Mackenzie Memore, Isabel Castilla, Juliana Severo, Bedivere y Gawein vs los dos de otro mundo-16

¿Qué paso aquí?

Las invocaciones van desapareciendo una por una, dejándonos confundidas. Esto no era parte del plan, de hecho, nada era parte del plan hecho a la ligera por Juliana.

- ¿Y ahora? - nos dice Isabel mientras para.

Las 3 bajamos la guardia, algo que no debimos hacer.

A nuestro alrededor solo había ruinas de lo que antiguamente fue una hermosa calle rodeada de edificios turísticos y zonas de comercio. El centro de la capital destruida por unos soquetes.

Las tres nos relajamos un poco.

Juliana gira y se dirige a Isabel:

- ¿Cómo van tu- un fino relámpago traspasa el hombro derecho de Juliana, dejándole un agujero en donde antes había carne- demonios…- mi amiga cae desmayada debido al dolor causado por el impacto mágico.

- ¡Juliana!- intento teleportarme donde mi amiga pero una daga mágica atraviesa mi pie derecho tan fuerte que me deja clavada en la tierra- ¡mierda!- el dolor punzante de la maldita arma mágica recorre todo mi cuerpo, aun así tomo mi lanza y rompo ese conjuro antes de que pudiera teleportarme junto a mi amiga, Juliana como yo desparecemos en agujeros y luego reaparecemos detrás de Isabel.

Isabel está temblando y sudando, intenta darles órdenes a sus hadas, pero sus dos hadas son decapitadas por una sombra que lleva algo parecido a una espada.

- (Esto es una ridicules)- piensa ella mientras prosigue- (no siento a Bedivere y Gawain)

Las dos hadas desaparecen en una explosión de pétalos mientras que el atacante se detiene en el aire y nos observa tal como hace un depredador que ha arrinconado a su presa. Eso no era todo…

De las sombras sale una creatura semihumanoide que se movía a cuatro patas mientras saltaba entre las ruinas. La creatura de mentón alargado abre su mandíbula y deja ver el desfile de colmillos afilados junto a una lengua bífida que parece rastrear la sangre, ojos saltones con pupilas en forma de I, pelaje rojizo que recubre su delgado cuerpo junto a una cola larga la cual usa para azotar el piso.

- Esas otras cosas dieron pelea, pero- el sujeto levanta los hombros y prosigue- al final no fueron la gran cosa.

- Isabel..- le digo en voz baja mientras sostengo a mi amiga Julia e intento curarle su herida mediante mi hechicería.

- Bien solo necesito a una de las dos, la otra será mía- exclama el sujeto sin pudor alguno, luego nos señala- elijan cuál de las dos va a ser mía.

- Isabel toma a Juliana y escapen, yo usare mi caballero negro y les daré tiempo- digo a Isabel mientras la creatura se va acercando lentamente.

Usar mi hechicería curativa es doloroso para mí (o lo seria si no estuviera con la adrenalina al 100), pero mientras la uso la herida de mi amiga Juliana se va cerrando de a poco. La sangre de mi pie sigue saliendo mientras intento cerrar la herida de mi amiga, gracias a la adrenalina no siento dolor.

- ¿Acaso eres estúpida? - pregunta Isabel mientras le tiemblan las piernas- deberías ser tu quien se vaya con Juliana. Yo vere como los distraigo.

Isabel piensa:

- (Si solo pudiera utilizar mis hadas al 100% sin causar daños… ya abríamos terminado con esto… pero…)- ella ve la posibilidad de llamar a Morgana, pero al hacerlo causaría un incidente nacional ya que Morgana no se contiene… si no la llama o deja que sus otras hadas den su 100% las mataran y será igual de malo. Al no quedarle de otra se prepara para llamar a una de sus hadas. Sin oportunidades aparentes Isabel crea el laberinto a escala máxima. Y escala máxima se refiere a que ocupa todo el centro de la ciudad.

Grandes muros se salen de la tierra mientras se acomodan de manera pareja, se unen y forman puertas, caminos, trampas y otras tantas cosas mientras ocultan a Mackenzie y sus amigas.

Isabel me dice:

- Escucha Maki, por nada del mundo abras los ojos. Lo que voy a hacer es extremadamente peligroso y Júrame que no va a abrir los ojos, sigue curando a Juliana y procura curarte a ti misma.

Su rival podría destruir todo de un solo ataque mágico, pero eso lo aburriría así que prefiere seguirles el juego junto a su invocación a la cual envía a rastrear mientras él se da el gusto de descender y empezar el juego, después de todo ¿Qué podría pasarle? Acaba de vencer a las hadas, tiene las técnicas de su antigua compañera, aprendió a usar magia que antes no podía utilizar, es prácticamente invencible y entrar a un lugar que desconoce y que potencialmente puede resultar peligroso cosa que le importa una mierda.

Descuidadamente entra al laberinto.

Mientras se adentra resuena un eco metálico resuena en el laberinto.

El sujeto crea una llama en su palma de la mano la cual utiliza como antorcha para guiarse en el oscuro laberinto, usa magia que le permite rastrear el calor de cualquier ser vivo al igual magia que hace que no se canse o sienta efectos nocivos como venenos y demás cosas, magia que altera sus sentidos, mejoras físicas, mejoras en potencia magia y otras tantas cosas que le ayudan las cuales son imposibles para un nativo de ese mundo.

Mientras avanza y como no es estúpido el sujeto envía primero a su invocación la cual le informa continuamente si existen trampas, pero parece que solo es un laberinto enorme sin trampas o cualquier otra cosa que represente un peligro. Aun así, el sujeto no baja la guardia.

De un momento a otro siente una gran cantidad de mana que sale de un cuerpo.

Luego recibe una señal de su invocación, pasados 10 segundos deja de recibirla. Se supone que su invocación era de alto nivel. Así que no debería tener razón alguna para que desapareciera.

El sujeto se mete por un pasillo e invoca dos pequeños seres parecidos a conejos que hacen función de rastreadores. El sujeto procede a enviarlos y espera, pero vuelve a suceder lo mismo. A los pocos segundos su señal vuelve a desaparecer, por descuido decide adentrarse en un pasillo, luego mira hacia atrás y ve que el pasillo se esfumo, en su lugar se encuentra una pared el sujeto lanza de su mano una bola de fuego que hace explotar el muro en mil pedazos. El sujeto pasa por donde estaba el muro, nota que todo cambio, los pasillos, los muros y en general todo cambio, cosa que lo alerta sin perder su tiempo crea una explosión la cual elimina casi todo el laberinto, pero este se reconstruye y vuelve a cambiar, pero ahora deja un gran espacio para el sujeto, casi como una habitación ancha repleta de pequeños arbustos y flores.

- ¿Qué diablos? - se pregunta el sujeto.