Sin duda era un imán para la vista de todos

Adentro del supermercado, Mey aparentemente gentil y dichosa no dejaba de irritarse por dentro y todo eso se debía a que las miradas curiosas y coquetas no dejaban de posarse al atisbar a Lou.

Solo habían transcurrido unos minutos que ambos entraron al super. Ella sólo podía maldecir por dentro porque realmente le molestaba de nuevo que las mujeres en específico, vieran a Lou con mucha emoción en sus ojos.

También, otro motivo que no le molestaba para nada, aunque ella se dijera que si. Era que oía perfectamente como otros especulaban que Lou era su novio y que tenía una suerte muy grande. Sin dejar de lado, que aquellos murmuros señalaban a Lou como un modelo de talla internacional.

Soltó un suspiro de frustración.

Lo único que podía hacer era ignorar dichos comentarios y seguir con la lista mental de compras. Mey entró en la sección de alimentos en pasta.

Lou por su parte solo observaba con curiosidad todos los alimentos del Planeta Tierra. Por ejemplo, los empaques, colores, tamaño y el tipo de textura de cada producto. Todo muy diferente a su Planeta Marte. Era extraño para él estar en un lugar así, donde podrías encontrar de todo.

Por supuesto, para este ser alienígena solo esperaba con ansias el instante que Mey preparará la comida.

Continuaron caminando en silencio hasta que Mey se le ocurrió ir al sanitario.

Ella buscó con apuro el sanitario y enseguida se volvió a Lou.

- Lou, entraré aquí. Debes esperarme. Ahora vuelvo. - dicho eso Mey se metió al sanitario, avergonzada por el hecho de instruir que Lou la esperará para ir al sanitario.

Lou sólo asintió en silencio. Tomando el carrito de compras. Esperando obedientemente a la chica humana.

Él, como todo ser curioso de su entorno, roto sus ojos oscuros. Enseguida se percató a una dirección en particular, donde atisbo una línea de neveras y a su vez un pequeño puesto de helados. Él vio con mucha cautela como un par de jóvenes se acercaban para comprar helados. Desde luego, él le llamó la atención como aquella joven lamia el helado.

Entonces, más curioso aún. Se encaminó hasta las neveras, dejando el carrito de compras al lado de la entrada de los sanitarios.

Al llegar al puesto y a todas la neveras. Se acerco más, observando todos los botes de helados de diferentes sabores. Percibía el frío que provenía de la nevera.

En el puesto de helado, el joven que atendía sólo observó el hombre sublime que miraba con mucha atención las neveras.

Tenía la imagen de un niño pequeño e inocente que deseaba comer helado. Entonces, Lou atisbo a una niña pasar con el helado. Lou observó como esa niña lamia el líquido frío de color rosa. Él deseaba probar un cono. Como él mismo lo dedujo.

Mientras que él miraba con sus ojos lleno deseo muy cerca de la nevera, a lo lejos había dos chica jóvenes, mirando al hombre con mirada tierna e inocente.

Ambas chicas avistaron al hombre sin parpadear.

- Mira, ¿Será un extranjero? Parece perdido. ¿No crees?

- P-Puede ser. A la mejor sea un famoso. - comentó la chica, sonrojada por el escultural perfil del hombre misterioso.

La otra chica, su amiga, solo sonrió coquetamente. Se habían saltado las clases, ya que era viernes y no había nada bueno, más que repasar lo aprendido durante la semana.

La chica coqueta no se hizo esperar. Su intrépida valentía era ver al hombre de cerca y comprobar si era un extranjero, famoso o sí se había perdido.

- ¿Qué tal si vamos a echar un vistazo? No está mal si lo ayudamos en todo caso que se haya perdido. Existe la posibilidad que sea un extranjero y hable otro idioma. - dijo con elocuencia la chica coqueta, emocionada por ver al hombre más de cerca. Su amiga tímida solo se encogió más de hombros.

- ¡Anda! No seas tímida. No salimos del colegio para disfrutar de este día. - añadió su amiga coqueta y ella enseguida cedió a la petición de su amiga.

