Capítulo 1

Narra Mía Hell:

Un pitido muy desagradable empieza a sonar a mi alrededor haciendo que me levante. Mi madre me insistió en que pusiera una alarma para no llegar tarde como suelo hacer.

Ayer por la mañana, el alcalde de la ciudad, decidió mandar a los alumnos de entre dieciséis y dieciocho años a una excursión al campo durante una semana y media. Él tomó esa decisión porque un olor horroroso llegó a West Ham.

Me dirijo a mi armario para coger una camiseta gris normal, un suéter negro y mis vaqueros negros rotos por las rodillas. Creo que es bastante evidente que mi color favorito es el negro y que mi armario solo tiene ropa así.

Después de elegir la ropa, me ducho en unos siete minutos y luego me visto. Bajo las escaleras de mi casa y me encuentro a mi madre preparándome el desayuno en la cocina.

-Buenos días -saludo y ella hace lo mismo-.

Me siento en una silla y mi madre me pone un plato con dos tostadas en frente de mí.

-Muchas gracias. Y oye, ¿dónde está papá? -le pregunto.

-Acaba de salir para meter tu maleta en el coche, ahora enseguida vuelve -asiento y empiezo mi desayuno-.

Los alumnos del Instituto tenemos que ir a la parada de autobuses a las nueve menos diez ya que el autobús saldrá a las nueve. Mis padres y yo vamos a ir en coche porque vivimos a 25 minutos andando de la parada y a ninguno nos apetece llegar tarde.

Oigo como la puerta de la entrada se abre para luego cerrarse. Mi padre asoma la cabeza por la puerta sonriendo y yo también lo hago al ver que tiene una tableta de chocolate en la mano.

-¡SÍÍÍ! -grito haciendo que mi madre pegue un salto asustada-.

Desde pequeña he amado el chocolate y además, cuando me enfado con mis amigas, estas se disculpan dándome chocolate. A veces puedo llegar a ser muy infantil pero, solo lo demuestro con muy pocas personas.

Mi padre me da la tableta en la mano y me da un beso en la mejilla a la vez.

Cuando acabo de desayunar, subo las escaleras y cojo mi bolso. En él ayer metí pañuelos, un gorro de lana (negro obviamente), un bolígrafo, un monedero pequeño y las llaves de mi casa por si acaso al volver mis padres están trabajando. Y por supuesto, el móvil no se me olvida, pero lo llevo en el bolsillo trasero de mis pantalones.

Cuando bajo de nuevo las escaleras ya es la hora de irnos así que, salgo de la casa cerrando la puerta y voy al coche. Mis padres ya me estaban esperando.

-Bien, vámonos -dice mi madre-.

Durante el viaje charlamos un poco y mi madre, por supuesto, me dice que tenga cuidado porque es el campo, que no me quede sola y todo eso. Yo asiento a todo lo que dice y me pongo mis cascos de música cuando acaba la charla.

Tarareo la canción "all the good girls go to hell" de Billie Eilish, mi favorita. Estoy apunto de quedarme dormida pero noto que el coche frena y empiezo a coger mi chaqueta y mi bolso.

Salgo a la par que mis padres y voy al maletero para sacar mi maleta. Cuando ya la tengo me despido de mis padres.

-Adiós -les doy un beso a los dos y me doy la vuelta para buscar a Beth, mi mejor amiga-.

A lo lejos veo a una chica rubia tiritando del frío y enseguida sé que es ella. Se está despidiendo de sus padres como había hecho yo antes así que prefiero no interrumpir hasta que acaben.

Toco su hombro y ella se gira, me sonríe y me saluda. Yo hago lo mismo y la cojo del brazo llevándola a otro sitio pero cerca del autobús para hablar.

-Realmente este olor es muy desagradable -comenta-.

-Sí pero, al menos es una buena excusa para irnos casi dos semanas y no ir al instituto.

-Cierto.

El claxon del autobús llama nuestra atención y la de todos los demás.

-Bueno, chicos. En unos cinco minutos os iréis y tenéis que empezar a dejar vuestras maletas ya -dice el alcalde-. Como ya bien sabréis, vais a estar semana y media en el campo por el olor que hay en West Ham. Para cuando volváis este ya habrá desaparecido por completo. Así que solo me queda deciros que os comportéis. Buen viaje.

