Una promesa que nunca se cumplió

Ciudad Ville Gold...

10:15 P.M.

En su suite de lujo, el presidente Orson se encontraba junto a su asistente Remi en la pequeña oficina de aspecto tétrico.

- Le président Orson, voici la preuve qu'il a demanda. (Presidente Orson, aquí está la evidencia que solicitó.) - mencionó el asistente Remi, el cual entregó un dispositivo USB hacia el presidente Orson.

Él tomó dicho dispositivo y lo conecto a su laptod. Escaneo rápidamente y abrió un archivo que contenía dos videos. Dio clic en el primer video y enseguida le dio "play".

El presidente Orson miraba con cautela el video de vigilancia y sin parpadear vio detenidamente esa pareja peculiar que sobresalía en la grabación entre la multitud.

En el segundo video, observó con más atención a esas tres personas que se salían de dicho establecimiento. Y antes que pudiera finalizar el video, él pulso pausa para sonreír con malicia al ver ese rostro que reconoció instantáneamente.

- Tôt ou tard, je les trouverais. (tarde o temprano, los encontraría.) - habló el presidente Orson con una satisfacción en su voz. Sus ojos ámbar se concentraron en esa chica en particular y así con su mente malévola contempló la imagen congelada.

<>, pensó el asistente Remi con discreción.

El presidente Orson se recompuso y cerró la laptod con esa misma expresión de satisfacción.

Claro, sus ánimos desbordaron en su interior, al observar en dichos videos de vigilancia donde aparecía la chica Mey, el cual ya tenía toda su información y descubrió que no tenía un pasado nada agradable. Por otro lado, no hacía falta más indagar más sobre el paradero de su hermano menor "D56" porque basto su mirada cautelosa para darse cuenta que él estaba junto a esa chica humana.

Ya entendía porque no pudo percibirlo aquel día, y eso se debía a su pendiente platinado de Lou. También no se imagino que el chico con un temperamento atroz estuviera con ellos aunque su aspecto fuera diferente, él sabía que ese chico era "X87".

- Remi, étudie le plus jeune de la vidéo. Maintenant. (Remi, investiga al más joven del video. Ahora.) - ordenó el presidente Orson con determinación.

El asistente Remi se ajustó sus lentes y dijo con formalidad: - En ce moment. (Ahora mismo.)

Se inclinó como reverencia y salió de la oficina.

<>, pensó el presidente Orson con desdén. Era inconcebible para él que su misma especie conviviera con la raza humana.

...

Una hora más tarde el asistente Remi se dirigió a la sala de estar donde el presidente Orson se encontraba descansado en el sofá.

- Le président Orson, je n'ai pas trouvé son emplacement ou son identité, il a piraté des informations confidentielles. (Presidente Orson, no encontré su ubicación ni identidad sin embargo, él hackeo información confidencial.) - informó el asistente Remi haciendo entrega de unos documentos.

Tan pronto el presidente Orson tomó esos documentos, descubrió que el chico problemático era más astuto que antes.

- Intéressant, ce garçon est en surmontant les límites. (Interesante, ese chico está sobrepasando los límites.) - murmuró mientras hojeaba la información.

No imagino que X87 se atreviera a ocultar su identidad así como su ubicación y claro, que él hackeara información referente de hace un año; ese incidente donde su hermana X81 había perdido la vida sin embargo, ese accidente fue provocado. El presidente Orson estaba presente aquella noche fatídica y él conocía a la chica por su nombre "Denisse" aunque ese no era su único nombre.

Dejó los documentos en la mesa de centro. Se levantó y le comentó al asistente Remi:

- Je vais partir. (Voy a salir.)

El asistente Remi asintió con su cabeza. Sabía que el presidente Orson tenía una cena importante y por tal motivo iría solo excepto por sus guardaespaldas.

El presidente Orson salió de su suite lujosa y se subió a su automóvil de última generación.

Pasó el tiempo y él llegó a un restaurante de suma elegancia y muy famosa.

- Femme de l'amour. (Bienvenido señor.) - saludo con cortesía y una reverencia el jefe de meseros.

El presidente Orson sin expresión alguna, no dijo nada y enseguida el jefe de meseros lo condujo hacia una parte del restaurante que era más privado y sólo para clientes habituales e importantes.

