Capítulo 79

GABRIELA

Sé que Marcos tenía derecho a estar enfadado, y lo entendía, de verdad que lo hacía, pero eso no le daba derecho a hablar como le habló a Carlos, porque lo que el hizo fue por el tumor que tenía y no porque estuviese celoso o cualquier cosa.

Lo estuve siguiendo hasta que se paró y se giró en mi dirección.

- ¿Me quieres dejar de seguir?

-No, porque tú y yo tenemos que hablar muy seriamente.

-No tengo nada que hablar contigo, te dejé las cosas bien claras antes.

-Claro que me las dejaste claras, pero eso no implica que tengas que hablarle como le has hablado a tu hermano de lo que pasó aquel día.

-Él lo sabía todo este tiempo, se te ocurrió contárselo a él antes de a mí.

-Perdona que te lo diga, pero yo no le conté nada a tu hermano. No sé cómo se ha enterado de eso y realmente en este momento me da igual, lo único que odio es que le hablaras así a tú hermano. Él no tiene la culpa de que te hayas enterado por él.

-No, en realidad me enter�� por Carlota.

- ¿Carlota?

-Si, ella me lo dijo el día de la exposición porque le eché en cara que estaba tratando mal a Clara.

-Lo sé, y por mucho que intentase evitarlo no callaba. Debes saber cómo es Carlota cuando está enfadada.

-Lo sé, y sé que no debí haberle hablado así a mí hermano, pero es que me salió solo.

-Pues te vas a disculpar con él ahora mismo, no quiero que se sienta mal por algo de lo que técnicamente no tiene la culpa. Luego de que hagas eso te dejo tranquilo.

-Espera, ¿no me vas a decir nada por lo que te dije?

-No, porque al fin y al cabo vas a seguir creyendo lo que te diga ella.

-Entonces todo lo que me dijeron, ¿Es cierto?

-No sé qué es lo que te contaron Marcos, y la verdad no creo que importe demasiado lo que te diga.

-Claro que importa, eres mi hermana Gabriela y eres una de las personas más importantes de mi vida.

-También lo es Clara.

-Si, ella también, pero a ella no la conozco de toda la vida. Cuéntame que es lo que pasa con ellas para que Carlota no las pueda ver delante.

-Estoy segura que te lo contó todo Carlota, no hace falta que yo te cuente nada más.

-Yo quiero que me lo digas tú.

-Pero yo no quiero hablar del tema Marcos, entiéndeme.

-Entonces respóndeme a dos preguntas.

-Estoy segura que me arrepentiré de contestarlas luego.

-No es nada malo, de verdad, solo quiero saber si es cierto.

-Pues pregunta.

- ¿Es cierto que Sara besó a Alex?

Y tenía que recordármelo, de verdad que intentaba olvidarme de ese momento porque en ese momento todavía pensaba que era mi mejor amiga, o al menos no me quería creer del todo lo que me había contado Carlota minutos antes, pero ver eso me dolió en alguna parte de mi cuerpo.

-Por tu cara puedo ver que es cierto.

-De verdad Marcos, no quiero hablar de esto.

-Está bien, contéstame la última pregunta entonces.

-Dale.

- ¿Es cierto que cuando Clara habló contigo te dijo que te odiaban desde siempre? ¿Qué solo estaban con nosotros para saber cosas sobre ti?

-Marcos…

-Vale, ya sé todo lo que necesitaba, pero déjame decirte que no necesitabas protegerme, estaré bien.

-No quería que te enteraras así Marcos, además que no mereces sentirte así, tú menos que nadie debe sufrir por nadie, mucho menos por culpa de que la persona que tú amas me odia.

-Pero es que si esa persona que yo amo no puede aceptarte entonces no puede formar parte de mi vida. Puede sonar a que estoy enamorado de ti y eso, pero es que como te digo siempre eres mi hermana y no pienso dejar que alguien te haga daño, eso lo tengo más que claro.

-Yo pienso que Clara no es tanto como ellas.

- ¿A qué te refieres?

-Que a que si me odiara como dice, no me hubiese advertido que estaba por venir lo peor. No sé a qué se refería aún, pero no me avisaría de eso ni me diría que eran familia de ella.

- ¿Y si es una estrategia?

-No lo creo, pero ya no sé qué esperar de la vida realmente.

-Estoy seguro que pronto irá todo bien, yo estaré contigo en todo momento.

-Gracias, de verdad que lo aprecio, al igual que lo estaré yo.

Nos dimos un abrazo y empezamos a caminar hacia la casa riéndonos. Ahora podía entender el porqué de que estuviera tan enfadado estos días y que casi no me dirigiese la palabra, pero al menos ya estaba hablándome, y eso era lo que me importaba, eso y que no se pusiera mal por lo de Clara.

Cuando llegamos a casa pude notar la tensión, y que tanto Alex como Carlos se quedan mirando para nosotros con cara de preocupación, lo que hace que nosotros nos riamos.

-Oh, me alegra ver que nuestra preocupación os haga tanta gracia.

-Es que tenéis que veros la cara, es gracioso.

