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El mago terminó su magia y con un grito fuerte, la lanzó.

La magia consistía en una descarga eléctrica que serpenteó por un momento a todos los híbridos a la redonda del grupo, y de primera vista, mató a más de cien perros infernales.

Pero...

El joven maestro que ese grupo protegía puso una cara aterrorizada al ver cómo con la misma cantidad de híbridos que murieron, salieron el doble desde atrás.

"No... no, ¡nooo!"

El joven maestro gritó con toda su fuerza, no podía creer que moriría aquí.

Esta era solo una búsqueda simple de excursión, en la que tendría que cazar por sí mismo, con la ayuda de un grupo de mercenarios por supuesto, tres híbridos para hacerle llegar honor a su familia por su parte y así ganar más poder político.

Incluso había contratado a un grupo que tenía a un gran mago y varios mercenarios veteranos en el.

Pero, por lástima, moriría.

No podría seguir violando chicas de estas tierras de el reino infernal, ni tampoco podía tomar el control de el ejército de su padre ahora que estaba perdiendo una guerra.

No podría ir como quisiera en la ciudad sin temor de nada, no podría seguir amenazando y acostándose con su madrastra, una consorte que su padre había encontrado hace algún tiempo, pero que como estaba en guerra, casi nunca había estado en el hogar...

Toda esa vida, se iría lentamente de sus manos...

"¡Noooo!"

La falta de esperanza seguramente le sobraba en este momento, y todavía más al ver como los terribles híbridos seguían y seguían matando a más personas de ese grupo.

Finalmente, bajo la cara pálida de ese joven maestro... el hombre que era el líder de todo el grupo mercenario, sucumbió antes el ataque combinado de decenas de híbridos salvajes...

"Jajaja..."

Ahora sí, el joven se orinó en cima y también se empezó a reír con desgana.

Un híbrido lo miró, después de devorar enteramente a ese líder del grupo...

Luego otro, y luego, otro...

Justo en el momento en que un híbrido se lanzó a morder al joven maestro...

¡Swann!

Un golpe nítido y realista de espada llegó.

Si bien el sonido que se realizó fue realista, en realidad el efecto que sucedió fue todo lo contrario, con un solo tajo, tres híbridos murieron en un santiamén.

El joven maestro miró a la figura en su lado y recordó que ese hombre encapuchado no estaba en el grupo inicial de mercenarios que habían venido con él.

Una voz ronca habló.

"Si te salvo, ¿qué me darás?"

Al primer momento, el joven maestro había perdido la esperanza, había pensado que moriría, y todavía lo pensaba, pero en ese momento, su mente no estaba en su lugar más racional...

"¡Todo, te daré todo, tengo mucho dinero! ¡Puedo darte tanto dinero que tu familia será rica por varias generaciones!"

"Bien."

Luego de esa pequeña charla, el joven maestro, aturdido... vió como un hombre con una simple espada de oricalcum, acabó con la vida de un híbrido...

Entonces otro, luego dos más.

Los movimientos del hombre llamaron su atención, puesto que todos ignoraron al joven maestro que estaba en el suelo aterrado.

Tres más, dos más.

Dos más, uno más.

Caían y caían los híbridos.

Poco a poco, poco a poco.

Incluso cuando atacaban más de 15 híbridos al mismo tiempo, ese hombre encapuchado solo esquivaba a la mayoría y mataba a unos pocos con una huelga.

Así, pasaron las dos horas más aterradoras que el joven maestro había experimentado en toda su vida...

Así como las más afortunadas.

.....

"Muchas gracias por salvarme, mi nombre es Eltroy, Eltroy Osman Amod, de la familia de Vampiros Amod, ¡muchas gra...!"

El joven maestro, Eltroy, se secó las lágrimas en los ojos y se paró para hablar con ese hombre encapuchado que había matado hace unos segundos, al último híbrido de la enorme manada de casi mil.

Pero no pudo evitar callarse al ver como el hombre encapuchado se giraba, en ese momento... Eltroy tuvo una ligera noción de una presencia extremadamente fuerte sobresalía de la espalda de ese hombre mientras dos ojos con un tinte dorado lo miraban en la oscuridad del manto.

"Llámame Walker."

"¡S-Si señor Walker, muchas gracias por haber salvado mi vida...!"

"No lo hice de gratis."

"Por supuesto, lo entiendo, no se preocupe, mi familia es la más poderosa y rica en todo esta región."

"¿En qué dirección está tu ciudad?"

"¿Eh? ¿Podrá ser que el señor Walker es alguien de otra región? La ciudad principal del condado Amod está hacia allá, hacia el norte..."

.....

Nadie lo hubiera pensado, que algún día tendría que actuar así, todo misterioso...

Vaya embrollo de mierda, pero bueno, al menos ahora tengo más información.

Daniel pensó mientras caminaba, y escuchaba al eternamente parlante Eltroy.

Este pequeño vampiro no cerraba su boca ni siquiera un segundo, y más que a Daniel no parecía molestarle, el tipo seguía y seguía.

Aunque, gracias a él, Daniel se enteró de muchas cosas, y en su mente, pudo hacerse una idea más clara de donde estaba parado.

Este lugar era un Reino Infernal, un mundo del infierno que era solo uno de tantos.

