Locura divina (Mitología Parte#2)

Gaia, un mundo gobernado por cuatro deidades, Leptice, la mayor con 23 años físicamente, diosa de la luz y la locura, Akala, de 19 años físicamente, diosa de la fuerza, Koda, el único chico, de 15 años físicamente, dios del poder, el valor, la sabiduría y las bestias y Merfar, la menor, de 15 años físicamente, diosa de la vida y los elementos. Juntos eran felices y crearon a los seres vivos, pero… Leptice estaba loca por Koda, una locura enfermiza y desagradable, comenzó a usarlo de formas muy turbias desde muy pequeño, pero él ni sabía lo que hacía.

Entonces, creció y se ganó el título de dios de la sabiduría, así supo que lo que Leptice hacía era malo y la confrontó, pero eso solo lo hizo peor.

Leptice estaba embarazada de Koda, lo había sedado y aprovechó. Ella mintió al decir que fue un humano y Koda se lo creyó porque quería confiar en su hermana mayor. Y así nació Maya, diosa del amor en representación del amor loco de Leptice a Koda. Pero esa locura no terminaba, ella solía espiar a Koda cuando él se bañaba o cuando hacía cualquier cosa.

Koda estaba tranquilo en una de las ciudades élficas cuando un orco atacó, Koda tomó una espada y protegió a sus habitantes pues lo elfos eran naturalmente pacíficos. Ellos lo alabaron por eso y ofrecieron a la chica más bella de la ciudad, una elfo de quince años de cabello castaño y muy hermosa, Koda no tuvo de otra más que aceptar junto a unas pinturas, los habitantes pintaron dos rayas horizontales debajo de los ojos de Koda, en señal de su valor y su sabiduría.

Koda llevó a la elfo al Reino de las Diosas y ahí aprendió su nombre: Erin. Ambos vivieron juntos y finalmente se enamoraron. Leptice no vio eso con agrado y mostró desprecio hacia Erin, pero Koda siempre la defendía. Una vez… Koda llegó a su casa y escuchó sollozos, fue a investigar y vio a Erin llorando.

— ¿Erin? ¿Querida, que sucede? — preguntó Koda preocupado al ver a su amada llorando. Erin se escurrió las lágrimas y lo vio con tristeza.

— Es que… ¿Por qué Lady Leptice es tan mala conmigo? ¿Qué fue lo que le hice? ¿Es algún castigo por algo que hizo mi familia?

— Erin… — dijo Koda soltando un suspiro. — Los mortales no saben esto, pero Leptice es diosa de la locura a parte de la luz, es por eso que ella es así… Está loca.

— P… pero… ¿Por qué a mí?

— Creo tener una idea… pero tranquila, yo te protegeré.

— Pero… a veces te vas a trabajar y yo me quedo sola… hay veces en las que Lady Leptice llega y me hostiga…

— Esa mujer… Escucha… hablaré con ella y lo resolveré, ¿De acuerdo? — dijo con una sonrisa confiable. Erin le sonrió.

— Gracias… — el día pasó y a la mañana siguiente, Koda salió a buscar a Leptice, pero no pensó que ella estuviera más cerca de lo que pensaba. Ella estaba escondida detrás de la casa de Erin y Koda y, cuando lo vio partir, ella caminó hasta la puerta.

— Koda… será solo mío y de nadie más. — dijo Leptice materializando una espada antes de entrar a la casa. Ya era tarde, Koda regresó a su hogar, abrió la puerta algo decepcionado de no encontrar a Leptice.

— ¡Erin, ya…! — entonces vio que el lugar era un desastre. — …llegué… — los muebles estaban tirados, los platos rotos, las pinturas también.

Koda llamaba a Erin, pero no había respuesta, entonces vio que en las escaleras había sangre, se alarmó, comenzó a seguir dicho rastro hasta el su oficina donde moldeaba las nuevas criaturas. Abrió la puerta y ahí lo vio, el cadáver de Erin con la sangre saliendo de su pecho, justo en el corazón.

Koda no lo creía, ver ahí a su amada, ver sus ojos palidecidos que solo demostraban terror, rastros de lo que parecían lágrimas salían de sus ojos. Koda se aguantó las ganas de vomitar por muy poco, pero lo que no pudo evitar, fue sostener el cuerpo de Erin y llorar.

Así estuvo un buen rato hasta que notó algo en el suelo, eran huellas con la sangre de Erin, pies descalzos y también notó el martillo que él utiliza cuando quiere solo aplastar arcilla. Dicho martillo tenía sangre y cabello en él, Koda lo tomó y vio el cabello, no era castaño, era… dorado… Pies descalzos, cabello dorado, matar a Erin… sabía perfectamente quien fue.

