Hace unos días.
En algún lugar de la capital imperial del norte un grupo de 5 personas de distintas razas se reúne en un pequeño cuarto.
El variopinto grupo está conformado por un hombre lobo de pelaje plateado, ojos verdosos lo cuales transmiten cierta tranquilidad pese a ser un hombre lobo, mide 1.90 metros, no usa zapatos debido a que sus patas son demasiado grandes para conseguirle unos, pero si lleva un uniforme a su medida. El segundo miembro es un troll con mirada de pocos amigos, piel grisácea de 1.89 metros, pero debido a que se encorva parece menos alto, los dos semihumanos se dan un apretón de manos mientras pasan por la pequeña puerta, prácticamente deben agacharse para pasar, sus otros dos compañeros los saludan.
- Hace mucho no nos veíamos elfo borracho- dice el hombre lobo mientras le da un fuerte apretón a su compañero.
- Veo que sigues dándotelas de chistoso ¿verdad mugriento? - responde Enrs.
- ¿Vamos a tomarnos unas cuando termine la reunión con la enana molesta?
- Dalo por hecho.
Victoria totalmente aburrida no se levanta de su asiento, solo los saluda desde este.
- Pasa el tiempo y las personas no cambian ¿cierto? - exclama el troll.
- Debería estar durmiendo ahora, no en una reunión- responde Victoria.
- Me lo suponía.
- Que excusa de mierda-señala Enrs y continua- cuando estamos en el sur, sale cada nada a los bares o a bailar con sus amigas.
- Cállate.
- Con que es eso. Heeeeeee...- se burla el hombre lobo- me sorprende que tenga amigas.
- Que gracioso- responde Victoria haciendo una mueca de mal gusto.
- ¿Qué tanto hacen en el sur? - pregunta el troll.
- En mis ratos libres cocino o salgo con mis dos amigos, mientras Victoria se dedica a dormir y a esperar a que la atiendan.
- ¿Acaso tienen ama de llaves?
- No, solo que- Enrs no completa lo que iba a decir debido a que Victoria le lanza uno de sus zapatos directamente al rostro.
- ¡Cállate! - dice esta roja.
Los otros dos guardias imperiales prefieren no seguir preguntando más.
- Hay cosas que nunca cambian…- dice una jovencita parada en la entrada.
- ¡La enana! ¡que gusto verte! - dice en burla el troll.
- ¡O es la niñita! - se une a la burla el hombre lobo.
- ¡Mocosa! ¿Cuánto tiempo sin vernos? - exclama Victoria.
- ¡Pequeña! No has cambiado nada en todo este tiempo- dice Enrs mientras se levanta.
Victoria se lanza para jalarle los cachetes mientras le habla como una niña pequeña.
- ¡Que linda pequeñita! Como me gusta jalarte los cachetes- dice está aguantándose la risa.
La "niña" molesta por el trato aparta las manos de Victoria bruscamente.
- ¡SOY SU CAPITANA, NO LA ENANA, LA NIÑITA, MOCOSA O PEQUEÑA, ¡SOY SU JODIDA CAPITANA! - responde iracunda la joven. Aunque no era una joven, es una bruja quien tiene un grave complejo de altura ya que todos sus compañeros de equipo miden más de 1.77 y ella solo mide 1.50, parece una cruel broma del destino y es peor al saber que ella se viste como una niña y se ve realmente como una niña. El nombre de la capitana es Lilinca Mesmerids, de cabello rojizo casi tan rojo como las llamas el cual es adornado por dos coletas atadas por un par de moños grandes, pecas en las mejillas, ojos negros, rostro demasiado infantil pese a tener más de 120 años, su uniforme de guardia imperial es ligeramente diferente al de sus compañeros, unas franjas azules en los costados, el cuello de la camisa con bordes dorados, mocasines los cuales le brindan mayor comodidad y una falda blanca que le llega hasta las rodillas, siempre lleva tacones altos con el fin de disimular un poco su estatura, ella es una oficial al igual que Victoria (o eso se supone) pero como a Victoria no le gusta liderar misiones, siempre le asignan el mando a Lilinca. El número de misiones que ha hecho junto a sus compañeros es incontable y siempre terminan bien ya que cada uno tiene un rol en el equipo.
Luego de burlarse de su oficial a cargo, los 5 miembros del equipo se ponen serios con el asunto.
- ¿Cuál es la misión capitana? Pregunta el hombre lobo.
-
- ¿Acaso ya encontraron el nido de esas ratas? - pregunta con entusiasmo Enrs.
- Correcto, por favor formen un círculo- recomienda Lilinca, sus subalternos obedecen sin chistar- gracias a que Enrs le envió los informes a su "compañera" guardiana, ahora subalterna de Velvet. Cosa que no la excluye de ser parte del cuerpo imperial. Ella le entrego dicho material al comandante, quien a su vez se lo paso directamente a la bruja primordial Anastasia y ella al emperador.
- Qué bueno que el ligue de Enrs sea tan eficiente- comenta Victoria.
- Deberíamos decirle que se nos una. Escuche que es una de las mejores espías. - recomienda el hombre lobo.
- Lo dudo, ella misma pidió traslado para ser guardiana de la general Velvet, quien por cosas que todos sabemos no necesita que la cuiden, pero recibe dos guardianas solo porque debe hacerlo- responde Enrs.
- ¿Qué demonios le hiciste para que tomara tal decisión? - pregunta Lilinca.
- No le hice nada, no me gusta hablar de eso capitana- responde Enrs tajantemente.
- Lo siento Enrs- se disculpa Lilinca.
- Creo que ser el guardia personal de Velvet debe ser el trabajo más aburrido que existe- dice el troll- literalmente no se hace nada y de por si la general Velvet no es muy conversadora como lo es la almirante Momo.
- Si es una lástima que se resultó enamorando de su jefa, ¿enserio, acaso no sabe que está fuera de su alcance? ¡es ridículo pensar algo distinto!
- Ese es el problema con las primordiales, si una bruja común no tiene autocontrol de sus sentimientos termina ilusionándose con alguna primordial- dice Lilinca- dejando eso de lado.
La bruja choca las palmas de sus manos en el centro de la habitación se forma un círculo mágico el cual empieza a brillar, la bruja empieza a unir los destellos mágicos con sus dedos con tal precisión que rápidamente crea una estructura mágica, específicamente un pequeño pueblo extremadamente detallado, tan detallado que recrea hasta los más mínimos detalles e imperfecciones de las construcciones o las calles de dicho pueblo.
- Como amo esa magia- exclama el troll.
- Te agradezco- responde alagada Lilinca.