Capitulo 2

Llegó a la Universidad, justo a tiempo, paso por sus hermosos jardines, me encanta esta Universidad, a pesar de que es la más prestigiosa y costosa de Chicago Illinois, yo cuento con la ventaja de una buena beca que mantengo con mis calificaciones, por eso siempre me esfuerzo en mantener la para no perderla ya que es nuestro futuro, el futuro que les daré a mis mostrillos.

Llegó a la entrada, largos pasillos por todos lados, como ya la conozco no me pierdo como el primer día, soy muy buena para recordar cosas, ya que al siguiente día ya conocía muchas partes de la Universidad, me dirijo hacia la dirección y busco a la recepcionista de la dirección, con ella firmo mi beca cada mes, y pues me lleva algo de tiempo ya que tengo que revisar y firmar varios documentos.

─ Buenos días, Jennifer ─ saludo con una sonrisa, a la chica recepcionista.

─Buenos días, Luci ─me responde igual ─Hoy has llegado más temprano, como siempre tan puntual.

─Si, es que ya sabes, los finales de mes son siempre así, y hoy con más razón ya que tengo un examen en la primera clase y tengo que estar ahí unos 10 minutos antes de que llegue el profesor. ─le comento.

─Bueno, pues comencemos ─dice y me entrega varias hojas con el nombre de la beca que otorga la Universidad.

─Sabes, me enteré de que una empresa muy importante va a otorgar becas a los alumnos de nuestra Universidad y solo serán 300 becas, ya que cada año lo estarán haciendo para así apoyar a todos los alumnos con mejor promedio, porque no te inscribes, creo que aun estas a tiempo para quedar entre los 300 beneficiarios y lo mejor aún es que darán un buen pago, hasta te sobrará algo para otros gastos, que no sean para tus estudios. ─me dice muy sonriente, ella sabe mi situación económica y por eso me informa siempre cuando hay un apoyo económico que me beneficie.

─Ya tengo la de la Universidad y la del gobierno, mejor le dejo mi lugar a alguien más que no tenga y la necesite.

─¿Qué?, claro que no, tú también la necesitas, ni para comprarte ropa, calzado o una mochila nueva tienes, mira ese calzado y mochila están ya muy rotas, y aun así tu no quieres esa beca. ─dice sorprendida.

─Jennifer, yo no necesito esas cosas, si aún son útiles mis cosas no es necesario comprar nuevas, aparte si me inscribo para la beca el dinero lo usaría para las terapias de Ray ─ella conoce a mis hermanos, solo de nombre a lo que le he contado, ella es de las pocas personas que saben de mi vida. Pero solo lo importante, de mis hermanos, de mi madre, no.

─Bueno como quieras, igual aquí está la hoja de inscripción para la beca, por si cambias de parecer ─me entrega una hoja y yo la tomó y la guardo en mi mochila vieja, termino de firmar y revisar los documentos y se los entrego ─¿Listo? ¿Ya estás lista para tu examen? ─asiento y le sonrió ─Lo de la beca de la empresa es dentro de tres días, a más tardar mañana tienes que entregar la hoja ya llena y firmada, digo por si cambias de opinión y siempre si la quieres.

─Bueno yo te aviso y vengo si quiero inscribirme, gracias por todo Jennifer —me despido con una sonrisa, ella me desea suerte por mi examen y salgo casi corriendo, ya que me llevo algo de tiempo platicar con Jennifer.

Llegó al aula a tiempo algo agitada, al entrar veo a Rebeca Hall, ella es mi mejor amiga. Voltea hacia mí y me ve, levanta su brazo agitándolo en modo de saludo exagerado, así es ella.

─Hola, Luci ─se levanta de su asiento al momento que me acerco a ella y me saluda con un beso en la mejilla ─Llegaste justo a tiempo, yo madrugue, bueno más bien me hizo madrugar mi mamá ─me dice suspirando como aburrida.

─¡Milagro! ─le digo sonriendo ─Ya venía con tiempo de sobra, pero tuve que pasar a la dirección a firmar los documentos de la beca.

