El espacio cerrado se transforma en un infierno de llamas azules y naranjas mientras Liara sonríe.
En otro plano alguien se burla de otro mientras le dice:
- Lo único que has hecho es fortalecerla- exclama en burla.
- …..
En el otro plano….
Con una de mis manos atraigo suavemente toda mi magia de fuego que se va retrayendo lentamente, cuando ya casi esta encima la coloco sobre la palma de mi mano y la aplasto lo que hace que libere mana azulado y naranja, transformo ese mana en una pequeña esfera de fuego la cual hago levitar sobre mi dedo índice.
Entonces.
Liara vuelve a ser atrapada en una ilusión.
- ¡Carajo otra vez! - grito molesta.
¿Cómo mierdas pueden hacerme esto?
Me parece ridículo que puedan usar una ilusión conmigo, llevo años fortaleciéndome contra dichas magias, incluso mi compañero es uno de los mejores ilusionistas y he hecho que me lance dichos conjuros solo para mejorar.
La ilusión me transporta a un enorme prado verdoso donde el cielo por alguna razón es azulado y despejado. Lo que me parece curioso ya que el cielo normalmente es verdoso.
De repente alguien posa lo que parece una mano sobre mi pie. Cuando miro me doy cuenta de que es una niña con el rostro desfigurado por el fuego la cual dice:
- ¡Tú me hiciste esto! - señala mientras me acusa.
Luego otra mano me agarra de la pierna, esta vez un hombre que apenas está en los huesos.
- ¡Maldito monstruo!
El cielo se va oscureciendo mientras empieza a cubrirse de nubarrones, el prado rápidamente se va transformando en un tétrico paramo muerto, donde los cuerpos caen del cielo y se van amontonando. De la tierra empiezan a salir cuerpos a medio descomponer, otros en llamas mientras me señalan y acusan de matarlos o mutilarlos.
- Tu nos hiciste esto.
- Bruja demoniaca.
- Asesinaste a mi familia.
- Me vendiste.
- Me entregaste al culto.
- Monstruo de ojos violetas.
Yo simplemente los oigo sin darle mucha importancia, solo pateo y hago volar la cabeza de la niña en descomposición y aplasto al otro. Tan poco me importa que lanzo la pequeña esfera contra la montaña de cadáveres haciéndolos explotar. Al contrario de lo que esperaría luego de que el humo se despeja, los cuerpos se prenden en llamas y empiezan a moverse.
¿Acaso están intentando que me dé lastima? ¿culpa? Me pregunto casi riéndome ¡que ridiculez!
Me importa una mierda a cuantas personas he matado, tengo un objetivo y nada me va a detener de ello.
Si soy un monstruo no me interesa.
Si me tienen miedo mucho menos.
Eso es lo que quiero, que me teman, que con solo mi presencia tiemblen y sepan que su tiempo se ha terminado. Así es el mundo, quien tiene poder hace lo que quiere, cuando no podía hacer nada fui abusada y torturada, pero cuando obtuve mi magia me vengué de todos.
¿A cuantos mate con mi magia máxima el día de la noche sangrienta?
Lo único que me importa es salir de esta ilusión, así que transformare esto en un verdadero infierno en llamas. lanzo un poderoso conjuro de fuego que calcina toda la tierra, luego creo unas alas de fuego y me elevo sobre todos para luego lanzar otro conjuro de fuego quemándolo todo, aun así, esas cosas siguen y siguen, parecen eternas todas siguen repitiendo lo mismo, también los cuerpos que siguen cayendo lo dicen mientras caen, la sangre ya me a cubierto enteramente.
Ser una bruja es vivir con una maldición continua, siempre vas a ser odiada o vista como basura, pensar que nosotras podemos vivir una vida tranquila es una farsa, nadie puede a..
Aquella palabra a la que tanto le teme Liara sale de sus labios.
Dicho conjuro ilusorio tenia una finalidad y era retener el mayor tiempo posible a Liara antes de que pueda regresar y hacer algo. Al ser que lo hizo le queda poco tiempo, así que debe acelerar sus planes.
Mientras Liara lidia con el conjuro ilusorio y su cuerpo se encuentra inmovilizado debido a ello, unas horribles manos rojizas y peludas se asoman de la puerta, de uñas largas y negras las cuales rasgan el marco de la puerta que esta hecha de mármol, un fétido humo verdoso se expande rápidamente mientras revela el rostro de dicho ser.