Capitulo 7

Llegamos a la casa o más bien mansión Rebeca parquea en la entrada.

—¿Quieres que vaya contigo? —me pregunta.

—No es necesario, puedo hacerlo sola no te preocupes —aunque este un poco nerviosa lo disimuló para que no se de cuenta.

—Bueno, como quieras. Te deseo toda la suerte y puedas obtener el empleo —cruza los dedos como changuitos.

—Gracias.

Me bajo del auto antes me despidió de mi amiga y me dirijo por el camino que va a dar a la puerta principal que esta algo retirada. Al pasar por el camino a los lados veo hermosos jardines con muchas flores, a lo lejos veo un hombre cortando césped, creo que es el jardinero. Camino y antes de llegar veo una enorme y muy bonita fuente en medio de donde creo que detienen los autos, la casa se ve que es enorme, por fuera parece una mansión como para vivir más diez familias o quizás hasta más, es muy hermosa y moderna, la puerta también es enorme de madera gruesa elegante la perilla parecer de oro, creo que es de oro.

Llegó a la puerta y tocó el timbre, después de unos segundos vuelvo a tocarlo, a lo mejor no lo escucharon, es escuchó que abren la puerta es una joven con uniforme de mucama, me ve de arriba a bajo barriéndome y después pregunta seria:

—¿Qué se te ofrece?

—Buenas tardes, busco al Sr. Howard —le sonrió.

—¿Disculpa? ¿Tu para que buscas al señor? ¿quién eres? —la chica me ve mal.

—¡Oh! Lo siento no me presente, soy Luciana Smith, viene a la entrevista. Soy la enfermera recomendada por Lindsay.

—Así que eres tú.. —dice viéndome mientras me vuelve a barrer con su mirada —Y es señora Benett para ti..

—Oh éste.. —solo digo eso, me corrigió con el apellido de Lindsay.

En eso se acerca una mujer algo mayor hacia nosotras.

—Brinny, ¿quién tocaba? —pregunta la señora cuando ya esta casi cercas, después me ve y pregunta. —¿Tú eres?

—Hola, soy Luciana Smith la recomendada de la Sra. Lindsay —estiró mi mano para dar un saludo, la señora me ve y después sostiene mi mano respondiendo el saludo.

—Mucho gusto Srita. Smith, soy Olga la ama de llaves y encargada de esta casa. Yo seré la que te supervise mientras estés de prueba.

—¿Y la entrevista? —le preguntó.

—No es necesario, el Señor solo pidió que te supervisara para ver que tal trabajas y si él joven Elián se pueda acostumbrar muy bien contigo.

¿El joven Elián? Entonces es un chico al que cuidaré, creí que sería un niño o un anciano. No me quejo, creo que así estará bien.

Me hace una seña con la mano para que pase ya que seguía de pie en la entrada.

—Antes de que te lleve con el joven Elián, te diré primero todo lo que tienes que saber de su cuidado y como tratarlo ya que después de su accidente su humor a cambiado mucho y mi niño ya no es el mismo, no tolera a nadie, al menos a su papá o a mi, y otras veces a nadie.

Ay no espero este jovencito no me la ponga difícil y no me echen porque no le caiga bien, tengo que aguantar cualquier cosa, por mis niños.

—Bueno en esta hoja esta sus horarios de comida, lo que si y lo que no debe comer, tu no te preocupes por eso para eso tenemos cocineros pero debes supervisar sus alimentos antes de que se los lleves, no vaya a pasar que algo este mal, también hay viene el horario de sus medicación, y lo demás me imaginó que ya sabes que hacer sobre lo que hacen los enfermeros, y de su higiene te ayudara Héctor un guardia que esta fuera de su habitación, el lo cargará ya sea al baño o a la silla de ruedas, no dudes en avisarle. ¿Entendiste? —asiento —¿Alguna duda?.

—¿A que hora se duerme o yo tengo que decirle?

—No es necesario el joven se duerme temprano, para las 9 ya esta durmiendo, ¿alguna cosa más?

—Si, ¿como quedarían mis días y mi horario?, no se si sepa pero trabajo en el restaurante de la señora Leticia de lunes a viernes de 3:30pm a 10:30 pm.

—Sobre eso, el Señor se puso de acuerdo con la Señora Lindsay para decirle que toda esta semana no fueras al restaurante, ya que estarás aprueba, ya hasta la siguiente semana ellos te van a decir si te quedas o no, y se te entregara tu horario en todo caso que si te acepten.

—Esta bien.. —digo.

—Bueno, ahora te voy a mostrar la casa para que la conozcas y cuando quiera salir el joven de su habitación lo puedas llevar a cualquier lugar que el te diga, vamos.. —comienza a caminar y yo la sigo.