Beth y yo cogemos nuestras maletas y hacemos lo que nos mandaron. Ella va cogiendo asiento para las dos mientras yo me despido por última vez de mis padres con la mirada. Luego subo las tres escaleras del autobús con el móvil en la mano y los cascos en la otra. Beth se ha puesto en los penúltimos sitios así que al caminar por el pasillo veo a Evan, el hermano de Beth, sentado con una chica con la que nunca he hablado, en los asientos de atrás están Erick y su novia Leha. A su lado están sentados Aaron, otro chico con el que nunca he hablado ya que siempre está serio, y Adam, su mejor amigo. Sigo avanzando mientras que muchos alumnos y alumnas me miran aburridos esperando a que arranquen. Cuando llego con Beth veo que se ha puesto al lado de Katherine y de Archie, estos dos son amigos desde siempre y me parecen muy agradables.

-Hola -les saludo-.

-Hola -me responde Katherine mientras bosteza, yo me río un poco-.

-Hola -dice Archie animadamente-.

-Tengo muchas ganas de irme de aquí por este olor tan insufrible -añade Beth-.

-Yo también -contesta Kath mientras se queda dormida con la cabeza apoyada en la ventana-.

-Alguien no sabe madrugar -le dice Beth a ella pero esta no contesta-.

Así que yo decido hacer lo mismo, me pongo los cascos, elijo la canción "Tal vez" de Paulo Londra y cierro mis ojos.

...

Un frenazo brusco hace que me despierte de golpe al igual que todos los demás que se habían quedado dormidos. Miro por la ventana y lo que veo no se parece nada al campo. Es solo una carretera.

-Lo siento, chicos. Pero me temo que tenemos que volver a West Ham. Me acaban de avisar de que la única carretera disponible para llegar a nuestro destino ha sido cortada ahora mismo por un desprendimiento de rocas -informa el autobusero con voz bastante seria y con el ceño fruncido-.

Las frases que llenan el lugar en esos momentos son:

"Vaya rollo".

"Pffff".

"¿Es una broma?"

"No me lo puedo creer".

"¿Y qué más?"

Yo me limito a mirar a Beth con una mirada de total cansancio y ella me la devuelve pero parece desanimada, ella estaba muy emocionada de pasar ese tiempo en el campo.

-Es lo que toca -le digo y ella apoya su cabeza en mi hombro para dormirse-.

Esta vez yo decido mirar los paisajes por la ventana en vez de descansar. Poco a poco la luz que antes había va desapareciendo y el cielo se oscurece.

Tras dos horas y media de viaje, el autobús se detiene y abre sus puertas de entrada y salida y las del equipaje. Todos bajamos y nos sorprendemos de que no haya nadie, absolutamente nadie. Aún así cogemos nuestras pertenencias y nos reunimos en un círculo mal hecho.

-Probablemente estén todos dormidos, no hay por qué preocuparse -dice Emily, no la había visto hasta ahora. Probablemente subió después de que yo lo hiciera-.

Al terminar de decir esa frase, el autobusero se marcha sin decir nada y miramos cómo se aleja extrañados por el hecho de que no nos haya dicho nada más.

-Pues bueno, nosotros nos vamos -dice Adam refiriéndose a él, a Aaron y a Alex, tampoco le había visto antes-.

Y así todo el mundo se va y nos quedamos Beth, Katherine, Archie y yo. Nos despedimos y cada uno se va a sus casas.

"Genial", pienso cuando me quedo sola. No me hacía ninguna gracia el hecho de tener que caminar sola durante casi media hora. Estoy segura de que si Beth no hubiera estado tan adormilada me habría acompañado ya que solo ella sabe donde vivo. Aún así no me parecería bien decirla que viniera conmigo para luego volver sola.

Ya han pasado diez minutos y ya me he cansado de suspirar todo el rato, decido tararear una canción de Billie Eilish.

Mi corazón empieza a ir muy rápido al ver que la carretera por la que pasé con el coche está tapada entera por naturaleza, enserio, naturaleza. Comienzo a hiperventilar y mi vista se nubla ligeramente. Intento calmarme pero no puedo, no paro de pensar en lo que está o puede estar sucediendo. Siento que pierdo el control de mis piernas y que el peso de mi cuerpo me vence al no poder sostenerlo, en ese mismo momento me doy cuenta de que tengo los ojos cerrados porque hasta los párpados me pesan. Lo último que siento es el frío del suelo llegar a mi cabeza de golpe.

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Nota: esta es mi primera historia así que notaréis que las cosas pasan muy rápido o que igual hay alguna falta de ortografía. Pero prometo esforzarme más cada capítulo. Y si veis que algo está mal escrito no dudéis en decírmelo.