─¡Cierto!, lo olvide, hoy es fin de mes —se quedó pensando ─Bueno, y ¿estas listas para nuestro examen de económica?, ahora yo si estudie —dice muy alegre.

─Que bien, ahora si lo pasarás con una buena calificación, que bien te hace falta, ya me estaba preocupado por ti.

─Ni me lo digas, mi madre me obligó y me advirtió que si no ponía de mi parte me iba a quitar mi auto y la tarjeta de crédito ─me dice algo molesta y suspira.

Si mi amiga Rebeca viene de una familia adinerada, como quien dice nació en una cuña de oro, y claro está acostumbrada a los lujos, fiestas, ropa reconocida costosa, todo esas cosas. Le encanta gastar y gastar.

No la juzgo por ser algo materialista así la quiero, porque sea como sea es una buena persona con un gran corazón, pero con mucho glamour, aparte de que es muy guapa, de estatura media, rubia, sus ojos color verde claros y muy grandes, con cuerpo de modelo.

Pasan las horas y termino mi examen y otras clases que tuve. No todos los días tengo las mismas clases, aun me faltan dos más. Mientras salgo a mi descanso Rebeca y yo salimos al patio de enfrente de la Universidad donde está un hermoso jardín y varias bancas blancas a las orillas, tomamos asiento en una mientras bebemos unas botellas de agua que compramos en el camino.

─Que hermoso está el día, ¿no? ─me pregunta mi amiga ─Solo que hace mucho calor, pero aquí abajo de los árboles y toda esta sombra no se siente mucho. ─dice mientras bebe de su botella.

─Ya se, aunque haga calor prefiero este clima.

Seguimos tomando nuestras aguas y viendo el paisaje hermoso que nos regala el jardín con el cielo hermoso despejado entre una que otra nube mientras veo fijamente. Alguien llega por mi espalda y me tapa los ojos, (ya sé quién es.)

─¿Quién soy? ─me pregunta acercándose y susurrando a mi oído, siento su respiración en mi mejilla, sabe que me incomoda que me haga eso.

─Seguramente no sabrá quién eres ─dice Rebeca en modo sarcástico que sigue sentada a mi lado.

─Deja que ella lo diga ─responde el dichoso chico misterioso.

─Déjame pensar ─dije fingiendo como si no supiera y siguiéndole el juego a mi queridísimo mejor amigo —¡Ya se!, eres ¿James?, no, no, eres, ¿Frank?, no, no tampoco, ¡Mmm!, déjame pensar, ¡¡¡Ya se!!! Eres mi queridísimo gran y mejor amigo, Liam Lewis ─me volteo y lo veo, está algo serio, yo le sonrió.

─Cómo es posible que hayas nombrado a esos dos primero que a mí, no es justo ─se me queda viendo serio, me levanto, me acerco a él y lo abrazo. Le llego al hombro ya que él es muy alto. Pongo mi cabeza en uno de sus hombros mientras lo abrazo.

─Hola, gruñón ─lo aprieto en un fuerte abrazo y siento que su cuerpo se relaja y me rodea con sus brazos por mi espalda.

─Hola, extraña ─me dice al oído, así me llama cuando disque lo confundo con alguien más.

─No te enojes Liam, sabes muy bien que tú eres su mejor amigo. Los demás son solo compañeros ─le dice Rebeca riéndose, eso lo tomé como sarcasmo.

Liam es mi mejor amigo, siempre lo ha sido y así será por siempre, aunque para él yo signifique más que una mejor amiga. Él me quiere de otra forma. Una forma que yo no correspondí, ni corresponderé.

Aunque me duela, no puedo por más que quiera no siento otro cariño por él que no sea de amigo. Y no es que no sea guapo, al contrario lo es y mucho. Es alto, de complexión algo fornida ya que hace deportes y se cuida mucho, su cabello es castaño claro casi rubio y tiene unos bonitos ojos color miel, es muy atractivo, muchas chicas andan detrás de él pero él no les hace caso, pero aun así no me gusta como novio o pareja.