-Entonces para la próxima que tengas esta cara que tengo yo ahora mismo me reiré de tu cara también.

-Si de verdad piensas que eso pasará, allá tú. Pero la verdad no sé qué pensabais que haríamos.

-Podíais estar matándoos y nosotros no nos enteraríamos hasta que lo pasaran por las noticias. Ya me lo puedo imaginar, dos chicos muertos a causa de una discusión sin importancia.

-Tío, estás exagerando.

-Oye es una posibilidad, o por lo menos me hubiese quedado sin hermano, Gabriela cuando se enfada es muy peligrosa.

-No lo soy para tanto, además, es la única manera de que me dejéis en paz de verdad.

-Oh, disculpe señora por ofenderla de esa manera.

- ¿Señora? ¿Sí soy más joven que tú?

-Vale, perdone señorita.

Nos echamos a reír y es en ese momento en el que me di cuenta de que Ana no andaba por ningún lado de la casa, cosa que era rara.

-Chicos, ¿dónde está Ana?

-En su habitación, ¿por?

-Esto está muy en silencio y no es normal que esté tan callada.

-No empieces a preocuparte que seguro que no le pasa nada.

-Voy a ver si le pasa algo.

-Gabriela no seas exagerada, seguro que se quedó durmiendo.

-Es igual, de todas maneras, voy a ir a ver.

-Como quieras.

Con eso salí del salón y me dirigí escaleras arriba para ver que estaba haciendo, porque que ella estuviera tan en silencio era, o que estaba tramando algo, estaba enferma, mal o cualquier cosa que se me viniera a la cabeza.

Cuando entré en la habitación la pude ver sentada en el suelo recortando y pegando cosas en un papel.

- ¿Qué estás tramando cariño?

- ¡No mires! Es una sorpresa mami.

-Está bien, no miro.

Me giré hacia la puerta y escuché como estaba guardando todo rápidamente.

-Ya te puedes girar.

- ¿Qué estabas haciendo?

-Nada, ya lo verás. ¿Marcos sigue enfadado contigo?

-Que va, ya está todo bien. No te preocupes más por eso cariño.

- ¿Entonces podemos hacer algo de comer que tengo hambre?

-Vamos, ¿Qué te apetece cenar?

-No sé, ¿y si hacemos un bizcocho?

-Eso no es cena, pero podemos hacerlo igual, de postre, ¿te parece?

Ana se levantó del suelo, me cogió de la mano y nos fuimos escaleras abajo. En cuanto nos dirigimos a la cocina los demás también lo hicieron. Pasamos una gran tarde, por lo menos la parte que quedaba de ella y en cuanto nos despedimos, Alex y yo nos fuimos a mi casa. Había decidido que Ana se quedase una noche con sus hermanos, tenían que pasar tiempo como hermanos.

-Se te ve un poco nerviosa hermosa.

-No lo estoy.

-No trates de engañarme porque no cuela.

-Vale, no es que este nerviosa, es que será raro no tener a Ana por casa, eso es todo.

-Estará bien, tú misma le insististe en que se tenía que quedar con sus hermanos.

-Lo sé, y lo sigo pensando, solo que será extraño. Es complicado de explicar.

-Eso te pasa porque la tienes como una hija. Es hermosa vuestra relación, a mí me encanta veros a las dos juntas.

-No hacemos nada que no hagan los padres creo yo.

-Todo lo contrario hermosa, haces todo lo que los niños del mundo desearían tener como padres.

-No es fácil ser padres, lo sabía desde un principio, pero ahora al tener que cuidar a Ana me he dado cuenta de lo difícil que es realmente.

-Pues no parece que te resulte difícil.

-Pues lo es, pero merece la pena.

-Claro que sí, a veces no puedo evitar pensar en cómo será un hijo nuestro.

-Yo tampoco, solo imaginarme un mini Alex por toda la casa hace que se me pongan los pelos de punta.

-Espero que para bien.

-Obviamente.

- ¿Entonces te gustaría tener hijos?

-Claro que sí. Adoro a los niños y te amo más que a nada, como ya te dije, yo quiero a mi mini Alex.

-Y yo quiero a mi princesita, no me puedo conformar con tener solo a la reina.

-Exagerado.

-Hablo en serio.

-Lo sé.

-Oye hermosa, te gustaría ir a ver a mi abuela mañana, quiere felicitarte personalmente por lo de la exposición.

-Pero si ya lo hizo.

-Como debe ser quiero decir.

-No entiendo.

-Yo solo te digo lo que me dijo.

-Está bien, pero mañana me tocaba quedar con Ana que los chicos salían.

-No pasa nada, la llevaremos. Al fin y al cabo, tendrá que conocer a su bisnieta ¿no?

-Puede, pero entonces que eres ¿su padrastro?

-No, solo soy su amigo, tú eres la madre.

-La adoras tanto como yo.

-Claro que la adoro, me la paso genial jugando con ella.

-Como te dije, no sé quién será más pequeño, si Ana o tú.

-Pero así me amas hermosa.

-Y no dejaré de hacerlo.