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La bodega estaba destrozada, en el suelo cientos de hierbas y frascos rotos estaban por todos lados.
—Perdón por eso— dijo el oni —ella es mi hija Serena...—
Guan Yu sostuvo los brazos de Serena con dificultad evitando que la cuchilla atravesara su cuello.
—¿Hay algo que podamos hacer?— pregunto Guan Yu.
El oni aún se encontraba mareado, después que su hija bebió el trago especial, ella perdió el control y lo arrojó contra las paredes de la taberna.
Al escuchar el alboroto en la parte trasera de la taberna, los diablillos verdes y una pareja de demonios menores con rostro de cerdo salieron a revisar.
—Maestro Gerd, ¿usamos eso?—
Uno de los diablillos corrió hacia una de las estanterías y sacó una flor amarilla.
—Gracias por eso— dijo Gerd al ver la flor en sus manos —Fue un placer— el diablillo quemo la flor con su aliento liberando una fragancia dulce en el lugar.
—Parece que funciona...— Guan Yu sintio como los brazos de Serena perdían fuerza, lo que sea que era esa flor logró tranquilizarla.
—¿Papá?— después de un momento Serena recuperó la conciencia, su cuchillo cayó al suelo solo a unos centímetros de Guan Yu.
—Hija, es mejor que regreses, aún debo cuidar la taberna—
Guan Yu vio como la joven se perdió al cruzar por el pasillo. Aún podía sentir la fuerza escondida en sus brazos, solo un poco más y una nueva cicatriz estaría en su cuerpo.
—Ganaste justamente, ahora te enseñaré donde te quedaras— dijo Gerd levantándose del suelo.
Los demonios caminaron hacia la barra, aún era temprano y sus cuerpos necesitaban más licor, la cola de escorpión era un trago adictivo y muy barato.
Al final del pasillo una habitación llena de cajas abandonadas espero a Guan Yu —Puedes arreglártelas tu solo, esas cajas no tienen nada importante—
Gerd le entregó una llave y regresó a la taberna, aunque el trago aún estaba en su mente, para el era más importante la seguridad de su hija y la de su taberna.
...
Era el primer día en Soma, la mente de Guan Yu estaba más calmada desde que recibió el mensaje del sistema al despertar.
"Todas están bien"
Fueron 3 simples palabras sin remitente y sin otro tipo de conexión, pero en la mente de Guan Yu solo una persona podía hacer eso, Eva, la existencia que lo acompañó en los dos tiempos.
Sin pistas, lo único que podía hacer era buscar más información y completar nuevamente la barra de estado, si su deducción era acertada al llenar la barra un nuevo mensaje aparecería.
Hasta el momento solo conocía dos fuerzas dominantes en el lugar que se encontraba, el imperio Long y el imperio demoníaco.
El no tenía ninguna conexión con ambas razas, si fuera necesario él se convertiría en un demonio para estar al lado de su familia.
Toc-Toc
Al terminar de limpiar la habitación alguien llamó a la puerta, considerando la fragancia que provenía del otro lado, Guan Yu sonrió en su interior.
Al abrir la puerta, la joven mantuvo su rostro frío mientras escondía sus manos detrás de su espalda, era increíble que fuera hija de Gerd, solo su mirada era suficiente para robarle el alma a un hombre, sus pechos eran una talla superior a la de Margarita.
—Vete— dijo ella.
Sin un saludo ni intenciones de conversar, ella enterró un cuchillo en el marco de la puerta y dejó unas palabras —Es mejor que te vayas esta noche, mi padre no tiene tiempo para cuidar de alguien como tú—
Su figura se perdió en una habitación, era normal que ella sintiera peligro de Guan Yu, si un hombre extraño llegaba a vivir con ella de la nada, solo podía significar problemas, aún así el no alcanzo a hablar cuando ella se fue.
¡Peligrosa!
Ese pensamiento recorrió la mente de Guan Yu, ella parecía débil en el exterior, pero la presencia que liberó al enterrar el cuchillo fue equivalente a un titán de tierra.
...
El sol aún estaba en el cielo, Guan Yu necesitaba obtener información y regreso a la barra con una moneda de oro en sus manos.
—Maestro, ¿existe alguna biblioteca cerca de aquí?— Guan Yu dejo la moneda en la barra.
—Veo que ya estás mejor...— Gerd guardo la moneda en su ropa —Si buscas una biblioteca no te puedo ayudar con eso, solo los templos y las sectas guardan registros escritos dentro de sus dominios, es mejor que te rindas con eso—
—¿Sectas?...que se necesita para entrar a una de ellas— en el mundo existían fuerzas más allá de los mortales, la imagen de Kao Kan se mantuvo firme en su mente, el volar como los inmortales de las leyendas parecía no estar tan lejos de su realidad, incluso enfrentar a ese brazo esquelético era posible si lograba ingresar a una secta poderosa obteniendo más fuerza.
—Acaso escuchas tus palabras...mocoso, es mejor que sigas preparando esa extraña bebida y te olvides de las sectas— Gerd saludo al nuevo cliente que cruzo la puerta y no presto atención a Guan Yu.
—Esa moneda es el pago por la estadía, volveré al caer la noche— aunque Guan Yu no obtuvo información confiable de Gerd, al menos descubrió de la existencia de las sectas, solo necesitaba explorar Soma y obtendría las respuestas que necesitaba.
...
Vagando por las calles, después de preguntar en varios lugares Guan Yu llegó a un terreno abandonado, detrás de grandes pilares destruidos un letrero viejo y desgastado se mantenía en pie.
Secta de la Luna
Después de escuchar todas las respuestas Guan Yu escogió esta secta para investigar más sobre este mundo desconocido.
