"¿A dónde debería dirigirme?, bueno, tampoco es que esta aldea sea demasiado grande, además mi prioridad debería ser buscar información y sobre todo encontrar un lugar calmado para cultivarme, a partir de ahí buscar pistas sobre la herencia, mientras en el proceso me hago más fuerte y exploro este continente."
Mientras caminaba sin rumbo por la aldea, Abel no pudo evitar pensar en eso, después de todo, hizo todo el esfuerzo para llegar hasta aquí con el objetivo de hacerse más fuerte mientras busca la herencia, solo así podría cumplir la promesa a la única "persona" que le permitió embarcarse en este viaje de cultivo.
Así, mientras caminaba por las calles, se percató de que todos los aldeanos en la aldea eran cultivadores, por lo menos todos habían llegado al 4to nivel de refinamiento del cuerpo como mínimo.
"Aquí al parecer el único mortal soy yo."
Con este pensamiento persistente, Abel caminó hasta que, sin darse cuenta, llegó a la zona central de la aldea, justo donde se encontraba la gran mansión y la otra gran construcción, que aún no conocía que papel cumplía.
"Aquella mansión debe ser la casa del jefe de la aldea, aunque no tiene mucha vigilancia…, bueno, supongo que para ser el jefe de la aldea debes de ser el más fuerte de por aquí, por lo que quizás la vigilancia es innecesaria."
Mientras reflexionaba sobre ello, se percató que un niño de su edad salía de la gran construcción, aparentemente muy contento, por lo que, sin pensarlo dos veces, se acercó al niño.
Con una sonrisa radiante en su rostro, y con la voz más convincente que tenía, le dijo al niño:
"Hola compañero, acabo de llegar a su aldea, y no pude evitar mirar aquella construcción, ¿Me podrías decir que es?"
Ante esta repentina pregunta, el niño, que al parecer estaba en su propio mundo de felicidad, se despertó, y con algo de disgusto, se giró para mirar a Abel, evaluándolo rápidamente, antes de responder con algo de desdén:
"¿Quién diablos dejó entrar a un mortal en la aldea?, *suspiro*, será mejor que te marches antes de que un guardia te vea y te terminen echando a patadas de aquí."
Y diciendo esto, el niño no perdió más su tiempo con él antes de seguir con su camino. Sin prestarle mayor atención.
Escuchar esto dejó atónito a Abel, quien solo buscaba una simple respuesta, jamás pensó que un niño de su edad le respondiera de esa manera y con ese ego elevado, dejándolo parado como tonto a solo unos pasos del gran "edificio".
"*suspiro*, ¿quién iba a pensar que un niño de mi edad actuara de esa manera?, ni siquiera en Kunlun me trataron con tanto desprecio."
Abel no podía negar que, el hecho de que lo trataran así lo afectó un poco, pero no le dio más vueltas al asunto, después de todo, aunque cultivó hasta llegar a la etapa de discípulo marcial, ahora no era más que un mortal, por lo que si bien las palabras que aquel niño dijo eran duras, eran ciertas.
"Es un mundo de cultivación después de todo, aquí solo el puño más fuerte tiene razón, me encontraré con todo tipo de personas, así que ésta sea una lección para mí."
Apartándose un poco del lugar, Abel reflexionó un poco sobre lo último que dijo aquel niño engreído.
"Si lo que dice es cierto, entonces la única razón por la que me dejaron entrar los guardias debe ser gracias al viejo Ben, además tampoco puedo negar que todas las personas con las que me crucé me veían como un bicho raro."
Recordando las extrañas miradas que le lanzaron en su camino, Abel solo pudo suspirar, aunque no le prestó atención al inicio pensando que en una aldea como tal, debe parecerles raro que aparezca un extranjero, de ahí sus miradas, pero al parecer, era por su condición de no cultivador.
"Mejor no meterme en problemas, al menos hasta que regrese el viejo, quizá debería inspeccionar los alrededores de la aldea, quizá encuentre un buen lugar donde pueda cultivar."
Y con ese pensamiento en mente, Abel decidió que dejaría el edificio para otro momento mientras se dirigía hacia las afueras de la aldea, inspeccionando el área circundante, en busca de un lugar tranquilo y reservado donde pueda cultivar sin ser molestado.
Mientras tanto, no muy lejos del lugar donde Abel se había encontrado, en la gran mansión en el centro de la aldea y en una habitación bastante reservada, se encontraban sentadas cara a cara 2 personas.
Una resaltaba mucho, con un musculoso cuerpo y con una característica barba estilo leñador, se encontraba sentado tomando tranquilamente té, por el contrario, la otra figura era más menuda, bastante delgada, tenía una nariz larguirucha y su tez era algo pálida, y al parecer, se encontraba reflexionando sobre algo.