Más específicamente, Daniel estaba en la tierra de hielo, dominada por el extenso Clan Vampiro Amod.

Este reino infernal estaba dividido en tres partes, el Reino de Hielo, el Desierto negro, y el último terreno eran las Montañas de Agromesh, un lugar gobernado por un Clan de gárgolas de el mismo prestigio que el Clan Amod.

Daniel se dió cuenta de que este pequeño bastardo que no paraba de hablar, estaba en realidad demasiado pálido, y aunque delicado, con la fuerza de tres humanos normales juntos. Dándose cuenta de que estos seres clichés, los vampiros, realmente existían.

Pero lástima que estuviera en el Bosque congelado, un lugar donde los híbridos son nativos, que no tienen en importancia la fuerza individual de los sujetos que se introducen en el lugar, sino que es imposible escapar de muchos de ellos al mismo tiempo, como se había demostrado hace sólo unas horas, al masacrar al grupo mercenario más grande y más fuerte de todo el territorio del Clan Amod.

Daniel no lo sabía, pero por eso es que este pequeño bastardo, hablaba tanto, para ganarse el favor de una figura como él, que acabó completamente solo con la vida de más de ochocientos híbridos pacientemente.

Una figura así solo podía ser un señor de la guerra, y solo podría ser adorado a donde quiera que fuera en el infierno. Especialmente un señor de la guerra de otras tierras, que podría terminar siendo una de las cartas más valiosas en un ejército, o dicho sea de paso, en su propio ejército. El pequeño bastardo Eltroy estaba emocionado maquinando en su mente.

Pensando hasta aquí, Daniel no entendió demasiado bien la composición de la sociedad de este infierno, ya que le habló a Eltroy algo de los condenados, o trató de insinuar, pero este dijo que a este grupo se le llamo "extranjeros", porque no eran nativos de estas tierras.

Estos no morían así los mataran mil veces de todo tipo de formas, justo como los no muertos, ya que estaban pagando una condena por haber enojado a algún Dios, y eran muy débiles, sin absolutamente ningún tipo de forma para hacerse más fuertes, por esto, es que normalmente si lograban salir de los lugares insólitos en los que aparecían, serían tomados como esclavos.

Incluso el bastardo compartió recuerdos donde el mismo jugaba con dos chicas extranjeras al mismo tiempo.

Daniel sinceramente, por primera vez en la vida, deseaba matar a un ser parecido a un ser humano, con fuerza. Pero como él mismo no sabía absolutamente nada de aquí, por el bien de su futuro, aguantaba.

.....

"¡Ah, llegamos, ah, pensé que no iba a ver estos muros de nuevo!"

Saltando, ese bastardo se alegró tanto que en realidad lloró.

Como habían pasado unos largos minutos más hasta aquí, Daniel se había seguido informando sobre esta región, de Eltroy, haciendo una imagen en su mente que puede entender perfectamente conforme reunía detalles.

Esto... no merece ser llamado infierno...

Antes, cualquier idea que Daniel tenía del infierno había sido completamente aplastada por esta extraña realidad.

Claro que las personas del infierno son conscientes completamente de la existencia de un mundo diferente en el cual viven estos extranjeros, que de vez en cuando llegan aquí por anomalías o siendo enviados por los Dioses, así como de otro mundo superior dónde viven los ángeles y criaturas de la luz, que están en eterno combate con las fuerzas de la oscuridad.

Pero debido a que los mundos están separados entre sí por fuertes sistemas preparados por las élites de las razas, para una persona normal del infierno es casi imposible hacer realidad el deseo de viajar a el mundo extranjero, mucho menos al celestial.

Incluso hubo registros de extranjeros esclavos de diferentes épocas que ayudaron tremendamente a hacer que la tecnología del infierno avanzara, al punto de que aunque muy diferente de la tierra en general, ya que nunca estaba en paz, el infierno había alcanzado una destreza increíble en el sector político. Eran, aproximadamente, el 0.2% de extranjeros los que realmente podían vivir cómodamente en el infierno.

Los cargos de los jefes se organizaron hace cientos de años y desde entonces se estableció esta forma de mando.

Actualmente, un ministro Vampiro gobernaba este Clan Amod, que en diferencia al pasado, estaba en completa decadencia.

Y ese ministro Vampiro, era el padre de este bastardo Eltroy.

Daniel vió como Eltroy se apuró a correr hacia los enormes muros, y aunque se sintió extraño por llegar a una sociedad en el infierno, una chispa se encendió en su alma por este motivo.

Tengo...

¡Tengo que regresar!

Daniel sabía, que en este mundo, la fuerza gobernaba, en este mundo, el fuerte era Dios.

Mientras fueras fuerte, todo, absolutamente todo, podría pasar. Todo tipo de reglas se podían romper, e incluso, cosas que originalmente estaban prohibidas podrían pasar.

Entonces, llegado a algún punto, a algún nivel de fuerza, ¡Daniel debería ser capaz de regresar a su mundo desde el infierno!

Y de hecho, lo que lo hacía todo aún más posible, es que como existía toda una sociedad aquí abajo, incluso aunque no fuera fuerte, mientras fuera rico, mientras fuera famoso, ¡igual podría regresar!

Este era el objetivo final de Daniel.

Volverse una prominencia en el Infierno... para ver de nuevo a su familia en la Tierra.