguntó: - ¿Qué tratas de decir?.
Rubí cómo oyente, se puso peor a causa de las palabras de Caleb, no entendía que sucedía y menos de quién hombre se referían. Lo único que podía hacer era inclinar más su cabeza.
Caleb: - Lo que trató de decirte, es qué quiero que me digas quién es ese hombre y porqué mentiste en tu declaración. - espetó con una voz imponente.
La atmósfera era tensa y fría. Mey sabía que este hombre no era nadie común como para ser un guardabosques y menos que esto se tratará de una visita de rutina. Caleb tenía una expresión sombría, dispuesto a encontrar respuesta a todas sus dudas con respecto a Rubí.
- ¿Por qué tú quieres saber eso? ¿Acaso es necesario ahora?. - respondió Mey con una pregunta, no estaba dispuesta a revelar información si no tenía una respuesta coherente y confiable.
Caleb suspiro y frunció su ceño ante la voz firme y suave de Mey. La vio fijamente y reveló: - Para mí es necesario y me interesa. Ella me la encontré en medio de la carretera y en media noche. Estaba completamente sola y desnuda...
Mey vio a la chica que se mantenía encorvada, con su pelo rojo cubriendo su cara.
- Lo que ocurrió aquí en el bosque Darkness no fue un simple accidente. Sabes que fue el inicio de año nuevo. Todo esta muy extraño, ella es particularmente rara y ese hombre que vi en esa habitación también es muy raro. Dime ¿quién es él?. - finalizó Caleb con una última pregunta que provocó que Mey empuñara ambas manos.
<<¡Estoy en problemas! Exactamente qué ocurre, por qué este guardabosques es muy insistente...>>, pensó Mey con esos nervios que ya la estaba sobrepasando. Solo podía ver con incredulidad a la chica pelirroja que se mantenía en silencio.
Mey: - Suspiro...ya veo. Antes de responderte eso. ¿No sé te ofrece algo de beber?. - preguntó para excusarse e ir a la cocina para poner en orden su mente.
- Em...agua. - murmuró Caleb.
Mey se levantó con su alma en un hilo y camino a zancadas hasta la cocina. Tan pronto llegó, soltó un gran suspiro y con su nervios al filo de la muerte, se puso en cuchillas, intentado buscar una respuesta clara y contundente para responder a la pregunta de Caleb.
Para Mey era una situación inesperada y bastante problemática.
- Oh dios mío... - musito.
Respiro hondo y profundo, se levantó y sirvió dos vasos de agua. Aún no tenía en claro sus ideas pero intentaría contrarrestar la situación.
Con los vasos en su manos, se dirigió a la sala de estar. Tendió el vaso a Caleb, quien lo tomó rápidamente y cuando se disponía llegar a la chica pelirroja, se detuvo, literalmente se paralizó de mente y cuerpo al ver la silueta de Lou. Justo en el umbral del pasillo. Caleb se percató de la mirada perdida de Mey y siguió su mirada hacia el umbral y él vio esa figura imponente y magnética.
- Mey... - habló Lou quedamente.
Entonces ahí fue cuando Rubí escucho esa voz ronca e instintivamente levantó su cabeza y dirigió su mirada hacia aquel hombre detenido e inexpresivo. Se exaltó y su corazón latió con irregularidad. Sólo basto una simple mirada cautelosa para que Rubí se diera cuenta de esa aura magnética y esa apariencia enigmática de Lou.
Sin embargo, lo que sucedió a continuación dejó a Caleb y Mey, atónitos.
Rubí se había levantado y sin dudarlo corrió hacia el cuerpo de Lou y se aferró a él como si necesitara una fuente de poder para protegerse.
- Lou... - susurró Rubí contra el pecho de él. Ella supo de inmediato que este ser imponente era él; ese Dios Supremo del Planeta Marte.
Caleb se quedó estático viendo como Rubí se aferraba a Lou.
Mientras tanto, Mey no era capaz de razonar y ser consciente que esa chica pelirroja abrazaba a Lou de una manera estrujante. Entonces su corazón dio un latido muy fuerte que le provocó dolor, sus pupilas se dilataron y surgió una furia abrasadora por todo su ser haciendo que empuñara con fuerzas el vaso cristalizado que sostenía.
Apretó su mandíbula y quería decir algo pero ese nudo en su garganta se lo impedía. En su interior no soporto ver como esa chica pelirroja estaba pegada al cuerpo de Lou. Dejó impulsar demasiado fuerza en el vaso de cristal que de un segundo a otro...
*¡¡Crash!!*
El vaso se rompió en mil pedazos.