amigas

Ish –Nos besamos. –Se tapa la boca, mientras observa la reacción sorprendida de todas sus amigas que sigue con unos pequeños gritos de algo similar a la emoción. –

Adriana – ¡No manches! ¿Y luego?

Ish –Pues nada, no sentí nada; lo avente, me aleje, le dije que no, tengo pareja, le soy fiel y lo amo, le exigí que no se volviera a repetir. Y me fui a dormir.

Adriana -¿Cómo? ¿Dónde estaban?

Ish –En su casa, me dio asilo, porque no me lleve tarjetas ni efectivo suficiente para quedarme allá. Solo fue de improviso. Lo encontré por casualidad y se ofreció. Luego me entere que es parte de la empresa del nuevo cliente.

Erika – ¡No inventes! ¿Y qué harás con Sandro?

Melanie –No le dirás ¿verdad?

Hannah – ¡No! Ya le dijiste, ¿siii?

Ish –Si, le conté al día siguiente, ese día que encontré Jarrett, habíamos discutido en la mañana; le pedí que fuera por mí al día siguiente; para salir de la rutina, ir a cenar y resolver los problemas.

Melanie –Y ahí le dijiste

Ish –Si, le conté lo que paso. No quiero secretos entre él y yo.

Erika -¿Qué te dijo?

Ish –Se puso furioso, quería romperle la cara a Jarrett.

Hannah –Con justa razón.

Adriana – ¿luego?

Ish –Discutimos, hablamos, lo entendió y después quedamos bien.

Adriana –Así, ¿sin más?

Ish –Si ¿Qué más? Nos amamos, una tontería no arruinara nuestra relación

Melanie – ¿hubo reconciliación?

Ish – ¡Uff! –echándose aire con la mano, demostrando el exceso de calor, con una risa picara, pero sin decir nada. –

Adriana – ¿Y si hace bien su chamba?

Hannah – ¡No inventes! ¿Cómo preguntas eso? –Dándole un fingido golpe en el hombro a Adriana; mientras Ish solo ríe– ¿pero sí? –todas sueltan la carcajada. –

Ish –Excelente. –Mordiéndose el labio–

Melanie – ¡Estas enamorada!

Ish – ¿se nota tanto? –exagera la pregunta irónica. –

Erika – Desde que lo conoció, jajaja –ríe. –

Adriana – Bueno, ¿entonces no iras a la reunión de ex alumnos?

Ish – La verdad me da mucha pereza ir, tengo cosas más importantes que hacer; no me interesa socializar con ellos.

Hannah –Yo digo que no es una buena idea que vayas sí va a estar ahí el imbécil ese.

Melanie y Erika –Si, opino igual.

Adriana –No tendrías por qué dejar de ir, solo por él. Además ¿qué puede pasar? delante de todos ¡anda, Acompáñame! –dice en suplica. –

Melanie –Yo creo que están muy intensas las cosas con Sandro, como para que arriesgues más tu relación.

Erika –No tientes al diablo.

Hannah –Pues sí vas ignóralo. Date tu lugar y tu importancia.

Ish – No sé; ya veré. Depende del trabajo y los pendientes.

Adriana – Además yo me entere de que andaba detrás de los huesitos de Vanesa Alemán. ¿La recuerdas?

Ish –Pues sí es así, que mejor. Pero aún no sé. Lo pensare.

Adriana –Piénsalo y me avisas, no quiero ir sola.

Ish –Ok.

Llega Sandro, con sus hijos dormidos; entra a la casa y ve de lejos a Ishtar y sus amigas en la alberca riendo. Entra y deja a los niños en sus camas, baja algunas cosas, se acerca y saluda.

Sandro –Buenas tardes –con su bella sonrisa de modelo. –

Chicas – ¡Buenas tardes!

Ishtar – Hola amor –dándole el encuentro para besarlo. –

Sandro con gesto divertido dice – ¡muy divertidas!

Adriana –Si, la verdad.

Sandro les pregunta a las chicas – ¿Todo bien? ¿Necesitas algo amor? –Ish le niega con la cabeza y da otro beso– sigan disfrutando. Voy a darme un baño –dirigiéndose a Ishtar con mirada cómplice. –

Ishtar – Luego… ¿ganamos? –con sonrisa. –

Sandro –dos, cero. Sí.

Ishtar –Bien. –Levantando su copa hacia él, en señal de brindis; quien la toma y bebé de ella– ¿Los niños?

Sandro – Dormidos, esto está bueno. –Devolviéndole la copa, alcanza la otra botella para entregársela a Ish– Beban mucho. –Se va. –

Erika – ¿Los niños? Le preguntas como si fueran tuyos y todo

Ish se sonroja y ríe, encogiéndose de hombros; mientras piensa: Que tan viejo puede estar Sandro a sus 34 años, delgado, guapo, joven, exitoso, de bellas facciones delgadas, rubio castaño, de ojos café claros y sonrisa de modelo. Sin vicios reprochables o extremos; bebedor y fumador social, cafeína la estrictamente necesaria a una taza por día.

Deportista de 3 o 4 días por semana. Caballeroso y atento a mis necesidades; solo a mí. Y yo con 29 años; recién fundada la firma, viviendo "sola" o así era hasta que poco a poco Sandro se coló a mi habitación noche a noche, primero una, luego dos, luego todo el fin de semana que no pasaba con sus hijos, así hasta quedarse instalado en mi espacio.

Vive aquí, compartimos espacios; en ocasiones es abrumador el que llegue con alguna ocurrencia de reparación, remodelación; compras futuras para la casa o mi apartamento.

Cuando vaciamos la mitad de la casa de su ex; fue un dolor de cabeza. Encontrarle un espacio a las cosas, él tenía pensado haberse ido a una casa sola con sus hijos; pero el panorama cambio cuando empezamos a salir. Decidió instalarse de planta en mi casa, vender sus cosas y comprar nuevas. Cuando comenzamos a salir fue…