El chico de al lado

— Nada de perdón... lo prometiste... incluso prometiste que aunque si ellos te molestaban tú no los ibas a prestar atención... — me reto y yo solo agache mi cabeza y encogí mis hombros.

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Helena

Después de que mi padre me retara y castigara fui a mi cuarto, y empecé a tocar la guitarra.

Si... seguía componiendo, era lo que me libraba en todo momento.

Me moví varias veces, cambiando de posiciones y lugares para sentarme, el último lugar fue... en el ventanal, me relajaba mirar los árboles y bueno la casa de al lado... era rústica y "Sencilla" pero también elegante y moderna.

En la casa de al lado vivían un amigo de mis padres, él nos había ayudado a mudarnos aquí y a conseguir esta casa, tenía dos hijos y un perro tan tierno, de lo que me acuerdo.

No conocía a los chicos ya que cuando conocí a su padre, ellos estaban de intercambio, pero ahora tal vez estaban, no lo se esperó que si... sus padres hablaron maravillas de ambos.

Seguía tocando la guitarra cuando veo unas luces de al frente encenderse, tengo curiosidad y me paro para ver mejor, algo que no me esperaba era que conocía a esa persona.

¡Hay madre santa! ¡Es Adrien! — pensé y seguí viéndolo

¡Hay mierda! ¡Se está sacando la camisa! — pensé nuevamente con sorpresa, jamás me hubiera imaginado esto...

Algo que si me llamo la atención es que... estaba bien formado, tenía su V pronunciada y unos pequeños músculos que supuse que los escondía ya que no se notaba con los abrigos que usaba.

Me sonrojo y mi respiración se agito, nunca había visto a un hombre en ese estado, ni siquiera había dado mi primer beso.

Me dio la espalda y vi que tenía oyuelitos, me gustaban.

Deje de mirarlo y me agache, me senté como indio y agarre mi guitarra para seguir tocando, me concentre tanto...

Adrien

Me había dado una ducha fría, la verdad, Emilia, mi novia, estaba insoportable, no para de llamarme y ser controladores...

Salí de la ducha con la toalla envuelta en mi cintura y en el segundo me pongo mi bóxer y mis jeans semi ajustado, algo moderno.

Aún no tenía camisa, pero era para no mojarme ya que me estaba secando el cabello con una toalla más pequeña.

Mi cabello quedó desordenado, pero lo dejé así, me gustaba ese estilo.

Saqué una camisa de mi armario y la dejé en la cama, me sequé el pecho y me la puse, en ese momento sentí una mirada penetrante pero no había nadie, me pongo finalmente la camisa y veo el ventanal, justo en ese momento vi algo que no me esperaba, era Helena...

Wow... esto sí que no me lo esperaba —pensé más que sorprendido.

Era hermosa, estaba tocando guitarra sentada en indio, sus mechones de pelo estaban detrás de sus orejas, eso sí me pareció lo más adorable y lo más hermoso que he visto...

Espera... ¡¿que estoy pensando?! tengo novia... — pensé molesto de mí mismo, me concentré en otra cosa y bajé las escaleras, mi intención era entrar a la cocina, tenía hambre...

Vi a mi hermano comiendo mis cereales, viendo TV y bufé, la verdad no me importaba compartir, pero me gustaría que me lo pidiera antes.

Mi hermano mellizo, Elliot, era castaño como yo, unos ojos azules, como los de mi madre, era alto, pero no tanto como yo, una sonrisa arrogante, siempre la tuvo... de lo que me acuerdo, era muy mujeriego, siempre burlándose el resto, era casi como un bravucón, para mí lo era.

Saque un vaso y me serví agua, subí nuevamente, pero fui al cuarto de mi padre, necesitaba hablar con él, toque la puerta y me dijo que pasara

— ¿Que pasa hijo? — pregunto y yo puse una mueca que vi que a él le preocupo

— Pues... el director me habló de mi madre... — dije apenado, recordando que hace unos años mi madre había muerto, aún era un tema, era muy unido a ella.

— ¡¿Que?! Lo siento hijo... hablaré con el ¿sí? Pero tranquilo — al principio lo vi enojado, pero después se calmó

— No... no le digas nada... solo te quería avisar...pero tengo que ir a estudiar... gracias pa... — dije y me fui a mi cuarto, saqué mis cuadernos y empecé a subrayar todo lo importante pero mi miraba se iba a otra parte...

Estaba tan desconcentrado... veía casi todo el tiempo a Helena, era un privilegio verla tocar tan feliz.

Omnisciente

Pasaron horas y Adrien seguía viéndola, no podía creer que lo hermosa y feliz que era tocando la guitarra y por otro lado, Helena seguía componiendo feliz, había hecho dos canciones más a su lista, en total tenía 18 era un privilegio tener ese talento.

Ya se estaba haciendo de noche, Adrien dejo de observar a Helena y se puso pijama, dormía sin camisa por comodidad, se acostó pasando sus manos en su nuca y dejándolas ahí un buen rato.

Por el lado de Helena...

Helena

Estaban terminando mi canción numero 18 cuando me di cuenta de lo tarde que es, suspire y me levante de la cama, cerré las cortinas y me cambie a mi vestido de pijama.

Me acerqué a la cama y la abrí para acostarme, pensé en todo lo que has pasado desde que llegué a Boston, estaba rehaciendo mi vida y viviendo plenamente.

Al día siguiente...

Al fin... una noche sin pesadillas... no soñé nada, eso era lo mejor.

Era día sábado así que... solo me quedaba disfrutar y dormir hasta tarde, algo que, si hice, vi películas y después abrí las cortinas, ya estaba duchada, bañada y cambiada, abrí el ventanal y salí a la terraza, el día era soleado, pero al mismo tiempo un tanto fresco, algo que me fascinaba, me gustaba estas temperaturas y lo del clima.

Tenía un asiento así que obviamente me senté.

Mire el paisaje y respire profundo, era todo tan perfecto...

Me quede horas así pero mi madre entró y posó su mano en mi hombro haciéndome despertar de mi sueño no sueño.

— ¿Que pasa ma? — pregunté sonriéndole

— Quería saber cómo estabas con esto de la mudanza y saber cómo te sientes...

— Pues... no era fácil al principio... pero después me fue gustando y soy feliz... rehaciendo mi vida... ser una persona distinta, fuerte, valiente... — dije mirando el paisaje

— Me alegra tanto... es lo que queríamos con tu padre ¿sabes?

— Y en serio lo agradezco... — le sonreí y ella me la devolvió y se sentó, apoyé mi cabeza en su hombro y nos quedamos un rato así