El camino a casa fue tranquila, nos movimos por la estación hacia el autobús y regresamos a la casa de los Weasley de manera rápida
En el autobús al fin pude quitarme el sombrero ya que ahora estábamos entre magos
Aunque ahora no tuve la oportunidad de ver tantas cosas como en el viaje de venida ya que entre las preguntas de Ginny y los abrazos de la señora Molly poco o nada pude ver.
Si hay algo que me gustaría resaltar es que el niño que estaba en las piernas de la señora Molly me miraba con curiosidad, sus ojos vagaban entre mis orejas y mis cuernos, era un poco incomodo
Pero en ningún momento me dijo nada, quería conversar con él, pero cuando hice el ademan de iniciar una conversación se giró rápidamente
Y se puso a jugar con unas cartas en sus manos
parecía desconfiado, bueno cualquiera que tenga cuernos en su cabeza no brinda seguridad, así que le comprendo
.
Llegamos
El lugar era como siempre, sujetado por magia y por nada más
la casa parecía que caería en cualquier momento
Los Weasley me invitaron a pasar, al principio quería negarme quería ver mi propia casa antes, pero no me dieron esa opción
Me empujaron hacia la casa antes de siquiera decir algo
La puerta era vieja y desgastada, pero por alguna razón muy agradable
La puerta se abrió sola cuando me acerque a ella
Pero antes de que pudiera apreciar lo que se encontraba adentro, una caja cayó sobre mi cabeza
Escuche un grito tras de mi
Era el hermano de Ginny
pero antes de que pudiera decir nada la caja en mis manos se transformó en una araña enorme
Rápidamente solté la caja, estaba bastante impresionado ya que no me esperaba esto en absoluto Mi primera reacción fue pisar la araña fuertemente
Sentía mi corazón en la boca
No era porque les tuviera una especial fobia a las arañas, sino más bien por lo aleatoria de la situación
Intentaba tranquilizar mi respiración
Cuando de las escaleras detrás de la pared se escuchaban unas risas
Parecían bastante joviales
La señora Molly que estaba cerca de la puerta pareció comprender lo que pasaba
Y poco a poco
se empezó a transformar en un demonio
-Fred, soy solo yo o no lo escucho gritar – decía una de las voces
-No, George no eres tu yo tampoco lo escucho gritar – una voz idéntica a la anterior le respondió
Al parecer las voces tras la pared lucían desconcertadas
La señora Molly puso su mano en mi hombro haciendo una seña para que guarde silencio
Al ver esto y como el fuego ardía en sus ojos decidí hacerle caso
Mientras las voces tras la puerta se calmaban, y parecían estar poniéndose de pie
La señora Molly se acercaba silenciosamente a la escalera
Sus pisadas parecían prendidas en fuego, daba mucho miedo
Poco después de que la señora Molly desapareció tras la pared se pudieron escuchar gritos ahogados
Eran golpes
Una carnicería y gritos
Solo gritos