Prácticamente crecí con mi primo, aunque vivimos en diferente ciudad, es siete años mayor a mí
Pero eso nunca fue motivos para no poder jugar con él casa vez que nos veíamos
Desde que tengo uso de razón, siempre he sido una niña un poco brusca, mi papá dice que soy el niño de la casa
Pero es que siempre me ha parecido más divertido meter puños, patadas y morder que jugar con unas simples muñecas
Así que eso era lo que siempre hacia, jugar con mi primo a las peleas y ver quién quedaba con más moretones
Solía ser divertido, aunque cabe aclarar que siempre era yo la perdedora hasta hace dos años
Cuando por fin me hicieron ver, que eso era un juego mortal, uno que me pudo haber acabado con mi vida en un instante, díganme masoquista, pero extraño mi vida, esa vida...