Ambas chicas caminaron hasta Lou, quien seguía en la misma posición, casi su frente pegado al cristal de la nevera.

<>, se preguntaba él con mucha curiosidad.

Él estaba absorto mirando la nevera e incluso se olvidó de Mey.

Enseguida las dos jóvenes chicas, llegaron a Lou. La chica tímida sólo se mordía sus labios mientras que la otra, con una expresión coqueta estaba más que decidida hablarle al hermoso hombre.

- Er...disculpe joven, ¿está perdido?. - inquirió la chica sonriendo. Rápidamente quedó impactada por la altura del hombre.

Lou enseguida volteó a ver a los dos chicas que se encontraban a unos pasos de él. Él las analizó, sin responder a su pregunta. Ya que qué pensó que podía cometer un error al hablar con dos humanas desconocidas.

- Y-Yessi...tal vez sea un extranjero y no entiende nuestro idioma. - susurró su amiga tímida y sonrojoda por la cara misteriosa y la altura sobresaliente de Lou.

Pero lo que más admiró fue el pendiente que usaba dicho hombre. Enseguida pensó que en realidad se trataba de alguien muy importante.

- Si es así, ayudaremos. - contestó susurrante la chica coqueta sin despejar la vista de Lou.

- Ejem. Joven...¿Puede entender nuestro idioma? ¿Necesita ayuda? - preguntó la chica, enfatizando sus palabras al mismo tiempo que le hacía señas con su mano a Lou para ver si entendía.

Lou simplemente frunció su ceño por el comportamiento de la chica. Desde luego que el entendía lo que la chica le decía pero se abstuvo a pronunciar una sola palabra.

Por otra parte, Mey salió del baño y al salir se dio cuenta que el carrito estaba solo sin Lou a la vista. Inmediatamente, su corazón se alertó. '¡¿Dónde se metió ese hombre?!'

Ella chasquio sus labios, temía que Lou se metiera en problemas. Apenas se comportaba como un humano normal y ya andaba por ahí, como si nada. Mey no comprendía porque este ser era descuidado.

Ella agarró el carrito y camino, buscando con la mirada el perfil de Lou.

De repente, sus ojos esmeraldas encontraron el formidable cuerpo de Lou pero la sorpresa que se llevó al atisbar lo fue dirigiendo su mano a una de las chicas colegialas que se encontraban al frente de él.

Entonces, un punzón llegó a su corazón provocando molestia. ¿Por qué Lou tomaba el pelo de esa joven chica?

Ella no se hizo esperar más, y empujó con mucha ímpetu el carrito.

<<Él...¿Qué cree que hace?>>, ella no tenía una expresión nada agradable.

Lou no hacía nada malo. Solo tomó el mechón de la chica tímida al percatarse que tenía una diminuta pelusa en su pelo negro. Esa chica tímida se sonrojo más y se encogió de hombros, tomando el brazo de su amiga por la fuerte impresión que ese hombre majestuoso le tocará un mechón de su pelo.

Su amiga coqueta se quedó boquiabierta ante el súbito movimiento del hombre desconocido que emanaba una aura indescriptible. Por la visera de la gorra ella no pudo ver el color de esos ojos enigmáticos.

La chica tímida se sorprendió cuando de repente un bella mujer se acerco al lado de Lou. Notando la expresión sombría de la chica.

'¡¿Su novia?!', se preguntaron mentalmente ambas chicas. Bueno, indagaron que sería su novia por la imponente que se veia ella, como marcando el territorio del hombre apuesto.

- ¿Qué haces?. - espetó Mey, sin apartar la mirada sobre las chicas.

Ellas solo respingaron por la fría voz de Mey.

Por supuesto, la pregunta estaba dirigida a Lou.

Él ni siquiera se inmutó a la repentina llegada de Mey.

- Ella tenía algo en el pelo. - señaló Lou, mostrando a Mey la diminuta pelusa que apenas era visible para el ojo humano.

-...

Ambas chicas quedaron perplejas. Mey solo puso una mirada en blanco.