Él apareció en la mansión de Leptice, con la sangre de Erin aún sobre él. Caminó hasta el cuarto de ella y la vio limpiando los estantes, entonces notó la sangre sobre Koda y su mirada furiosa. Ella solo suspiró.

— Maldita… Eres una grandísima hija de perra… — palabras que nunca habían salido de Koda. — Tienes suerte que Maya éste durmiendo ahí mismo — dijo señalando la cuna donde estaba Maya. — porque ya estarías muerta.

— Koda, no es lo que parece…

— ¡Dijiste que lo entendías! ¡Que dejarías esa estúpida obsesión! ¡Me mentiste!

— Koda… yo… — Akala y Merfar estaban en la cocina y escucharon el revuelo.

— ¡Primero lo de visitarme por las noches! ¡Ahora esto! ¿¡Cuando te dije que no podías estar más loca te lo tomaste como un puto reto, verdad!?

— ¿Qué sucede aquí? — preguntó Akala abriendo la puerta, Koda se desvaneció. Akala miró a Leptice. — ¿Qué le hiciste a mi hermano?

— ¡Nada! — exclamó Leptice. — ¡Él solo llegó y me insultó frente a Maya!

— Koda es el ser más sabio de todos, no haría eso a menos que tuviera una razón. Habla, hermana, ¿Qué le hiciste?

— Te dije que no hice nada… — entonces Maya comenzó a llorar. — Si me disculpan, debo cuidar de mi hija. — Akala sospechaba, pero se fue junto con Merfar.

Los siglos pasaban, Koda se volvió más frío y se apartó de sus hermanas, pero mantuvo una relación cercana con su sobrina y su hija ilegítima. Pero no mostraba su enojo al aire libre, solo en batalla, que se hacía más y más frecuente entre los mortales, porque apareció una raza de humanos que se alimentaban de la sangre de otros seres. Los vampiros eran bastante poderosos y peligrosos, tanto que los cuatro hermanos intervinieron y les dieron debilidades a los vampiros como daño por estar en el sol y a la plata, uno de los materiales más comunes para hacer dagas. Y así se calmaron un poco las cosas.

Koda estaba sentado en una mesa, comiendo solo, sus hermanas estaban en otra mesa del comedor, preocupadas por él. Entonces Koda notó uno de los ángeles, era Erin. Él rápidamente fue con ella. Ambos se vieron sorprendidos.

— E… Erin… — dijo Koda sorprendido.

— K… Koda… ¡D… digo, Lord Koda! — exclamó ella algo avergonzada.

— No, dime Koda, querida. — ambos se abrazaron y todos los ángeles presentes aplaudieron, pero algo pasó, el cuerpo de Erin comenzó a brillar, Koda se alejó, el cabello de Erin cambió de color a gris, sus alas crecieron bastante, le apareció una aureola dorada sobre su cabeza y sus pupilas se hicieron rojas y con forma de estrella de cuatro puntas, justo como la de Koda.

— ¿Qué…? ¿Qué me pasó…? — preguntó Erin confundida.

— Wow… — dijo Koda sorprendido.

— ¡Eso, mis niños, es un Arcángel! — exclamó una mujer, todos voltearon y la vieron, bajita, de piel tan blanca como la misma luz, cabello corto, ojos como nebulosas, usaba un vestido corto y tenía una sola ala en el lado derecho de su espalda.

— ¿Quién eres…? — preguntó Leptice.

— ¡Oh, lo siento! Mi nombre es Astra, soy… como decirlo… Su tía.

— ¿Tía…? — preguntó Koda.

— Es complicado de explicar, pero si, soy su tía. Felicidades, Erin, eres un arcángel de Koda, representando su amor. Estás al servicio de él.

— Huh… — dijo Erin. — ¿Entonces Koda es mi amo?

— Por así decirlo, pero conozco su antigua relación, así que… sigue siendo tu amado. — Koda y Erin se vieron con felicidad y se abrazaron.

— ¡Gracias!

— No hace falta eso, pero eso si, vengo a dejar otras cosas. — Astra miró a Leptice. — Ven, diosa suprema. — Leptice obedeció. Astra le entregó unas gemas azules. — Estas, son las Gemas Yuma, son aquellas que te dije que te daría… Hace unos miles y miles de años… ¡Pero bueno! Esto es de suma importancia, ya habrás elegido a los Elegidos para poder usar estas gemas.

— Así es. Lo hice. — dijo Leptice.

— Me alegro. Ahora, guarde esto… Cuando el demonio aparezca, sabrán que hacer. — y sin decir nada más, Astra desapareció.

Koda estaba en su cuarto tras haber tenido su primera vez con Erin, sin embargo, algo lo tenía pensando. ¿El demonio? ¿Cuándo pasará? ¿Por qué las gemas? ¿Si es tan importante, entonces por qué Astra no se encarga de eso?