Capítulo 761: Hay cosas que nunca cambian (1)

"Tal vez deberíamos haber traído a Shizuku con nosotras, Tio-san" - dijo Shea mientras fruncía el ceño al ver cómo los humanos las estaban mirando con deseo luego de notar cómo ellas no tenían un collar.

Tio guardó silencio porque era mejor ignorar las miradas y concentrarse en el trabajo que tenían que hacer, encontrar a un buen bardo.

"¡Oigan, ustedes!" - exclamó un hombre mientras caminaba donde las dos chicas, aunque su expresión cambió a una de terror cuando notó la fría mirada de la mujer dragón, al punto que cayó de trasero al suelo y se meó en los pantalones.

Los demás hombres que habían pensado en probar suerte en intentar conseguir a este dúo de semi-humanas, desistieron porque era obvio que ellas eran fuertes, de no ser así, ellas no habrían caminado tan libremente por las calles del imperio.

"Veamos, tal vez podríamos ir al gremio de aventureros, ese lugar es posiblemente el sitio menos xenófobo de esta ciudad" - dijo Tio mientras se ponía a pensar - "Además, no tenemos tiempo que perder con estos humanos"

"Tienes razón" - asintió Shea mientras las dos chicas caminaban hacia el lugar donde estaba el gremio de aventureros, una suerte que el lugar estuviera señalizado.

* * * * *

"¿Es esto cierto?" - preguntó hombre obeso con una enorme sonrisa cuando escuchó la noticia de la aparición de una mujer conejo en la ciudad, después de todo, él había perdido a su esclava hace unos cuantos meses y deseaba cubrir ese espacio.

"Sí, Melf-sama, y por lo que logré escuchar, ella es mucho más hermosa que la mujer que consiguió antes" - respondió el soldado mientras miraba al noble.

"Interesante... quiero que la captures lo antes posible, no me importa qué método necesites usar" - respondió Melf mientras sonreía con emoción, después de todo, las chicas conejo eran sus favoritas, más que nada porque ellas eran débiles emocionalmente, en otras palabras, fáciles de controlar y corromper.

"¿Y qué hacemos con la otra mujer?" - preguntó el soldado mientras agachaba la cabeza.

"Pueden hacer lo que quieran con ella, no me importa" - bufó Melf mientras entrecerraba los ojos - "A menos que estés ocultándome información sobre ella"

"No, Melf-sama, le he dicho todo lo que sé" - respondió el soldado con una enorme cantidad de sudor corriendo por su frente, después de todo, él sabía que si hablaba sobre la belleza de Tio, este sucio noble también la iba a querer, y esta era la única oportunidad de poder divertirse con alguien como ella.

"Ve, quiero a esa coneja lo antes posible" - dijo Melf con neutralidad.

* * * * *

"Lamento decirles que no hemos escuchado sobre ningún bardo en esta ciudad" - dijo la recepcionista luego de ver las tarjetas de aventureras de las chicas - "Tendrían que ir al gremio de cultura y comercio"

"¿Cultura y comercio?" - repitió Tio con sorpresa.

"Sí, últimamente los comerciantes han estado usando bardos, bailarinas y otros trabajos del estilo para promocionar sus productos, es por eso que ellos son los que más tienen que saber sobre bardos en esta ciudad" - respondió la recepcionista mientras se ponía a pensar y escribir en una hoja - "Aunque por sus razas será un poco difícil hablar con el presidente de la asociación, con esta carta la recepcionista de ese lugar les ayudará"

"Muchas gracias" - dijo Tio con una pequeña sonrisa, aunque su expresión cambió cuando sintió unas cuantas miradas hostiles. Ella le lanzó una señal a Shea para que actuara con normalidad, cosa que la chica conejo aceptó - "Cuando solucionemos nuestro problema, vendremos a darte las gracias"

"No tienen que agradecerme, el trabajo de la recepcionista del gremio de aventurero es ayudar a los miembros, sin contar que ustedes han hecho mucho por nosotros" - sonrió la recepcionista mientras se despedía - "Fue un placer el hablar con ustedes, espero volver a verlas pronto"

Tio asintió antes de salir del edificio junto a Shea.

Las dos caminaron hacia un callejón, cuando escucharon la voz de un hombre.

"¿Qué hacen dos mujeres no humanas en este lugar tan alejado de su gente?" - preguntó el líder del grupo con una enorme sonrisa llena de lujuria.

"Deberían irse antes de que las cosas se salgan de control..." - dijo Tio mientras negaba con la cabeza.

"Oh, créeme, las cosas están por descontrolarse" - dijo otro hombre mientras se lamía los labios.

Shea soltó un suspiro porque esta no era la primera vez que esto sucedía, aunque seguía siendo molesto y asqueroso.

"Dejen de hablar y vayamos a divertirnos" - dijo otro hombre mientras el grupo empezaba a soltar una risa perturbadora, aunque esta desapareció cuando escucharon el grito de uno de su grupo - "¡Emboscada!"

