"Las montañas de Khar"
Diciendo esto Abel quiso salir de la habitación, solo para recordar que Daniel fue el que lo trajo aquí, por lo que no sabía si regresar a la habitación de donde lo recogieron o a algún otro lugar, por lo que espero en la entrada pacientemente sin darse la vuelta.
Daniel por otro lado se sorprendió cuando escuchó de ese lugar, sobre todo porque nunca oyó de un lugar así, desde una temprana edad, él había realizado diferentes misiones, por lo que conocía muchos lugares en la zona norte de Kunlun, e incluso fuera de ella, y muchos de éstos eran hermosos, suficientes para vivir tranquilamente, incluso como un mortal.
Es por ello que con mucha confianza su padre le encomendó esta tarea, ya que sabía que su hijo podría llevarlo tranquilamente a ese lugar y establecerlo rápidamente.
"¿Quién iba a pensar que me pediría quedarse en un lugar tan extraño?"
Pensando esto, Daniel solo puedo forzar una sonrisa y preguntar a Abel:
"¿Seguro que quieres quedarte en ese lugar?, porque conozco muchos otros lugares con vistas hermosas y agradable ambiente."
Abel no se volteó, pero respondió rápidamente:
"Si no puedo cultivar, un ambiente con una gran concentración de qi espiritual solo sería contraproducente para un mortal, además desde que leí en uno de los cristales de memoria sobre las montañas, me gustó mucho e ambiente de ese lugar, sin mencionar que las bestias espirituales salen muy pocas veces a cazar, por lo que la periferia es un lugar muy seguro."
Al escuchar la respuesta de su primo, Daniel solo pudo sonreír amargamente, aunque si quisiera llevarlo y dejarlo en otro lugar su abuela expresó que cumplan su petición, por lo que no tenía de otra que llevarlo hasta ese remoto lugar.
Tomando esa decisión, Daniel se levantó del cojín y salió de la habitación.
"Pues bien, ya que quieres quedarte en las montañas de Khar, que así sea, ven acompáñame, nos iremos inmediatamente."
Abel asintió, pero no dijo nada, solo siguió de ceca a Daniel, mientras sus pensamientos, por otro lado, eran todo un lío.
"Demonios, estos constantes cambios de emoción me terminarán de dar un infarto, primero me dicen que mi camino de cultivo está cortado y que no podré cultivar, lo que casi hace que pierda toda esperanza, por un momento creo que mi alma se terminaba de romper, solo para luego decirme que con un manual de cultivo de rango antiguo puedo solucionar el problema, *suspiro*, al menos comienza por ahí."
"Bueno al menos gracias a esto puedo estar seguro de 2 cosas, la primera que ya no tengo que preocuparme por los antiguos vigilándome, ya que, si se tomaron la molestia de realizar todo ese ritual, es porque estaban seguros de su éxito, y en cuanto a la segunda, es que gracias a ellos también mi preocupación de cómo llegar a las montañas de Khar se solucionó, lo único que me quedaría hacer a mí es localizar el nodo del que me habló el bibliotecario e irme a ese reino inferior."
Daniel, que caminaba al frente, notó que su primo no había dicho una sola palabra y permanecía con la cabeza gacha, lo que interpretó como tristeza, haciéndolo suspirar internamente,
"Ningún consuelo que le brinde podrá cambiar la situación en la que se encuentra, es mejor que lo asimile y viva tranquilamente después."
Pensando en esto, ya no le prestó atención a Abel y se concentró en llevarlo hasta la salida.
Los pasillos por los que caminaban se empezaron a ensanchar, hasta que llegaron a un gran salón, se encontraba muy bien amueblado, recordándole a Abel las recepciones de los hoteles de 5 estrellas en su mundo anterior.
Daniel no prestó atención a esto, mientras se dirigía a las puertas que al parecer indicaban la salida.
Fue en este momento que las puertas se abrieron y apareció una figura conocida para Abel, no era más ni menos que la chica que también era parte del grupo de Daniel y el anciano.
La chica se sorprendió mucho al verlos, por lo que se quedó parada en la entrada sin decir una palabra.
Daniel por otro lado solo hizo un gesto de disgusto en su rostro, la observó por un momento antes de darse la vuelta e ir por otro lugar.
La chica en ese momento al parecer volvió a sus sentidos y mientras veía a Daniel con la intención de alejarse, rápidamente gritó:
"¡Maldición Daniel no finjas que no me viste!"
Daniel ante esto se detuvo, antes de decir con su usual tono frío:
"Por supuesto que te vi, de lo contrario no me hubiera dado la vuelta."
Ante esta respuesta, Fillia se quedó sin palabras, incluso Abel estaba estupefacto, ¿acaso eso fue una broma?
Viendo las expresiones en sus rostros, Daniel solo resoplo antes de dirigirse al niño con un tono más frío y una mirada gélida:
"Vamos una vez que estemos afuera usaremos mi arca para irnos hacia ese lugar."
Ignorando la actitud de ambos, Daniel salió por la salida, por lo que rápidamente lo siguió Abel.
Fillia, que solo había estado prestando atención a Daniel, se percató que el niño de la última vez también lo seguía, por lo que, con una sonrisa traviesa y una mirada de curiosidad, también los siguió.
