Sus pezones estaban rojos debido a todo lo que hize con ellos y su trasero estaba algo rojo debido a las nalgadas que le dí.
Así seguimos follando hasta que Leonora cayó inconsciente encima mío.
Retiré la barrera y sentí que mis esposas subían a la habitación.
"Así, que ya devoraste a mi madre darling, bueno era de esperarse".
Dijo Alice mientras se empezaba a quitar la ropa.
"Pero ahora es momento de darte tu recompensa por haber ganado el torneo".
Dijo Natsume mientras lamía los labios de forma muy seductora.
"Así que prepárate amor, que follaremos hasta que todas estemos satisfechas".
Dijo Orie mientras se acercaba balanceando sus caderas.
"Mi amado esposo, mi útero quiere su comida preferida, podrías sacarlo por favor".
Dijo Erina con una cara muy necesitada mientras se echaba a mi lado.
Así terminó el torneo de otoño del cual salí campeón y terminé ganando como mi esposa a la madre de Alice, Leonora.
Pasaron los días, Leonora se quedaba con nosotros y gracias a System su trabajo se hizo más fácil.
Cómo de costumbre se podían escuchar los gemidos en la mansión, digamos que el sexo era tan normal como si de respirar se tratase.
Ya sea con Erina y Hisako en la cocina o Leonora y Alice en el baño, siempre había sexo en la mansión.
Sabía que este periodo de calma no duraría mucho, ya que pronto llegarían las pasantías.
Ahora mismo estaba en la cama del dormitorio con Taki y Yūki durmiendo a mi lado.
Mientras Leonora estaba encima mío con mi miembro dentro de su útero, el resto de mis esposas se hallaba durmiendo en mis alas.
"¿En qué piensas cariño?".
Me preguntó Leonora mientras despertaba y me miraba con una sonrisa.
"Pronto serán las pasantías, me preguntó a dónde nos enviarán".
Le respondí a Leonora, ya que no sabía dónde nos mandarían en las pasantías.
"Ah es verdad, te extrañaré cariño".
Dijo Leonora mientras ponía una expresión triste, ya que no estaría con ellas.
"Hey, no pongas esa cara, verás que estaré aquí antes de que te dés cuenta".
Le dije a la mujer que tenía encima mío, ella simplemente asintió y se comportó de forma muy tierna.
Así pase el día minando a mis esposas, ellas no se separaban de mi ya que decían que no verían por un tiempo.
Al día siguiente el director me mandó a llamar, me preguntó que querrá el viejo Senzaemon.
*Toc* *Toc*
"Adelante"
Se escuchó la voz del viejo al otro lado lado de la puerta, respire y procedí a entrar.
"Soy Stafford, director me mandó a llamar".
Dije mientras veía al viejo sentado en su escritorio con muchos papeles encima.
"Si, verás Stafford hay algo que quiero contarte, así que siéntate esto demorará un poco".
Habló el viejo mientras empezaba a guardar los papeles para luego decirme que lo siguiera.
Él me llevo a lo que parecía ser un balcón, me sirvió te y se sentó frente a mí.
"Verás Stafford, yo tenía una hija, ella nació con la Lengua de Dios, un raro rasgo genético de la familia Nakiri que se desarrolla cada pocas generaciones".
"A lo largo de los años, la Lengua de Dios se convirtió en una maldición para ella".
"Ya no podía saborear la comida normalmente, sintiéndose disgustada física y mentalmente con probar la comida".
"Llegó hasta el punto de que incluso los olores eran lo suficientemente repulsivos para ella".
"Esto la rompió mientras se desesperaba por no poder encontrar comida que pudiera satisfacerla, cuando todo lo demás que probó la hizo regurgitar".
"Como resultado de este estado depresivo, dejó la casa Nakiri y abandonó a Erina durante su primera infancia".
"Le dije a Erina la mentira de que su madre se fue de viaje para curarse de una enfermedad que la afectaba y que eventualmente regresaría".
"Finalmente, mi hija se convirtió en la Maestra de Libros y, usando su puesto, intenta encontrar un chef que pudiera satisfacerla".
"Según lo que sé, en este punto se inyecta nutrientes en su cuerpo para mantenerse".
Terminó de hablar el viejo y pude ver que apretaba sus manos con impotencia y sus lágrimas caían de sus ojos.
"!Por eso, yo junte a la mejor generación alrededor del mundo, para evitar que mi nieta Erina tenga el mismo destino que su madre!".
"!Ya que Erina también nació con la Lengua de Dios!".
