Mientras que Etna y Jeff se encontraban en un laberinto, al mismo tiempo...
Caleb llegó a su casa, abriendo la puerta con exasperación. Estaba con sus emociones hecho un caos al saber que Noel murió de una manera macabra y despiadada.
La noticia del joven guardabosques se convirtió en la noticia más importante y desconcertante del momento. Él al ver la familia desgarrada por la muerte de Noel, no soportó sentir algo de pena por sus familiares.
La muerte para Caleb era difícil de procesar y algo muy doloroso y desgarrador.
La muerte de Noel todavía no era clara y menos se tendría sobre su autopsia. Así que él buscaba explicaciones y la persona a quien le preguntaría sería con Rubí.
Tenía que poner la cartas sobre la mesa.
Entonces al entrar a su hogar se percató del profundo silencio que rondaba.
- Etna, ya estoy en casa. - aviso él.
Creía que Etna ya se encontraba en casa ya que hace una hora salió del colegio. Por supuesto que no tenía planeado llegar a casa tan temprano pero con la muerte del guardabosques se tomaron el día libre para dar el pésame a los familiares de Noel.
Pero al pasar por el pasillo y darse cuenta que su hermana no lo recibía alegremente, frunció su ceño.
- ¿Etna?. - volvió a llamar a su hermana pero al no recibir respuesta se dirigió a la sala de estar. Sin embargo, nadie estaba a la vista, ni siquiera Rubí.
Entonces supuso que ambas se encontraban en el sótano ya que era la habitación de Rubí. Él bajó las escaleras, volviendo a llamar a su hermana.
Pero tampoco no había nadie. Sólo un denso silencio por todo el sótano. Pretendía hablar con Rubí pero ella ni siquiera estaba.
Él sintió una extraña premonición.
Era raro que su hermana no estuviera en casa y que Rubí tampoco se encontrará.
Subió rápidamente las escaleras, guiándose hasta la cocina. Pensó que si Etna salió antes que él llegará, entonces dejó una nota en el refrigerador como siempre era costumbre de ella.
Al llegar a la cocina, se detuvo al atisbar las bolsas de mercancía en la repisa. Incrédulo avanzó hasta la repisa y se percató de una nota doblada al lado de las bolsas.
Creyó que era de su hermana, sin embargo al desdoblar la nota se dio cuenta que no era la letra de su hermana, ya que la caligrafía era curvisa y elegante.
Sus ojos de él viajaron, leyendo cada letra escrita en la nota. Era increíble lo que leía. Rubí realmente tomó la decisión de alejarse de sus vidas; ella se fue y compró todo estos insumos para demostrarle que si era alguien útil.
Caleb sonrió de mala gana y arrugó la nota.
Justo cuando la iba a confrontar para exigir explicaciones de su origen, ella se fue. Eso lo irritó mucho más.
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Dejó de lado lo de Rubí y se enfocó en su hermana. Quería saber si todavía estaba en el colegio.
Especuló que quizás Etna llegó al momento que Rubí se había ido y por lo tanto Etna se atrevió ir tras ella. Caleb conocía muy bien a su hermana y sabía que ella era terca y berrinchuda y a veces tomaba decisiones sin meditarlo.
Sin más premura, tomó las llaves de su auto y salió de su casa. Se dirigiría al colegio en primer lugar para cerciorarse si ella todavía seguía allí. Un pensamiento amargo le atravesó en su mente, que existía también la posibilidad que su hermana estuviera siendo intimidada por sus compañeros de clases.
No permitiría que su pequeña hermana y su única familia para él, le pasará algo malo.
Y Rubí...si ella se fue para él era lo mejor. Solo la veía como una carga y un parásito extraño.
A lo mejor ella decía la verdad que no era una humana y si realmente fuera verdad, mejor para él mantenerla alejada de su hermana.
Caleb encendió el motor de su auto a toda marcha en busca de su pequeña hermana.
...
En un parque solitario de la Región B, en cierta esquina y en una banca se encontraba Rubí. Tenía una expresión melancólica, viendo el solitario panorama a su alrededor.
Pese al frío ella se mantenía firme. Caminó mucho para llegar a la Región B. No sabía con seguridad qué hacer o dónde ir primero.
Para sustentarse o encontrar un hotel para hospedarse necesitaría dinero. Desde luego que por sus poderes no sería difícil de conseguir.
Era inevitable para ella no sentirse mal y triste a causa de alejarse de Etna y de Caleb. Era una sensación abrumadora para ella misma saber que ya no los volvería a ver. Sin embargo, se dijo a sí misma que tenía que ser fuerte para cuidar de ellos a pesar de la distancia.
Ya no podía arrepentirse de su decisión. Tenía en mente que Caleb era un hombre de corazón frío y que la ignoraba como cualquier cosa insignificante.
¿Acaso él la extrañaría?
Preguntarse eso, la ponía en una encrucijada. El poder de la empatía que ella poseía era ilimitado pero también tenía sus bajas, era dolor y una pena inimaginable.
- Suspiro... ¿Cómo estará ella?. - se preguntó por Etna. Desde que salió de casa, una extraña sensación de angustia la acechaba.
Bueno, supuso que tal vez la pequeña Etna se enteró que ella se fue para siempre y por lo tanto Etna estaría triste.
Pasaron los segundos; la imagen de Caleb y Etna no dejaban de dar vueltas en su cabeza.
Sin que ella se percatara, un automóvil se parqueo cerca del parque. No era un automóvil cualquiera.
Ya que Rubí se encontraba en las nubes, una mujer y un hombre se acercaban hasta ella.
Ambos eran del Escuadrón UECRA; el líder Iker y su mano derecha, Elina.
Estaban siguiendo cada paso de código A79. Tuvieron información exacta de ella y entonces esperaron el momento indicado para actuar.
Y el momento que esperaban había llegado.
Ambos sin hacer el menor sonido de sus pasos, se acercaron a la banca. No creían que código A79 fuera una chica bella, esplendorosa a pesar de un día nublado y frío.
Para ellos, A79 destacaba demasiado por su belleza física.
Sin preámbulos, el líder Iker se postró ante ella. Y Rubí, por la inesperada presencia desconocida, levantó su cabeza.
<<¿Quiénes...son ellos?>>, se preguntó ante el hombre y mujer que la miraban neutralmente.
- Código A79, serás confinada. La misión MS785 no existe por lo tanto debes venir con nosotros. No opongas resistencia. Debes saber muy bien nuestras normas, si la misión no es válida, tienes que regresar. ¿Entiendes?. - declaró el líder con firmeza y autoridad.
No despejada su vista de código A79, poniendo atención si ella no ponía resistencia.
Rubí no lo podía creer, acaba de ser capturada por el Escuadrón UECRA.
¿Se atrevería a luchar contra ellos o simplemente se rendiría?