Crusch se encontraba con el resto de sus soldados, ademas de una parte que salió herida de las Tropas de Anastasia, ahora mismo en un carruaje se dirigían a la capital para demostrar que habían salido victoriosos de la Batalla contra la Ballena Blanca, Crusch miró el paisaje de la carretera de Lifaus mientras suspiraba por sexta vez en la ultima hora, en su mente solo había una imagen.
_*Suspiro* ¿Por que no puedo dejar de pensar en Natsuki Subaru...?- Susurró Crusch para si misma, el sol ya había salido y en estos momentos Felix, Wilhelm y Subaru se dirigían al Territorio Mathers. Y ella estaba aquí descansando y asegurándose de no salir herida.
"En estos momentos me siento inútil... " Pensó Crusch mientras bajaba la vista, apretando sus puños con impotencia, dejando que una persona que casi muera vaya a pelear de inmediato, la persona que los había salvado, eso no le resulto gracioso Cruch y en especial a los soldados que habían salido heridos y se había salvado por el estúpido intento de Subaru de matar a la Ballena Blanca solo.
Con eso en mente el ambiente en los carruajes estaba completamente tensó, los conductores no se atrevieron a decir nada, ni siquiera preguntar el como habían derrotado a la Mabestia, ya que parecía ser un tabú para todos en la Fuerza de Expedición.
El viaje continuó normalmente, de hecho la carretera estaba demasiado pacifica. Eso confundió a los comerciantes, ya que se habían alejado muchos kilómetros de el Gran Árbol Flugel, así que deberían haber como mínimo tres o cuatro carruajes cruzándose con ellos , pero no habían visto ninguno.
Segundos después una explosión se pudo escuchar desde el frente alertando a todos en los carruajes, Crusch logró ver lo que le sucedió al carruaje del frente haciendo, estaba un poco nerviosa porque la fuerza que tenían no era suficiente para derrotar a lo que sea que haya hecho eso.
-¡Todos los carruajes deténganse!- Gritó Crusch mientras tomaba la espada que estaba en su cintura, esperando que pudieran derrotar a su atacante, los carruajes se detuvieron frente a un hombre con prendas Blancas, el hombre parecía ser promedio y su cabello era blanco. Si uno lo viera entre un montón de personas de seguro lo olvidaría al instante.
El hombre de cabello blanco se encogió de hombros al ver como lo miraban todos en la fuerza de expedición, mostrando que le daba igual el como lo miraban o el que pensaban de el, aun así parecía tener el mínimo cuidado para hablar y tratar de aligerar el ambiente.
-Bueno, al menos tienes los modales para detener el carruaje frente a una persona. Bien, bien. Es perfecto. Que muestra de humanidad tienes, eso significa que sera fácil entablar una conversación con usted- Dijo el hombre de cabello blanco mientras les daba a todos una sonrisa amigable, eso pareció tocar el nervió de algunos soldados. Los cuales corrieron hacía el desconocido tratando de cortarlo por la mitad.
Las cuchillas al tocar el cuerpo del hombre se rompieron dejando a los cuatro soldados totalmente confundidos, el hombre de cabello blanco parecía que de verdad estaba enojado, y con un solo movimiento de su mano, los soldados fueron cruelmente descuartizados, dejando a todos atónitos por lo sucedido, Crusch apretó los dientes mientras miraba como esos cuatro soldados murieron, otra vez se sintió inútil .
-¡Oye, se atreven a atacarme mientras trato de hablar, eso es una clara infracción a mi derecho a hablar! ¡Hacer eso no los hace lo suficiente humanos como para preocuparme!- Dijo el hombre de cabello blanco mientras miraba con fastidio a los cuerpos descuartizados de los soldados que se atrevieron a atacarlo mientras hablaba.
-*Tos* Disculpa por la interrupción, como decía... Ah, sí. Ya recuerdo, ya recuerdo. Como ustedes no me atacaron incluso después de matar a esos tipos que intentaron atropellarme con su carruaje, no violaron ningún derecho mio así que no me encargare de ustedes por ahora- Dijo el desconocido al resto de la fuerza de expedición mientras les guiñaba un ojo, los soldados al escuchar eso llegaron a un nivel de enojo el cual no habían sentido nunca. Incluso después de unos segundos la rabia no bajaba ni un poco.
-¿Quien eres?- Pregunto Crusch mientras esperaba la respuesta del hombre de cabello blanco.