Tio y Shea negaron con la cabeza ante las acciones tan novatas de sus "atacantes". Ellas habían sentido la presencia del segundo grupo desde que entraron al gremio de aventureros, pero estos debiluchos ni siquiera se percataron que los segundos atacantes estaban respirándoles en la nuca.

"Se los advertí" - dijo Tio mientras negaba con la cabeza.

"¡¿Fueron ustedes?!" - exclamó el líder del grupo al ver cómo otro de sus hermanos caía por culpa de una flecha en la cabeza.

"En lo más mínimo, nosotras no somos las culpables, ellos son unos hombres que tienen el mismo objetivo que ustedes" - respondió Tio con asco - "Ahora si me disculpan, tenemos un trabajo que hacer"

"¡Ustedes no irán a ningún lado!" - rugió el líder del grupo de maleantes porque era obvio que no iba a sacrificar las muertes de sus hermanos sin beneficiarse.

Tio soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza - "¿En serio no lo entiendes?"

"Creo que no... supongo que está dejando que sus instintos básicos tomen la decisión de sus acciones" - respondió Shea mientras negaba con la cabeza.

"Umu, tienes razón, ese es probablemente lo que pasa por su mente en estos momentos" - suspiró Tio por segunda vez - "Ok, voy a ir directo al punto... ¿Cómo crees que logramos descubrir que nos estaban persiguiendo y caminamos a un lugar alejado para que pudieran matarse entre ustedes?"

El líder de los maleantes abrió los ojos, sorprendido porque ahora que escuchaba las palabras de esta mujer, algo se encendió dentro de él - "T-Tú..."

Tio le dio una mirada en blanco mientras que Shea negaba con la cabeza, después de todo, ellas no podían tomarse en serio a estos sujetos cuando hasta hace poco ellas habían estado frente a los apóstoles de Ehit.

"Vamos, Shea-san" - dijo Tio mientras miraba a su amiga.

"Claro" - asintió Shea mientras las dos desaparecían sin que el líder de los maleantes pudiera hacer algo al respecto.

"¡Jefe, no podemos seguir así!" - exclamó un ladrón mientras miraba a su líder.

"¡Escapemos, no tenemos que seguir peleando con esos hijos de puta!" - exclamó el líder de los maleantes, aunque su expresión cambió cuando vio a un hombre aparecer frente a él - "Ben..."

"En serio, no esperaba que fueras tú el que se puso en medio de mis negocios, Kyan" - dijo Ben mientras negaba con la cabeza - "En fin, ¿Dónde están esas semi-humanas?"

"No tengo idea, ellas desaparecieron antes de que pudiera capturarlas" - respondió Kyan mientras fruncía el ceño - "Y ahora que ellas no están, no es necesario que sigamos peleando"

"Ahí es donde te equivocas, Kyan" - dijo Ben con una enorme sonrisa - "Te has metido en muchos de mis trabajos, así que este es un buen momento para poder eliminar cierto... inconveniente para mis futuros planes"

"Si quieres matarme, sabes muy bien que no será tan fácil" - dijo Kyan mientras sacaba sus dos dagas - "Es más, es posible que muera, pero tú caerás conmigo, y los dos sabemos que esa no es buena idea, no cuando los demás líderes criminales quieren a tus mujeres"

Ben se quedó en silencio antes de chasquear la lengua - "Ok, puedes irte..."

Kyan se mantuvo alerta, después de todo, era imposible que él confiara en un bastardo como Ben.

"¿Sabes dónde podrían estar esas dos mujeres?" - preguntó Ben mientras daba una señal para que sus hombres no atacaran a los subordinados de Kyan.

"No tengo la menor idea, y si lo supiera, te lo diría de inmediato" - respondió Kyan con desdén.

"Eso no tiene sentido" - dijo Ben con el ceño fruncido.

Kyan no justificó el motivo, él simplemente se retiró con sus subordinados.

"Quiero que me den un conteo de muertes" - dijo Ben con neutralidad.

"Mi señor, hemos perdido a 20 hermanos" - respondió el subordinado mientras miraba hacia atrás.

"Tch, no importa, si conseguimos a esas dos mujeres nuestras vidas mejorarán" - dijo Ben mientras ignoraba las muertes de sus subordinados, después de todo, si ellos murieron es porque eran inútiles.

Uno de los subordinados de Ben apretó el puño porque uno de los que murieron no era otro que su hermano de sangre.

"Tranquilo, no hagas nada estúpido" - dijo otro hombre mientras ponía su mano en el hombre del subordinado que estaba lamentándose por la muerte de su hermano - "Si haces algo, ni siquiera yo podré salvarte"

"Lo sé..." - respondió el subordinados mientras soltaba un suspiro pesado, preguntándose cómo le iba a decir sobre esto a su familia.