En medio de la penumbra, Mey se acerco al bello durmiente de Lou; tuvo la osadía de pegarse a ese escultural cuerpo mientras ella tenía ese hervor del alcohol.
Ella no siempre se embriaga con tanta rapidez, bueno, un sorbo lento y suave era lo suficiente para que ella cediera a tocar al cielo y durmiera en un santiamén pero esta vez fue diferente. Esos chocolates con toque de ron la llevaron a otro nivel.
Mey estaba a sólo centímetros del escultural brazo de Lou, ya que él dormía de lado, dándole la espalda a ella.
Claro, Mey no le importo estar tan cerca de él, al contrario tuvo la valentía de recargarse sobre ese enorme cuerpo.
- Lou, Lou...hip...yo tengo...hip. - murmuró ella con ese hipo al mismo tiempo que resopla cerca del brazo de él.
Al siguiente segundo, cómo flash, Lou abrió sus ojos y se giro ante ese murmullo y fue entonces que Mey enderezó un poco su cuerpo, dándole espacio para que Lou se volteara.
Lou atisbo esa silueta pequeña junto a él.
Cualquier hombre normal y por supuesto, un humano, se hubiera sorprendido y desconcertado al mismo tiempo por ver a una bella mujer ebria en la misma cama de él.
Sin embargo, este ser inmutable sólo pestañeo un par de veces y se sentó sobre la cama produciendo un rechinido que de inmediato Mey se percató que Lou ya se había despertado.
Apenas ella podía ver ese enigmático rostro y esa mirada intensa sobre ella.
Lou de inmediato percibió ese aroma sutil y destilante; un olor peculiar que no reconoció pero que indagó que provenía de la chica.
Mey entrecerró sus ojos y suspiró, dibujando una pequeña sonrisa traviesa.
- ¿Qué haces aquí?. - preguntó Lou con su voz ronca y llena de firmeza.
Mey no se atemorizo para nada; esa voz siempre le causaba cierta sensación indescifrable y era cómo si fuera una dulce melodía para sus oídos.
Ella volvió a suspirar y cómo una muchachita enamorada, agarro un mechón de su pelo violeta y lo empezó alisar con timidez.
Realmente Mey cambiaba de personalidad una vez que el alcohol hacía estragos con su mente y eso que sólo eran chocolates con ron.
Mey al ver esa distancia larga para ella, se acerco más a Lou sin dejar de soltar el mechón de su pelo.
- Hip...yo, yo...hip deseo decirte...buenas noches... - apenas logro responder Mey con la voz entrecortada y acompañado con ese hipo.
Ese aliento cálido con el sutil olor del alcohol, llegó más penetrante hasta sus fosas nasales de Lou e instantáneamente respingo su nariz afilada y perfecta.
Bueno, no le pareció desagradable pero hasta ahora no había percibido algo así a través de ella.
Mey con sus sentidos en otra dimensión y con la adrenalina que le recorría cada parte de su ser a causa de su embriaguez, ni siquiera medito ni por un segundo lo qué estaría a punto de hacer.
Se mordió sus labios y sin juicio y sin que subconsciente le respondiera, ella se movió más hacia Lou, tanto que ambos estaban a punto de rozarse; Lou estaba estático ante el extraño comportamiento de ella.
Mey se las arreglo para llegar justo a ese rostro magnético y perfecto; unos segundos pasaron y ella contemplaba ese bello rostro, inspeccionó cada facción y con mucha cautela aunque sus ojos se sintieran cansados.
- Oh, eres más guapo que él...eres hermoso... - murmuró ella con una sonrisa tenue y entonces la imagen de Isaac apareció en su mente.
Bajo su vista ante los recuerdos que aparecieron como flashes provocando que empuñara sus manos. - Él es...hip...un poco hombre... - habló quedamente.
Lou solo mantenía su misma posición sin entender qué balbuceaba ella.
- Pero tú... - susurró ella al mismo tiempo que levantaba su mirada hacia Lou. Extendió su brazo, llevando su mano derecha justo en la cara de Lou.
Él simplemente se quedó inmóvil; paralizado ante ese toque cálido.
La mano de Mey viajo a cada facción de la cara de él; primero pellizco sus mejillas y Lou solo percibió como su piel era estirada pero no sintió dolor alguno.
Luego Mey, dibujo las yemas de sus dedos en esas cejas pobladas y definidas, esa nariz simétrica y por último en esos labios carnosos y fríos.
Entonces sus dedos se quedaron allí, deslizando una y otra sus yemas contra esos labios, lo que provocó que Lou sólo tensara su mandíbula.
Mey: - Aah...qué labios...son perfectos. - dijo con la voz suave y sin titubear.
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El rostro de Mey se había tornado rojo intenso pero no por lo ebria sino un pensamiento que le cruzó en su mente.
Entonces sin preámbulo, Mey palmo sus manos en la cara de Lou, estrujandolo con cierta fuerza y moviendolo para qué la cara de él quedara a la altura de ella. Ambos estaban frente a frente, a punto que sus narices rozaran.
Era increíble que el ser alienígena de Lou estuviera inmóvil ante ese súbito movimiento. Y claro, él esperaba ver cuál era el ataque que ejercería ella.
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Su corazón se aceleró al máximo al imaginar esos labios sobre las de ella. Lista para besarlo, frunció sus labios pero antes que los labios de ellas se pegaran a los de Lou; él actúo a la velocidad de la luz, deshaciendo el agarre de ella contra su cara al mismo tiempo que él la tomaba por los hombros y la dejará caer sobre el suave colchón.
Él fue muy veloz al agarrarla de cada muñeca y dejándola indefensa mientras que él se colocaba encima de ella.
Mey solo sintió como su cabeza rebotó y de inmediato abrió sus ojos con cierta confusión. Ese movimiento le provocó vértigo mientras que trataba de saber qué ocurrió.
Entonces con ese vértigo, vio ese cuerpo encima de ella y cómo ese pelo blanquecino caí en cascadas en ese rostro sombrío.
- ¿Qué intentas hacer?. - preguntó Lou con una voz firme y determinada.
Por supuesto, Lou tuvo la idea que Mey estaba a punto de atacarlo con un poder desconocido que él mismo definió. Sin embargo, lo qué él no sabía era que ella sólo estaba a punto de besarlo.
Mey empezó a balbucear sin sentido, sonriendo y sacudiendo su cabeza ligeramente.
- Yo...solo quería...aaah... - se detuvo sin saber qué decir ya que sus párpados lo sintió demasiado pesados sin percibir ese potente agarre de parte de Lou.
Entonces de un segundo a otro, ella cerró sus ojos con el rostro ruborizado y soltando un gran suspiro.
Lou contempló a la chica que se había quedado dormida sin recibir respuesta a su pregunta.
Él soltó el agarre y la agitó un poco pero ella ya no se movió, solo resoplaba.
Se levantó de la cama y quedo de pie, sin desviar la mirada de ella.
<<¿Qué tipo de ataque estaba ejerciendo? Está especie humana, ¿tienen poderes desconocidos? Debo averiguar más sobre ellos y saber exactamente qué intentaba hacerme.>>
Lou creyó que los seres humanos también tenían poderes sobrenaturales como ellos.
Suspiró y bostezeo, algo que lo sacó de orbita ya que no lo había hecho. Sin indagar más porque el sueño lo empezaba a doblegar, se acerco a Mey y sin tomarse la molestia de llevarla a su habitación, la acomodó hasta la esquina y la cubrió con la manta y él también se acostó cubriéndose con la misma manta.
Entonces cerró sus ojos y enseguida cayó en un sueño profundo.
Ambos dormían plácidamente.