3

2005

Era por fin mi momento para empezar a mudar mis dientes, era obvia mi emoción ya que por fin el ratón Pérez me dejaría dinero para comprarme todos los dulces que quisiera, solo que jamás imagine que mudar iba a ser toda una odisea para mí, estaba fuera de mi casa jugando con mis vecinas y mi hermana,

eran casi las 7 de la noche cuando sentí que mi diente se soltó, estaba feliz hasta que una de mis vecinas que jugaba conmigo empezó a gritar porque de mi boca salía demasiada sangre, en mis cortos 7 años de vida JAMAS había visto tanta sangre, Laura mi vecina salió corriendo por papel a su casa, y no exagero cuando digo que prácticamente me trajo todo el rollo completo, mas arriba de donde estábamos, unos niños nos estaban llamando para que viéramos el grillo que habían cogido, pero nosotras cuatro no teníamos mente para nada mas que no fuera la sangre que salía de mi boca, mejor dicho de mi encía, pensé que nunca dejaría de sangrar pero luego de casi una hora, por fin paro la sangre, así volví a mi casa como si nunca hubiera pasado nada. Sangrado excesivo, segunda señal.