Al llegar al recibidor veo una enorme escalera blanca hacia nuestra dirección, pasamos por un lado de ella y vamos hacia un pasillo largo, dónde hay varias puertas, me dice que son habitaciones y una sala de estad algo así, llegamos al final y hay una última puerta ella la abre pero no pasamos solo me dice que esa es la biblioteca donde al joven le gusta pasar el mayor tiempo, ¡genial! le gusta leer igual que a mí, creo que nos llevaremos bien.

Después me muestra el patio trasero es también muy grande con una alberca enorme esta algo retirada de la entrada y cuenta con una sala techada, un bar casi cercas de la alberca y una hermosa vista tipo como balcón algo así para ver el paisaje que esta al rededor de la mansión. Es bellísimo todo, con muchos lujos y algunas cosas muy exageradas que creo yo que no son necesarias, pero que se le puede hacer así son los millonarios viven entre tanto lujo y tienen cosas que a veces ni necesitan.

Seguimos el recorrido de nuevo hacia dentro de la mansión, llegamos a la cocina creo que es, porque es lo parecido a una, la Sra. Olga me presenta al personal de la cocina y les dice que yo seré la encargada de llevar la comida al joven.

Seguimos dando vueltas y vueltas por la casa me muestra la sala, el comedor, que son grandes y muy lujos. Subimos a la segunda planta y me dice que ahí solo son puras habitaciones que no es necesario mostrármelas ya que la única que debo saber donde está es la del joven que cuidaré, no se me permite andar merodeando por ahí, se ve que Olga es una mujer dura pero se ve que es buena persona, se que solo hace su trabajo por eso es algo estricta.

Llegamos a la puerta y a lado de ella esta un hombre muy alto y musculoso vestido de traje negro, muy serio, creo que el ha de ser Héctor.

Olga me lo presenta y el solo asiente a todo lo que ella le dice.

El hombre musculoso nos abre la puerta de la habitación y pasamos, al entrar veo que esta algo oscuro no se puede enfocar bien la vista en ella, solo llegó a ver una laptop encendida en un escritorio y unos libros sobre el, al caminar más llegamos a donde creo es el dormitorio, ya que son como dos habitaciones en una. Es más casi del tamaño de mi casa.

Nos acercamos a la cama y se ve que alguien esta cubierto por las sábanas completamente.

Creo que a de ser el chico que cuidaré, me detengo en el marco de la puerta, no quiero intimidarlo con mi presencia, así que esperaré hasta que me lo presenten.

—Ya no son buenos días, Elián —le dice Olga mientras se dirige a las cortinas y las abre, se escucha un gruñido debajo de las sábanas.

—Vuelve a cerrar esas cortinas o juró que no saldré —responde el joven.

—Elián ya te he dicho que no es bueno para tu vista estar en la oscuridad, en la mañana vine a darte los buenos días y las deje abiertas, y vengo de nuevo y me encuentro con ellas cerradas nuevamente, deja de pedir que las cierren. Debes aprovechar el día y ver lo hermoso que esta.

—De que sirve ver un paisaje, las nubes, el sol, jardines bonitos y todas esas cursilería que siempre me dices, si no puedo pararme por mí mismo de esta ¡maldita cama!, ¿qué parte no entienden? que estoy ¡INVÁLIDO!, ¡soy un inútil! —grita muy fuerte.

Olga suspira, luego agacha la vista, y luego la levanta para verme, ella me hace una seña con la mano para que me acerque a ella, yo lo pienso por un momento, ya que me puse un poco mas nerviosa de lo que estaba al ver escuchado al chico, al parecer no esta de humor. Llegó hacia ella y ella me sujeta de la muñeca para acercarnos a la cama y estar aún lado de la cama.

—¿Puedes por favor descubrirte un poco?, quiero presentarte a alguien. —Olga le dice.

—¿Qué?.. —dice aún molesto.

—Que aquí se encuentra ya la joven enfermera que te ayudará con tú cuidado, está aquí esperándote.

—Que no entienden que no necesito una estúpida niñera que me cuide, ¡despídela!, ¡y largo de mi habitación!

—Elián por favor no te compartes como un niño, a caso quieres que le llame a tu padre y le diga. Tú sabes que yo solo obedezco ordenes de él.

—Siempre es lo mismo, nunca te puedes poner de mi lado cuando te necesito, te dije que le dijeras que no necesitaba ayuda y mucho menos quería a alguien que cuidara de mí, ya no soy un mocoso.

—Pues lo pareces, por tu comportamiento, y sabes bien que si me pongo de tu lado cuando tienes la razón pero esto es algo que si necesitas quieras o no, así que aquí seguimos esperando.

No dicen nada más, Olga esta cruzada de brazos algo molesta, yo solo permanezco a su lado con la vista abajo, creí que no iba hacer tan difícil cuidar de un joven, que equivocada estaba. Lo que me espera, si me llega aceptar tengo que aguantar como sea me lo prometí a mí misma, por mis hermanos y ahora con más razón ya que muy pronto nos quedaremos sin un hogar.