Cuenta la leyenda, que la energía vital de cada ser vivo, era una parte caótica diluida de la energía de la creación.
Lo que en pocas palabras, significaba que mientras más fuerza vital un ser pudiera absorber, más fuerte podría hacerse.
O sea, el potencial latente de uno se derivaba de la fuerza vital que poseyera.
Allí, la energía de el cuerpo, o el Éter, llenaría todo este cuenco de energía vital que era el cuerpo de un ser vivo, y en ese momento, ese sería el poder completo que podía alcanzar un ser vivo con una técnica de recuperación de Éter. Que lo ayudaba a extraer el Éter del mundo para ser refinado y transformado en su fuerza.
El éter era una cosa muy misteriosa y que tenía incontables nombres, por ejemplo, para las personas de el ejército celestial, el éter se llamaba comúnmente Maná, y se creía que era un regalo del Señor de Señores Creador para sus hijos. Para los demonios, como usualmente se conoce a las personas nativas de cualquier Reino del Infierno, el éter se llamaba comúnmente poder demoníaco, y era una energía que se les brindaba por haber nacido en tal mundo, considerándose en ese caso, afortunados.
Los magos, o seres que usaban el éter para desplegar técnicas extracorporales, solían ser muy adeptos en el uso de este, especialmente controlándolo a su propia potestad, cosa que muy pocas personas podían lograr.
Según algunas leyendas, en esos libros, Daniel leyó que los niveles de fuerza en este mundo, y el mundo celestial, eran tan disparejos como podrían ser, pero al mismo tiempo, similares en la base.
Si tomamos al infierno como ejemplo, sería así.
Una persona o demonio que podía detectar el éter en su cuerpo, había llegado al primer nivel de existencia requerido en el camino marcial.
A partir de aquí, los caminos si bien eran simples, cada uno era más aterrador que el anterior por mucho.
Demonio infante, Demonio soldado, Gran Demonio, Señor de la guerra, Rey Demonio, Semi-Dios Demonio, Dios Demoníaco. El último nivel mencionado en estos libros, era este... pero se decía, se hablaba, de un nivel incluso mayor de poder marcial.
En el caso de los magos, estos deberían tener un "aspecto" único, a la hora de controlar el éter en su cuerpo. Ya sea por ejemplo el atributo fuego, o el mismo y raro atributo trueno.
Y sus niveles serían similares a los del camino de guerrero Demoníaco, con cada nivel dándoles un control y volumen increíble en el manejo y explosividad de este "aspecto" que pudieran tener.
Leyendo este tipo de extraña información, Daniel estaba atónito, porque en realidad... el infierno estaba cada vez más, y más lejos de su ideal.
Pero bueno, no se detuvo mucho con esa sorpresa.
Y eso era, porque Daniel se dió cuenta de que su nivel de potencia, estaba en el increíble nivel de Señor de la guerra...
En el infierno, un Gran Demonio sería algo así como un secretario de estado, muy importante, y que no podía ocupar un cargo que no sea de jefatura, pero un señor de la guerra... ya era un nivel de líderes de Clanes oscuros enteros.
Podría ir y venir en el infierno, en cualquier Reino Infernal que exista, que incluso estando en el Reino infernal principal de todos los mundos, aunque poco, pero aún así, como señor de la guerra, ¡seguiría siendo una gran figura!
En todo este tiempo aquí, aparte de leer, y dormir, Daniel siempre estuvo pensando en el por qué él sentía que se volvía más poderoso mientras dormía.
Y finalmente, dió con la respuesta.
Sucede que, como había detectado el éter incluso a los pocos días de estar aquí, ya había llegado al inicio del camino marcial demoníaco en ese momento, y a partir de ahí, aunque involuntariamente, su cuerpo por naturaleza absorbería el éter del Reino infernal para convertirlo en su fuerza, proceso que podría ser increíblemente más agilizado con solo tener una técnica de recuperación de Éter cualquiera, debido a que en sus extremos días de supervivencia en ese bosque congelado, solo descansaría al dormir.
Solo activaría la absorción natural de éter al dormir, cuando no estaba gastando este poder en fuerza, estamina y destreza al matar híbridos sin cesar.
Pero, había un error en todo esta información, y era que como ser no nativo del Reino infernal, es más, como condenado, debería ser totalmente imposible para él romper su nivel y volverse más fuerte cada vez...
Hasta este punto, había que decir que éter no solo había reformado completamente el cuerpo de alma de Daniel, sino que también su cerebro, o sea, su espíritu, por lo que podía recordar cosas con claridad infinitamente mayor que antes. Y él recordaba perfectamente las palabras de esa ángel que se había apiadado por él.