Nunca me he enamorado y creo que nunca me enamoraré del ya que llevo conociéndolo por varios años y siempre lo he querido como mi amigo, yo sé de sus sentimientos hacia mí porque un día algo ya lejano se me declaró y no solo eso, me robo mi primer y único beso que me han dado hasta ahorita.

Eso paso antes de que yo entrara a la Universidad hace como tres años, él ya estudiaba aquí ya que me lleva dos años y medio, actualmente cumplió 25 años.

Ese día me gradué de enfermería ya que tomé un curso durante tres años después de salir del instituto. Ese día él llego con un ramo de rosas, me invitó a cenar pero le dije que no podía ya que me esperaban mis hermanitos en casa, el sabia de ellos y de la situación pero él decía que me merecía una salida tan siquiera ese día porque era especial, tuve que pedirle el favor a Olivia y por supuesto no se negó, ya que ella quería que saliera y más que nada con algún chico y sobre todo si era él, ya que lo conocía y sabía que era un buena persona.

Me llevo a cenar a un lugar sencillo y bonito, él siempre ha sabido mis gustos. Me conoce muy bien. Esa tarde fue muy bonita e importante para mí porque la pase con mi mejor amigo, hasta que llegó el momento de su confesión. Me dijo lo que sentía por mí llevaba ya tiempo enamorado de mi pero que solo estaba esperando el momento adecuado para confesarse, al momento de decir sus sentimientos había mí, no me dio tiempo de responder cuando ya estaban sus labios pegados a los míos. Yo me congele de la impresión y confusión, y claro no pude responder a su beso. Él al nota eso, rápido se alejó de mí como si lo hubiera quemado, yo me quede viéndolo a los ojos mientras él estaba apenado. Fue la primera vez que Liam me dio lastima y tristeza verlo así, no podía mentirle y claro estaba que no era justo para el ilusionarlo solo porque me dio lástima verlo así, no era justo para él.

Esa tarde le dejé claro lo que sentía por él y que no lo quería perder como amigo por no corresponderle como él quería, sé que lo lastime ese día, pero más hubiera dolido si le viera dado esperanzas. Algo que nunca iba a pasar.

Ya han pasado tres años de ese día, muchos dirían que ya lo supero. Pero no es así. Por más que le dije que saliera con chicas y se diera la oportunidad de volverse a enamorar de alguien más no me hiso caso, sigue aferrado a sus sentimientos hacia mí. Dice que "la esperanza muere al último", lo que más me duele es que el mismo se está haciendo daño. A veces hasta he pensado decirle que sí, solo para hacerlo feliz y no verlo así, pero me pongo a pensar en mi vida y todo, y digo "Él se merece alguien mejor, yo nunca lo podré hacer feliz."

Sé que algún día superará esos sentimientos y encontrara a esa chica que se lo merezca y lo haga muy feliz.

*****

Salgo de clases y me dirijo a la parada del bus, veo a Liam y Rebeca caminar hacia mí, Rebeca grita mi nombre, antes de llegar a mí.

─¿Te llevo? ─me pregunta.

─No, sabes que no es necesario, aparte es muy peligroso que andes en ese auto ─ señaló su auto estacionado a poca distancia de nosotros ─Por esos rumbos es peligroso cuando salgas de mi barrio sola. ─ella solo hace un gesto de mal gusto.

─Pero yo sí puedo llevarte ─responde Liam, antes que mi amiga.

─Saben muy bien que no me gusta que vayan a ese barrio en sus autos, tengo miedo de que algo malo les pase ─ellos siempre se ofrecen a llevarme, pero yo me niego diciéndoles lo peligroso que es esos rumbos para las personas como ellos con dinero, aparte de que temo quedarme a solas con Liam ya que cuando eso sucede saca la plática de que quiere una oportunidad, y me duele estarlo rechazando siempre.

─¡Ay! No exageres, quien se va a querer meter con este fortachón ─dice Rebeca agarrándose del brazo de Liam, que bonita pareja hacen.

Si Liam se fijara en ella todo sería mejor, yo sería la persona más feliz del mundo por ver a mis mejores amigos juntos enamorados.