De repente, la figura musculosa y con gran barba dejó la taza sobre la pequeña mesa de la habitación, mientras su mirada se detenía sobre la persona delante de él.
"Y bien, ¿Decidiste aceptar mi propuesta, jefe de la aldea?"
Ante esta pregunta, el jefe de la aldea solo lo miró unos instantes antes de desviar la mirada y suspirar impotente.
"Incluso si no estoy de acuerdo, ¿cambiaría eso algo?, desde que decidiste traer a ese chico aquí, esta aldea prácticamente se convirtió en su casa."
Escuchando eso, el hombre musculoso solo pudo reír un tanto avergonzado.
"Jajajaja, lo siento realmente por eso, pero mis sospechas me dicen que ese niño no es simple, aunque no puedo contarte mucho sobre él, solo te puedo decir que aunque no ha cultivado, es muy fuerte, por lo que si no regreso o te informo sobre la situación en dos años, bien puedes llevarlo a una de las sectas, apuesto que éstas te darán un gran apoyo y recompensa por darles una semilla como él."
Oyendo esto, el jefe de la aldea se interesó un poco, por lo que decidió preguntar:
"Oh, si tú dices que ese niño no es simple, entonces debe ser una buena plántula, pero ¿Por qué lo dejas aquí entonces?, si bien este condado está en una buena posición en el continente, para alguien como tú, este sitio no es más que un lugar olvidado de Dios, con tus antecedentes, bien podrías dejarlo en un mejor lugar para que se desarrolle."
La pregunta del jefe de la aldea no sorprendió en absoluto al viejo musculoso, por lo que rápidamente respondió:
"Por lo que he podido ver, ese niño es más de los que se desarrollan por su cuenta en entornos hostiles, llevarlo a un lugar mejor solo retrasará su cultivo en vez de ayudarlo, así que bien podría dejarlo aquí."
Estas palabras no convencieron al jefe de la aldea, por lo que, mirándolo con algo de burla, le dijo:
"Hmph, estoy seguro de que en realidad no lo llevas porque sería molesto para ti, por lo que es más fácil dejarlo en este lugar, *suspiro*, bien entonces, haré como tú dices, si en 2 años aún no me contactas, lo llevaré con una de las 3 sectas."
Así, sin querer decirle más al viejo musculoso, el jefe de la aldea se levantó y con una ligera reverencia, salió de la habitación, dejando solo al viejo en sus pensamientos.
Fue solo cuando el sol se empezaba a ocultar que el viejo se despertó, mirando aquel ocaso, no pudo evitar suspirar.
"Ese viejo no cambia, pero, aunque odie admitirlo, tuvo algo de razón, nunca me gustó hacer de niñera, tuve suficiente con los últimos meses, además incluso si lo sacara de éste lugar, tal como está ahora, solo sería matarlo."
Pensando en esto, el viejo se levantó mientras usaba su sentido espiritual para buscar el aura del niño por la aldea.
Al principio no lo extendió mucho, pensó que debería estar explorando por las inmediaciones, pero al no encontrar rastro de él, solo pudo extender aún más su sentido espiritual, fue solo después de unos minutos que lo logró ubicar.
"Es por esto que odio hacer de niñera, le dije que explorara la aldea, no que fuera de excursión en las inmediaciones, *suspiro*, será mejor que vaya por él y parta hacia los otros condados lo más pronto posible."
Y con este pensamiento, el viejo desapareció de la habitación, como si se hubiera desvanecido en el aire.
Abel por su parte se encontraba explorando la zona del arroyo, hasta el momento, había encontrado algunos lugares que se adaptaban a sus necesidades, pero aún decidió seguir buscando un mejor lugar.
"Quizá debería alejarme un poco más de la aldea, después de todo, cultivaré un manual de rango antiguo, por lo que no sé qué tipo de fenómenos ocurrirán mientras cultive, sin mencionar que aún tengo que ver si puede ayudarme con el sello en mi dantian."
La idea de Abel era usar el manual de rango antiguo para liberar un poco la restricción sobre su dantian, para ello, tendría que liberar parte del qi celestial con el cual fue sellado, por lo que era inevitable en ese caso que no ocurriera ningún fenómeno misterioso.
Así, mientras pensaba sobre este problema, un hombre apareció frente a él, dándole un gran susto.
"Mocoso, creo haberte dicho que exploraras la aldea, no que dieras un paseo por sus inmediaciones."
Escuchando esta voz, Abel supo que habrían problemas.