Una vez afuera, el niño por fin pudo ver a más personas, todos parecían jóvenes entre 20 y 30 años, pero solo dios sabría cuáles son sus edades reales, después del incidente con Daniel, el niño ya no podía cerciorarse de ello.
Además, el niño también notó que había muchos edificios, más exactamente lo que se llamarían pagodas y pabellones, en la cual entraban y salían constantemente discípulos.
Debido a su buena visión, pudo apreciar los nombres de algunas de éstas, siendo el caso como el pabellón de armas o la pagoda de 9 pisos, pero lo que más le llamó la atención fue la gigantesca arena que había en el centro de todos ellos.
"Esa debe ser una arena de combate, además la mayor cantidad de discípulos se encuentra en ese lugar."
Efectivamente, solo bastó dar unos cuantos pasos adelante para darse cuenta de que tenía razón, fue construida a modo de un estadio en su vida anterior, aunque algo que lo asombró era que justo al lado de ésta había una casa de apuestas.
"Al parecer ahí es donde los discípulos apuestan sus piedras espirituales entre uno y otro discípulo, en ese aspecto, es idéntico a lo que leí en las novelas de mi mundo anterior.
Fillia, que los seguía desde atrás, había notado la curiosidad del niño al ver las grandes estructuras, lo que le pareció muy divertido, pero al ver el interés del niño por la arena de combate, no pudo evitar decir:
"Será mejor que cultives apropiadamente y rápido si quieres participar en ella."
Al escuchar esto, el niño estaba a punto de responder que sí cuando recordó que supuestamente no podía cultivar, por lo que fingió una expresión de tristeza en su rostro antes de agachar la cabeza, sin mirar más hacia la arena.
Fillia no esperaba ese cambio abrupto de emociones, no entendió porqué el niño se deprimió de esa manera cuando solo quería alentarlo.
"¿Hay algo mal en su cabeza?"
Pensando así, Fillia estaba a punto de preguntarle a Daniel cuando éste le lanzó una mirada gélida e incluso un poco de su aura presionó contra ella.
"No te metas en donde no te llaman Fillia, puede resultar contraproducente, e incluso tus padres podrían no sacarte de ésta, así que, por favor, retírate."
Diciendo estas palabras, Daniel no le prestó más atención a Fillia, luego, se dirigió a una zona algo apartada, y, para sorpresa de Abel, hizo aparecer una gran arca de unos 10m de largo por 5 de alto.
Fillia por otro lado se sorprendió por la amenaza repentina de Daniel, aunque no se podían llamar amigos, aún eran compañeros discípulos que se llevaban bien y cultivaron juntos por largo tiempo, pero ella nunca lo había visto responder así, incluso sintió por un breve momento una intensión asesina, lo que le envió escalofríos por la espalda.
"¿Qué estará ocultando Daniel?, además, este niño parece lo suficientemente importante como para defenderlo de esa manera, ummmm, ahora sí que mi curiosidad está al máximo."
Fillia era una persona que le podía más la curiosidad que otra cosa, en parte fue culpa de sus padres que ella terminara de esa manera, y para cuando se dieron cuenta de éste hecho, ya era demasiado tarde, pero ella tampoco era una chica tonta, sabía retirarse cuando era necesario, pero no por eso significa que se rindió, por lo que, aunque la amenaza de Daniel la asustó, también notó que, mientras no molestara o incomodara al niño, no debería haber problemas.
Mientras tanto, Abel reflexionaba sobre cómo había Daniel logrado hacer ese "truco de magia", pero solo una respuesta le vino a la mente.
"Debe ser un anillo espacial."
Abel, en su estancia en la mansión, había leído mucho sobre éstos, por lo que conocía su existencia, básicamente un anillo espacial era un anillo que contenía un "espacio" dentro, donde el tiempo no fluía, y en el cual un cultivador puede guardas sus posesiones.
Pero entre más grande era el espacio dentro de éste, más especial y único era el anillo, ya que para poder construirlo se necesita de un gran maestro forjador, con la ayuda de materiales muy exóticos y de primera calidad, pero para un anillo con el tamaño de una pequeña ciudad, también requería que ese maestro forjador conozca sobre las leyes del espacio, por lo que la rareza de un anillo así era evidente.
"Por el tamaño de esa arca, y también porque no veo que lleve algún otro anillo espacial, ese anillo que tiene debe ser gigantesco, bueno, supongo que para la familia Aegis, un anillo así no debería ser mucho problema, sin mencionar que es un discípulo del círculo central, por lo que no debería extrañarme."
Aún con éstos pensamientos, el niño no pudo evitar mirar con envidia el anillo en la mano de Daniel, que, por su aspecto, parecía ser muy simple, a primera vista solo parecía un circulo metálico con una joya de color purpúreo en la parte superior.
Daniel notó la mirada del niño, a lo que le dijo:
"Aunque te diera uno, no podrías usarlo, así que olvídalo, ven súbete al arca, nos marchamos."
Y con esas palabras, Daniel subió al arca, seguidos rápidamente de Abel y Fillia, quien, sin ninguna invitación, se coló en la nave.