─Si, di que sí, sirve que te ahorras el bus de regreso a tu casa ─Liam dice sonriendo, yo solo suspiro.

─Está bien... ─le respondo.

Me despido de Rebeca con un beso en la mejilla y ella se va a su auto, yo me dirijo con Liam a su auto él pone su brazo sobre mis hombros algo que siempre hace cuando caminamos juntos. Al llegar a su auto me abre la puerta, como siempre caballeroso, y subo, después él lo hace del otro lado.

Al llegar a mi barrio veo por todos lados, ya que se quiénes son algunos de los delincuentes de ahí, y checar que no anden merodeando.

Liam estaciona el auto lo más cerca de los departamentos donde vivo y después se voltea hacia mí.

─Bueno ya llegamos, señorita Smith, llegó a su destino sana y salva. La dejare en la puerta de su casa como lo que es, una princesa ─dice alegre.

─No es necesario, mejor yo me bajo y espero a que salgas de aquí, así sirve que vigilo que no te pase nada.

─¿Qué?, así no funciona esto, yo soy un caballero, yo tengo que esperar a que tu entres sana y salva por esa puerta —la señala —antes de irme ─dice molesto.

─Liam... Sabes que no es necesario, peligras más tú, que yo. ─le digo seria cruzándome de brazos.

─Bueno me voy, nos vemos luego ─pero antes de que me acerqué para darle un beso en la mejilla, me detiene.

─Espera...yo... quería... ─hace una larga pausa y luego continua ─Quiero hablar contigo, ya sabes de que ─me ve a los ojos, pero nervioso, ya sé a dónde va esto, conozco esas palabras y esa mirada.

─Liam yo... ─me interrumpe.

─No Luciana, déjame hablar, siempre me interrumpes cuando te voy a decir todo esto y nunca me dejas terminar.

─Esta bien, te escucho. ─lo veo a los ojos y vuelvo a cruzar los brazos.

─Se que ya has de estar harta de escucharme decir lo que siento por ti. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, y estaré esperándote.., nunca me cansaré de que algún día llegues a quererme como yo te quiero a ti. Y quiero que sepas que si llega a pasar yo siempre te apoyaré, en las buenas y en las malas estaré, yo te acepto con todo lo que lleva tu vida. Así te quiero, así me enamoré de ti. Y si algún día me das la oportunidad, te aseguro que tú y tus hermanos serán siempre felices, y haré todo lo que esté en mis manos para que nada les falte, y daré lo mejor de mí siempre. Lo mejor para ellos y para ti.

Me quedo viéndolo, en silencio ya que me sorprendieron todas sus palabras, es la primera vez que dice todo eso, antes solo decía que le diera una oportunidad.

─No te preocupes, no te estoy diciendo todo esto para que me respondas ahora. Si ya esperé varios años, no pasa nada si espero un tiempo más, si aún no estás lista para una relación como me lo dijiste al principio no importa, sabes muy bien que se esperar. lo hecho todos estos años.

─Liam... Yo... No sé qué decirte, sabes que no estoy enamorada de ti y esto no es justo para ti y.... ─me vuelve a interrumpir.

─No, no. Yo sabré esperar, puedes darme una oportunidad, podemos intentarlo y a lo mejor con el tiempo me puedas llegar a querer ─ dice con una media sonrisa algo nervioso ─ Solo piénsalo. No ocupas responderme ahora, no hay prisa, primero piénsalo bien ─se acerca un poco y me da un beso en la mejilla, en modo de despedida ─Hasta luego Luci. ─aun sigo sorprendida, pero asiento con la cabeza y salgo del auto.

Entró por la puerta casi corriendo. No entiendo porque me asustaron sus palabras, no por la parte bonita donde dijo que cuidaría de mis hermanos y de mí, si no de que siempre me estará esperando.

Como le hago entender que no le puedo corresponder como él quiere. A mi corazón no le puedo decir de quien se debe enamorar. Que más quisiera poder hacerlo, para poder corresponderle como él se lo merece.