-Ya veo, ya veo. No me conoces, ¿cierto?... Pero yo si te conozco, eres una de las candidatas al trono del Reino, ¿Cierto?- Dijo el hombre de cabello blanco mientras miraba a Crusch con una sonrisa la cual no sacaba ninguno de sus pensamientos, eso mas la respuesta que le dio hizo que el temperamento de Crusch subiera tanto que parecía que iba a explotar.
Crusch después de calmarse iba a volver a hablar, pero el sonido de algo cayendo la saco de su intención, Crusch lentamente giro su cabeza hacia el lado, solo para encontrar los cuerpos de sus sirvientes en el suelo, todos con un corte en el cuello, la sangre salía por la boca de alguno e incluso había otros que ni siquiera sabían que murieron.
Una voz interrumpió el proceso de pensamiento de Crusch, haciendo que cualquier reacción que tuviera se postergara para después que esa persona termine de hablar.
-Haaaa, No importa cuanto coma, no es suficiente para satisfacerme... ¡Como, Devoro, Mastico, Muerdo, Engullo, Mordisqueo, Masco, Trituro...¡ ¡Es un festín lleno de Glotonería!- Un chico extraño caminaba por la espalda de Crusch, con la espalda totalmente encorvada y unos dientes Afilados. una mirada maníaca en su rostro dando paso por paso acercándose a Crusch, la candidata al trono miró la dagas llena de sangre en sus manos, sabiendo que un paso en falso y ella seguiría el mismo destino.
-¡Gracias por la comida!-
Crusch sabiendo que se había quedado sola, ya que todos sus soldados, estaban muertos o en una situación critica, decidió poner un frente tranquilo mientras trataba de saber la identidad de los dos atacantes.
-Ustedes son...-
-Arzobispo del Culto de la Bruja, Representando a la Avaricia. Regulus Corneas- Dijo el hombre de cabello blanco con una sonrisa tranquila en su rostro, haciendo que el temor de Crusch aumente poco a poco.
-Arzobispo del Culto de la Bruja, Representando a la Gula. Ley Batenkaitos- Dijo el chico de cabello largo, mientras le sonreía a Crusch con sus colmillos como si estuviera viendo un pedazo de la mejor carne, y no hubiera comido en semanas. Eso hizo que Crusch se estremeciera ante tal mirada.
Regulus solo miró a Crusch con un poco de lastima, no porque se compadeciera, si no porque en verdad sentía pena por su existencia, para el hubiera sido una gran adición a sus esposas, incluso pensó por unos segundos en darle un numero, pero ahora que estaba en los ojos de unos de los tres lunáticos de la Gula parecía un poco difícil sacarla de esta situación.
-En verdad, lo siento. Yo no soy como ese tipo, a mi no me gusta pelear. En verdad es una lastima que este perro los haya atacado a todos aún cuando no infringieron ninguna violación a mis derecho., Una pena, una pena- Dijo Regulus haciendo que Crusch volviera a enojarse.
"Este tipo esta burlándose de las muertes de todos aquí, ¡Como se atreve!" Pensó Crusch mientras apretaba tan fuerte su mano que empezaba a salir sangre de ella, parada entre lo que podrían ser dos de las personas mas peligrosas del mundo estaba poniendo un enorme peso sobre los hombros de Crusch.
Ley no esperó mas y se lanzó contra Crusch llendo directamente a por su manos izquierda, estando tan cerca de su objetivo y con la boca ya salivando, no había nada que pudiera detenerlo, al menos no una persona común.
De la nada un puño apareció en el camino de Ley, golpeando tan fuerte su cara que lo mando a volar lejos a la distancia, con el uniforme de los Caballeros de la Guardia Real, y un brillante cabello rojo. La única persona capaz de detenerlo había llegado.
-Disculpe la demora, Lady Crusch. Ya esta a salvo- Dijo la figura heroica que se interponía entre Regulus y Crusch, la chica de cabello verde logró ver todo en cámara lenta sorprendiéndose por la fuerza del hombre.
-Por petición de mi amigo, Subaru Natsuki. Yo, el Santo de la Espada de esta generación. Reinhard van Astrea, los detendré- Dijo Reinhard mientras que Crusch solo podía oír las palabras "Subaru Natsuki", de la declaración de Reinhard, haciendo que antes de caer desmayada, pensara en el chico de cabello negro el cual la había ayudado mucho.
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A/N: Este es el interludio de lo que paso mientras, Subaru y el resto van de camino hacía la batalla contra Petelgeuse. Espero lo disfruten, ademas me complace decirles que la ruta de Rojo va perfectamente a la mitad, me estoy emocionando con la idea de que ustedes la leyeran.
Se despide.
-KOTOMINE