"!Por eso, al ver tu cocina y tus platos, quiero pedirte un favor Stafford!".
"!Quiero que salves a mi hija y a mi nieta, calma a Lengua de Dios y permite que ellas tengan una vida normal!".
Me dijo el viejo mientras inclinaba la cabeza ante mí, así que para esto me llamó.
"Está bien viejo, pero creo que viste lo que pasó con Leonora al probar mi comida no es así".
Le dije mientras cerraba los ojos y suspiraba, ya que no esperaba que me pudiera eso.
"Lo sé, si ellas pueden vivir con normalidad, no me molesta que sean tus esposas".
"Después de todo lo ví en la final del torneo de Otoño, cuando entregaste tu plato un dragón apareció detrás tuyo".
"Creo que fui el único que lo vió, ya que el resto solo vio la sombra de la criatura".
Dijo el viejo mientras empezaba a reír al recordar la final del reciente Torneo.
"Entonces déjame a Erina y a su madre en mis manos, haré que la Lengua de Dios no arruiné más sus vidas".
Dije mientras me levantaba y le daba la espalda al viejo mirando hacia el horizonte.
"Gracias, Stafford".
Dijo el viejo mientras su expresión se relajaba visiblemente y sonreía.
"Bien ahora con el tema de tu pasantía, tendrás que sobrevivir en el bosque por cinco días".
"Solo tendrás a la mano lo que el bosque te proporcione, habrá un equipo que te monitoreará".
"Así que buena suerte Stafford".
Dijo el viejo mientras sonreía, lo siguiente que supe es que estaba en medio del bosque, solo y sin nada más que mis manos y mi uniforme.
Aaah, System comunícame con mis esposas en la mansión.
[Estableciendo comunicación]
"Halo cariño, ¿Que sucede?".
Respondió Leonora mientras seguía mirando los árboles del bosque.
"Si, verás querida el viejo Senzaemon me mandó a mi pasantía, así que regresaré en cinco días".
Respondí mientras miraba a mi alrededor y podía ver algunas piedras que podía utilizar para hechar armas.
"Está bien cariño, ten cuidado, te amo".
Me dejó Leonora con voz tierna y algo triste al ver que no estaría con ellas por unos días.
"Yo también las amo, no te pongas triste, verás como se pasan los días de rápido".
Le dije con un tono suave a lo que ella dijo un tierno Umu, y así terminamos de hablar para empezar a sobrevivir.
Pienso que el viejo hizo esto a propósito, bueno me dió permiso para estar con Erina y Mana, así que creo que lo hizo en forma de venganza.
TIME SKIP:
"!Cariño, no sabes cuánto te extrañamos!".
Fui recibido por Leonora cuando llegue al dormitorio, ya habían pasado los días y había completado mi pasantía.
La siguiente que vea al viejo, me las pagará, solo supiste y saludé a mis esposas que se hallaba en el dormitorio.
Al cabo de una hora las puestas del dormitorio se abrieron, indicando que el esto había llegado.
"!Querido esposo, no sabes cuánto he anhelado volver a tus brazos!".
Erina se me tiró encima mientras gritaba, ya habían terminado sus pasantías.
"Estamos de regreso cariño".
Megumi estuvo más tranquila que Erina pero aún así camino y me abrazó muy fuerte.
Ellas fueron las primeras en llegar al dormitorio, seguro que el resto llega en cualquier momento.
"Mi querido esposo, no sabes lo hambriento que está mi interior, quiero mucho semen dentro de mí".
Erina empezó a susurrar en mi oreja causando que tuviera una erección debido al tono que estaba usando.
*Plak*
"No te preocupes, que llegue el resto y te daré de comer mucho".
Le dije a mi esposa quien simplemente se lamió los labios de forma seductora y fue a saludar al resto junto con Megumi.
Así llegaron el resto de mis esposas las cuales se comportaron igual que Erina y Megumi.
Todas pasaron a contar sus experiencias en las pasantías, al final llegó mi turno donde todas me miraban expectantes.
Les conté lo que me contó el viejo, causando que Erina se ponga triste y le salieran unas cuantas lágrimas al escucharme.
También les conté lo que me pidió el viejo Senzaemon, causando que Erina saltará encima mío mientras me besaba.
Ella estaba muy contenta al escuchar lo que le respondí al viejo, y también el ver que este aceptaba nuestra relación.
"Gracias por todo mi querido esposo, no podría desear mejor hombre que tú, porque no lo habrá".
Me dijo Erina mientras se acurrucaba en mi pecho mientras estábamos sentados en la sala.