El poema
Con cada cosa que hacen las hijas de mi cariño mas divertido es pasar el tiempo con esas pequeñas traviesas.
- ¡Papi,papi, estas arrestado!- comenta Anna sacando unas esposas que encontró debajo de la cama en el cuarto donde esta su padre mientras le dan de alta en el hospital.
Augusto quien estaba tomando una bebida se pone pálido y se atraganta al ver que su hija lleva en sus manos esas esposas. Mientras Augusto escupe el liquido atorado en su garganta su hija preocupada le pregunta ¿Por qué se puso así?
- ¿Dónde encontraste eso amor? - pregunta Augusto a medias mientras se limpia con un pañuelo.
- Debajo de tu cama papi- responde la pequeña inocentemente y prosigue- mi hermanita encontró unas cuerdas.
- ¿AH?
Al momento llega Antonia quien jugaba con unas cuerdas.
Augusto se queda petrificado.
- ¿Papi para que son estas cuerdas? - pregunta Antonia mientras juega curiosa con las cuerdas.
- ¿Por qué tienes esto debajo de tu cama papi? - pregunta Anna mientras les da vueltas a las esposas.
- Si papi, ¿son para jugar? - pregunta Antonia.
Augusto tartamudea sin saber que responderles a sus hijas ya que estas le siguen preguntando sobre dichos objetos.
- ¡Vaya, encontraron mis accesorios de mi próxima obra! - comento al ver que mi cariño lo asedian sus hijas con preguntas- las había estado buscando por todas partes.
Las pequeñas confundidas miran las esposas y cuerdas entonces preguntan:
- ¿Para qué son?
- Son de un juego especial con el cual tu papá me ayuda- comento, las pequeñas abren los ojos de par en par muy curiosas.
- ¡Enserio!
- ¿Qué juego?
- Policías y ladrones- respondo y prosigo- tu papi me ayuda practicando para una obra de teatro.
- ¿Enserio? - pregunta la pequeña llamada Antonia, quien gira y mira a su padre- ¿es verdad papi? - pregunta la pequeña dubitativa.
- Claro, claro cariño, estoy ayudando a Lia a mejorar en su actuación- responde Augusto de manera poco convincente.
La pequeña Antonia tuerce los labios y arquea las cejas al escuchar la respuesta poco convincente de su padre, es claro que la pequeña Antonia no se deja convencer con facilidad, entonces decido intervenir nuevamente:
- ¿Les gustaría ver como actuó junto a su padre? - ante mi pregunta las pequeñas abren los ojos de la emoción y dicen ¡sí!, mi cariñito mira a los lados y levanta el pulgar mientras fuerza una sonrisa.
- ¡Alto ahí bandido! - exclamo señalando a mi cariño quien lleva un antifaz mal hecho junto a una bolsa que carga.
- ¿Yo? - pregunta mi cariño tan mal actuado que da vergüenza.
- Escuche por boca de dos jovencitas muy valientes que un tipo con antifaz ha estado robándole la felicidad a las personas- comento señalándolo.
- ¡Oh mira hermanita es el bandido! - comenta entre risas la pequeña Anna.
- Shi,shi es quien está robando la felicidad de la gente- señala la pequeña Antonia sin poder contener mas la risa.
- Si ese soy yo ¿Qué planeas hacer? - responde mi cariño parándose erguido y sonriendo como villano.
- Ya veremos- digo mientras sigo este espectáculo, entonces me muevo rápidamente, paso por su lado y luego lo lanzo contra el suelo para finalmente colocarle las esposas. Obviamente esto lo hago con suavidad.
- Lia no creo que esto sea necesario- exclama mi cariñito mientras le coloco las esposas.
- Ni pienses que te me vas a escapar de esta cariño- le susurro al oído mientras sus hijas me pasan una venda y le cubro los ojos. Seguido lo ayudo a levantarse y lo llevo hasta un banco donde lo dejo sin antes decirle- fue tu culpa por dejar "eso" a simple vista"
- No pensé que ellas curiosearan mis cosas- exclama Augusto en defensa.
Su hija llamada Anna saca un papelito y me lo pasa.
- El bandido tenia esto entre sus pertenencias- comenta la pequeña.
- ¿Papel? ¿Qué papel? - pregunta Augusto asustado.
- El bandido parece preocupado por algo- comenta su otra hija llamada Antonia.
Antonia sabia lo que había en ese papel, ella quería conocer la reacción de la mujer llamada Liara, entonces planeo junto a su hermana. Sabia que su padre guardaba unos raros disfraces debajo de su cama, mientras curioseaba junto a su hermana encontró las esposas y algo más. Encontró dicho papel guardado en una cajita decorada, cuando lo saco de la cajita ella procedió a leerla lo que hizo que se sonrojara, luego se lo paso a su hermana y ella tuvo la misma reacción. Si de algo se había dado cuenta Antonia fue de que Liara era una buena actriz, era obvio que aquella mujer no era lo que decía ser, le encajaba mejor un papel de espía o actriz debido a su forma de actuar y responder frente a preguntas con doble intención. Tal vez ella fuera una niña, pero no era tonta y la forma de actuar de Liara no le parecía muy normal.
