Decisión-2

Desciendo con cautela hacia el extraño lugar, puede que sea una trampa o simplemente no debí descender y solo debí lanzar fuego para incinerarlo todo, pero la silueta que está ahí sentado observando el calmo lago parece llamarme. Deshago mis alas de fuego, las plumas caen al suelo y se vuelven ceniza de la cual brota una flor roja, este lugar es tan surreal, no parece la extraña pesadilla de la que acabo de salir, realmente no se si me encuentro en una ilusión o en otro mundo realmente ya no importa, ya estoy cansada de esto, solo quiero salir y acabar con el bastardo que me metió aquí.

Sin bajar la guardia cubro mis puños con fuego, mientras incinero el camino con mis pisadas incinero el suelo, pero cuando no queda nada así de repente vuelve a crecer vida, crecen las mismas flores que le di aquella vez a Augusto, cambiantes de color continuamente, casi como si reconocieran la confusión que hay con mis sentimientos hacia él.

No me gusta y al mismo tiempo me agrada ese sentimiento.

Son cosas de las cuales no estaba acostumbrada, el sentir algo por alguien, algo fuera del odio, resentimiento, ira y todas esas cosas que me hacen feliz fueron desplazadas por lo que llaman cariño, ternura,angustia por si está bien, espereza….

Dicho sentimiento me hace sentir débil.

Lentamente y con cautela me acerco a la casa, esa casa me trae recuerdos que prefería olvidar, quizá solo sea un patético intento de distraerme, para luego atacarme por la espalda, por seguridad le prendo fuego a la cabaña la cual se prende sorprendentemente rápido hasta que se cae a pedazos.

Solo porque se me da la gana lanzo fuego por todos lados, formo un incendio que se propaga rápidamente, pero, así como se propaga así se apaga.

- Que estupidez- digo en voz alta, me doy la vuelta y observo las flores que cambian de color.

Me agacho y tomo una de esas flores la cual cambia de color inmediatamente a un rojo intenso.

Aquella flor me recuerda a mi cariñito, de hecho, tengo ganas de verlo.

Por un momento Liara olvida el altercado que estaba sufriendo hace pocos minutos.

Pero vuelve a su rollo llena de odio al saber que se dejó atrapar en una ilusión.

- Maldita sea, cuando encuentre al hijo de puta que me metió aquí lo voy a torturar, solo espero saber quien fue el bastardo.

- Ciertamente eres otra persona cuand..- responde una voz.

Guiándome por el sonido disparo una ráfaga de fuego contra quien hablo.

La ráfaga de fuego pasa derecho del cuerpo o de la sombra, la misma sombra de mierda que me había estado molestando hace unos meses.

Suspiro molesta, luego me dejo caer al suelo.

- ¿Qué mierda quieres? - pregunto irritada

- Debería estar feliz…- responde la sombra mientras se mueve ligeramente.

Me rasco la cabeza y pienso que quizá ese tipo me saco de aquella ilusión o…

- No fui yo- responde casi leyéndome la mente.

- ¿Entonces que mierda quieres? - vuelvo a preguntar.

- Vengo a darte la respuesta de lo que buscas- exclama mientras crea una mano y señala a la recién reconstruida casa.

- Nadie me dice que hacer- respondo mientras me levanto y observo hacia el lugar donde está la silueta observando el pequeño lago- me voy.

La sombra observa cómo me voy sin darle importancia a lo que me dijo.