La secta la Luna era una de las cuatro sectas en Soma, hace 500 años una catástrofe le ocurrió a su maestro cayendo en declive hasta el día de hoy.
Al cruzar la entrada, cientos de runas en el suelo cobraron vida —¿Que negocios tienes con nuestra secta?— un anciano aparecio detrás de una roca.
Aún con su ropa desgastada y su rostro llenos de arrugas, Guan Yu se mantuvo alerta en contra del anciano, no pudo sentir la respiración ni la presencia del anciano, si no lo viera con sus propios ojos él no creería que hubiera alguien allí.
—Mi nombre es Guan Yu, he escuchado del poderoso nombre de la secta de la Luna y vine para convertirme en uno de sus discípulos— la mente de Guan Yu se mantuvo calmada, no sabia que trucos podía manejar el anciano frente a el.
La mirada del anciano se extendió por el cuerpo de Guan Yu como si fuera una doncella, por un momento un destello azul salió de sus ojos y atrapó el cuerpo de Guan Yu en una jaula.
—¡No te muevas!— grito el anciano mientras pequeñas runas aparecían en el aire a una velocidad insana.
El tiempo pasó lentamente mientras una escalera de luz se formó frente a la jaula.
—Tu cuerpo y tu mente están en buen estado, eres bastante joven...pero no eres adecuado para entrar en la secta de la Luna— el anciano cerro los ojos mientras las runas desaparecieron en el aire.
Guan Yu no mostró ningún signo en su rostro al escuchar sus palabras, este era el primer paso que daba para entrar en el mundo de las sectas y no se rendiría tan fácilmente.
El anciano sacó una pipa de su ropa y la encendió —Acaso no me escuchaste, tu no te convertirás en un miembro de la secta...¡Pierdete!— en la entrada Guan Yu se mantuvo firme con los ojos cerrados, era un buen momento para que su cuerpo se recuperara mientras él se mantenía en paz.
El sol se escondía detrás de las montañas, en la taberna una sombra rosada se arrastró por los pasillos hacia la última habitación.
Con el cuchillo en mano, ella camino sin hacer ningún tipo de ruido acercándose lentamente a la cama.
—¡Cobarde!— dijo ella al no encontrar a Guan Yu en la habitación, bajando su cuchillo una voz grave la sacó de sus pensamientos.
—Serena, ¿que significa esto?— Gerd estaba parado en una de las esquinas de la habitación. El conocía la personalidad de su hija, aunque sabía que ella podía atacar al joven que llegó en la mañana, no espero que ella actuara tan rápido.
Guan Yu llegó a un estado de tranquilidad más estable, la jaula del anciano aún rodeaba su cuerpo y la escalera que subía al cielo aún no desaparecía.
Con el pasar de las horas, nuevas sombras aparecieron detrás de los pilares destruidos, cada uno tomó su lugar sin hacer ningún tipo de ruido esperando que las horas avanzaran.
Si Guan Yu estaba en lo cierto, la secta de la Luna era la única a la que tenía posibilidades de entrar, todas exigían que sus discípulos tuvieran menos de 10 años, momento límite en que el cuerpo se ataba con las cadenas del reino mortal.
A pesar de eso Guan Yu supo algo importante, el maestro de la secta de la Luna fue un hombre que se unió a la edad de 50 años, si ellos habían hecho una excepción en el pasado, tal vez habría una segunda vez para él.
...
En otro extremo de la ciudad, un demonio rojo era azotado contra una muralla llena de espinas.
—¿Has aprendido la lección?—
Un joven sentado sobre una silla de oro miró sin ninguna emoción al sirviente que era castigado por sus escoltas. En su frente un tercer ojo se mantenía cerrado leyendo la mente de su sirviente.
—Si joven maestro, este sirviente no cometerá más errores— el demonio tenía su cuerpo lleno de cicatrices sangrientas, solo su fuerza de voluntad permitió que su mente no se rompiera al recibir más de 1000 latigazos en su cuerpo.
—Dime otra vez, como se llamaba esa escoria que te detuvo en el camino—
El demonio rojo agachó la cabeza, era la tercera vez que su joven maestro le hizo la misma pregunta, apretando sus labios dijo las palabras encontra de su propia voluntad —No lo se joven maestro—
—Eso pense— el joven se levantó de su silla, dando la espalda a su sirviente el levantó la mano ordenándole a sus escoltas —Pueden hacer lo que quieran con el, no necesito una basura que no pueda cumplir una orden tan simple—
El joven salió de la habitación seguido de dos mujeres con el rostro cubierto por un velo, ambas eran un regalo de su padre para el momento en que el ingresé a la secta más poderosa de la ciudad, la secta Tian Ji.
Al cerrar las puertas, un gemido lastimero salió del interior de la habitación.
...
Una semana transcurrió en el exterior de la secta de la Luna, la cantidad de sombras que esperaban en silencio aumentó a más de miles.
Guan Yu no comprendió como eso era posible, cada uno de ellos eran niños de entre 5 a 10 años, todos con un aura y fuerza muy superior a la suya.
En que tipo de mundo se estaba metiendo, aún no lograba entrar a la secta más débil de Soma y la barrera para entrar era demasiado alta.
El podría dejar Soma y cazar a los demonios más débiles para llenar la barra de estado en vez de perder el tiempo en algo que no era seguro, ese pensamiento apareció varias veces en su cabeza.
Al llegar el decimo día algo nuevo ocurrió, saliendo debajo de la entrada de la secta, una anciana con el cabello azul se acercó al anciano y le susurró algo al oído.
—¿Estas segura que el maestro dijo eso?—
La anciana no dijo otra palabra, solo asintió y luego desapareció detrás de la entrada.