Como absorbió su arma, un arma santa, en su cuerpo de alma, adquirió la habilidad de los ángeles, y de los demonios, dicho sea de paso, de absorber no solo la vitalidad de los seres que mata, sino que fortalecerse mediante el éter...
En resumidas cuentas, Daniel era simplemente un error en el sistema racional, una cosa que no debería existir, y que aún así, existe.
Daniel entonces dirigió su mirada a esas técnicas de poder.
Como no tenía el talento de mago, ni tenía un aspecto único, según las pruebas simples que realizó a partir del manual de maldiciones más básico, se concentró en las técnicas de poder.
Y cada persona, normalmente, debería poder activar una técnica de poder al mismo tiempo, pero ya sea por la razón que fuere, Daniel podía activar dos de estas técnicas.
Aprendió varias de estas habilidades sin nombre, y se dió cuenta de que la cantidad de éter que contenía su cuerpo como señor de la guerra era tanta, que podía activar estás técnicas por un largo período de tiempo. Y, hablando en términos gamer reales, su tiempo de enfriamiento era demasiado pequeño, apenas, 5 minutos por cada una. Pero, de la mayoría de estos centenares de técnicas de poder, solo muy pocas llamaron completamente su atención, siendo dos, las principales.
La primera consistía en una técnica de poder innata, por el hecho de que no aumentaba tu fuerza, sino que te permitía leer las intenciones ocultas de cualquier persona que estuviera en tu campo de visión, y la segunda, simplemente te hacía invulnerable a todo tipo de técnicas de poder de uso espiritual o maldiciones que contuvieran poder de voluntad en ella.
Un Rey Demonio muy famoso, que en el final de su vida pudo alcanzar el estado de Semi-Dios Demonio, dijo una vez, "La voluntad... es el poder más simple, y más bárbaro de cualquier ser sintiente, por voluntad, los reinos caían, por voluntad, los demonios débiles se hacían demonios fuertes, por voluntad, se creó este mundo."
La voluntad era un poder tan isotérico, incluso en el infierno, que dejaba a Daniel con dudas.
Se tenía muy poca información al respecto, pero había una cosa que estaba muy clara.
Para detectar la voluntad, había que tener el nivel de poder de un Rey Demonio.
Y como dato adicional, había que saber que convertirse en un Demonio soldado, desde un Demonio infante, podría llevar hasta 500 años, y en el caso posterior, solo se multiplicaba más este número. Hecho por el cuál, desconocido para él mismo, el bastardo de Eltroy creía que Daniel debería tener unos cuantos milenios de años de experiencia en su espalda.
Actualmente, que se conozca, en este Reino infernal existían solo dos Reyes Demonios.
Y la única de las tres asociaciones en este reino infernal que no contaba con la ayuda de un Rey Demonio, era el reino de hielo, o sea, el Clan Amod, que sus ramas se extendían por kilómetros y kilómetros de este mundo. Razón principal por la que estaba siendo coaccionado por las otras dos fuerzas, desde un centenar de años en este momento.
El Legendario Mago Vampiro Amod, había sido el último de los Reyes Demoníacos del territorio vampiro.
Daniel se estiró, y dejó de pensar en asuntos tan extraños, locos, ficcionistas, y poco realistas como estos.
Él, prefería varias veces, recordar su dulce y pasado tiempo en el mundo de los vivos, viendo películas y jugando algunos juegos en su tiempo libre, así como poniéndose nervioso por causa de un amor completamente unilateral de su parte para con su vecina.
Él, Daniel, para este momento, casi nueve meses en este lugar, ya sabía donde estaba parado, y ya sabía hacia donde se dirigía.
Su primer, objetivo, ese era...
Toc toc.
Un toque suave, repentinamente, cautivó la atención de Daniel.
Su ceño se frunció, pensando en lo específico que había sido al decirle al pobre bastardo de Eltroy, que nadie lo molestara.
Daniel tomó el manto de diseños demoníacos que estaba en un perchero, y se lo puso, tapándose a sí mismo casi por completo. Luego la espada de oricalcum, uno de los metales más comunes del infierno, y se la guindó en el cinturón de su nuevo y sencillo pantalón anticuado. Si se viera desde un punto frontal, en este momento, Daniel parecería uno de esos tipos que salían en las películas que representaban la edad de piedra, o series, como por ejemplo, Merlín.
Luego, simplemente se dirigió a la enorme puerta de la biblioteca, y con un humor frío, la abrió.
"¡Ah...!"
"¿Hmm?"
Tal vez, sería porque ella no se esperaba que alguien abriera la puerta, y tal vez, sería porque Daniel no se esperaba que una persona así tocara a la puerta...
Pero en ese momento ambas personas se miraron a los ojos con aturdimiento, y sorpresa sobre todo.