No me sorprendió que aquel 2 de noviembre de 2018 el Doctor haya confirmado mi enfermedad, ¿Dolió? Si, lo hizo, escuchar esas palabras hace que todo se derrumbe, porque esa pequeña parte de nosotros que aun tenía esperanza muere en ese instante y tu solo te preguntas ¿Qué pasara de ahora en adelante? ¿Qué será de mi vida? ¿Algún día volveré a estar bien? ¿Por qué a mí?
O al menos eso era lo que yo me preguntaba mientras el Doctor terminaba de escribir en su computador, no podía llorar y no llore, debía ser fuerte, así que solo fingí una sonrisa mientras esperaba las indicaciones que debía seguir de ahora en adelante.