Aunque no fuera su intención, debía usar a su ingenuo padre para descubrir quien era realmente dicha mujer, así que planeo lo que estaba ocurriendo. Después de todo "Una Memore nunca pierde".
Por raro que parezca, la pequeña me pasa las cuerdas y dice que ate a su propio padre. ¡Claro que lo hago! La pequeña no sabe cuantas veces e hecho esto con su padre.
- El papelito tiene su nombre señorita, ¿sabe que es? - pregunta Antonia con doble intención.
- ¿D.d..donde encontraste eso co..co..corazón? – pregunta mi cariñito mientras se pone pálido, pero al estar prácticamente inmovilizado lo único que puede hacer es escuchar y pasar vergüenza.
- Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? - pregunto mientras abro el papelito.
- ¡Espera Lia! - exclama Augusto.
- La flor de lis que brilla sin fin, yo te descubrí aquella noche sin fin, iluminas mi camino desde allí, Liara mi flor de lis quien ilumina mi camino en la noche sin fin- ¡Que es esta ridiculez tan cursi! ¿Qué mierda es una flor de lis? Bueno continuemos- aquella noche que te vi mi corazón volvió a latir- ¡esto se pone mas cursi! Debería dejar de leer esta ridiculez, pero…-aunque sean cosas del destino me gustaría siempre estar contigo t..t.t.tu- ¿q.q..que mierda me pasa? ¿Por qué mi corazón comienza a acelerarse?
Una de las pequeñas se cubre el rostro por la vergüenza de escuchar dicho escrito y mi cariñito se queda sin aliento al escuchar lo que el había escrito salido de mi gloriosa boca. Lo hice como burla, pero ¿Por qué me es tan difícil seguir leyéndolo?
- Señorita su rostro- señala la pequeña Antonia tan roja como un tomate.
¿Qué le pasa a mi rostro? Busco dentro de mi bolso y saco un espejo, al verme en este noto que mi cara esta roja…. ¿! ¿¡QUE!? soy Liara la mejor asesina del mundo, mis expresiones faciales son perfectas, puedo engañar a quien sea entonces ¿Cómo diablos me voy a sonrojar por una estupidez como esta? ¿es una mentira?
A Liara no le molestaba sonrojarse, lo que le molestaba realmente es expresar sus sentimientos abiertamente, para ella eso era sinónimo de debilidad y por ello nunca dejaba que Augusto la viera sonrojarse cuando él le decía alguna cursilería, siempre evitaba que el terminara sus frases cursis que acostumbraba decirle y el mejor modo de acallarlo antes de que la viera dejar salir sus emociones era besándolo ya que eso lo desarmaba completamente y lo que le encantaba a ella era llevárselo a la cama luego de que pasara eso, pero ahora era otra cosa, ahora sus hijas veían como ella se sonrojaba por leer el poema que Augusto había escrito solo para ella y que muy posiblemente se lo iba a decir cuando estuvieran solos. Claramente a ella no le iba a disgustar, pero como se escribió mas arriba, Liara no dejaba ver a Augusto sus expresiones completas y si dejaba que el la viera sonrojarse pensaría que era gracioso, cosa que Augusto no pensaba ya que cuando la vio sonrojarse cuando ella se disfrazó de enfermera le provoco de todo menos burla.
A Antonia la reacción de Liara le encanto ya que se pudo vengar de la mujer sarcástica e inmediatamente noto que Liara realmente quería a su padre ya que si realmente no le interesaba el poema su reacción no debió ser de "vergüenza" y era obvio que a ella le encantaban ese tipo de expresiones románticas dadas por Augusto.
Se me hizo un nudo en la garganta y no pude leer mas el poema que me escribió mi cariñito, fuera de eso sus hijas me vieron sonrojarme ¡esto no debió pasar! Ahora esas niñas saben lo mucho que me encantan esas cosas cursis que me hace su padre.
- ¡Papi, papi! ¡la señorita! !tienes que ver la expresión de la señorita! - exclama Anna mientras se acerca donde su padre y comienza a quitarle la venda que le cubría los ojos.
Mientras la pequeña le va quitando la venda a su padre quien no está muy contento por lo que le hicieron sus hijas Liara acude a su plan maestro.
Así que debo hacer lo más obvio para esta situación y es:
- Voy al baño- comento en voz alta mientras me alejo.
Y así Liara escapa dejando a Augusto aun con las esposas puestas mientras les da un sermón a sus hijas sobre "porque no deben buscar entre sus cosas"
Por lo menos Antonia pudo comprobar que Liara si siente algo real por su padre. Además, "Una Memore nunca pierde"