El jefe de meseros se detuvo e hizo nuevamente una reverencia mientras el presidente Orson se dirigía a cierta mesa en donde una hermosa mujer con una piel marfil y una aura seductora, lo esperaba.

- ¡Si que te tomas tu tiempo!. - exclamó la bella mujer con sus ojos verdosos penetrantes hacía el hombre sombrío que se sentó con elegancia. Ella sonrió seductoramente al ver como el hombre no se inmutó para nada ante su voz melosa.

La bella mujer que vestía un hermoso vestido de seda y con un escote fugaz, dio un sorbo de su champán mientras que esperaba una palabra del presidente Orson.

- No tengo mucho tiempo. Así que ve al grano. - espetó el presidente Orson con su acento francés y llena de superioridad.

- Jajaja, vamos, no seas tan frío. ¡Por dios! Has cambiado demasiado. - mencionó la bella mujer con su sonrisa seductora.

Ella conocía perfectamente a dicho hombre con esa aura glacial; básicamente ambos crecieron juntos pero luego de unos años, ellos tomaron distintos caminos.

- Suspiro... ¿Dónde está él?. - inquirió de inmediato, ahora con una expresión seria.

Ella solo quería información pertinente de ese alguien al cual ella estimaba y extrañaba demasiado.

El presidente Orson, inexpresivo, sabía perfectamente a quién se refería ella sin embargo, no hablaría sobre el paradero de su hermano menor.

Presidente Orson: - Eso no te incumbe. Debes entender tus límites. - respondió con asperidad y viéndola fijamente.

<<¡Humph! Es obvio que no dirá nada. Este ser glacial...es de lo peor.>>, pensó ella mientras contenía su enojo, internamente.

- Uff...a pesar que eres un hombre muy importante y millonario pero no tan viejo; tienes una cara perfecta, con eso tendrías a muchas mujeres a tus pies. Deberías conseguirte una. - comentó con malicia la bella mujer sin apartar la mirada del presidente Orson. Esa era su manera de expresar su coraje hacia él al no obtener lo que buscaba. Ella se aliso su pelo castaño y rizado mientras miraba al hombre frente de ella.

Claro, el presidente Orson, torció sus labios al desagradable comentario que vino directo de ella. Para los sentimientos y todo relacionado con el amor, no era más que ficción para él. Sabía que si podía enamorarse y sentir afecto a otros seres. Pero simplemente, el amor no existía para él aunque fuera un alienigena y un humano normal a la vez.

En ocasiones utilizaba los sentimientos para sus planes malévolos y era su fuente poderosa para conseguir lo que deseaba pero al final destruía con sus propias manos ese gran afecto que él mismo conseguía.

Ser un hombre millonario y destacable a sus 30 años, era demasiado para él. No importaba como las mujeres lo vieran con amor, admiración y perversión, él siempre mantenía su línea perfecta e inquebrantable a no ceder por ese camino de afecto.

- Qué fastidio que no sepas nada de él. Sin embargo, no quisiera ensuciarme las manos. - agregó la bella mujer con malicia en sus palabras y desafiando al presidente Orson.

- Gizela, eres muy valiente. Atrévete y verás lo que te espera. - entonces contestó el presidente Orson con una sonrisa desafiante.

La bella mujer, Gizela, vio como esa aura sombría se incrementaba. Bebió su champán y se frenó a intentar provocar al presidente Orson porque al final no conseguiría nada.

Después de esa charla, ambos cenaron sin dirigirse la palabras y el presidente Orson, inmutado, se retiró del restaurante.

Llegando a su suite, le dio una orden a su asistente Remi para que investigará cómo Gizela se había enterado que su hermano D56, había llegado a la Tierra.

Se dio una ducha rápida y se puso su pijama para dormir. Pero antes, se postró en la gran ventana con la vista a la cuidad y viendo hacia el cielo cubiertos de estrellas.

Ya eran más de 20 años que vivía en el planeta Tierra y el último recuerdo proveniente de su planeta Marte, fueron las palabras de su pequeño hermano: "Regresa muy pronto. Te estaré esperando. No olvides que me lo has prometido..." sin embargo, nunca regreso y convirtió esa promesa en una traición para su especie alienígena.

- Suspiro...muy pronto te veré, mi querido hermanito. - se dijo a sí mismo mientras veía fijamente el cielo oscuro.