Ish – Marshall
Josué – Ish, ¿Dónde andas? Apóyame ¿ya terminaste?
Ish – si, dime ¿a dónde?
Josué – juzgado familiar audiencia de depuración y admisión de pruebas
Ish – mándame la información, vamos para allá
Josué – ¿quiénes?
Ish – Astrid, Dalia, Diego y Jorge.
Josué –bien, llévatelos; que aprendan algo
Ish – ok, tu ¿qué haces?
Josué –tengo una cita y se retrasó mi audiencia, apenas va a empezar. No llegaría
Ish –ok, bye –cuelga- Pues vamos a otra audiencia antes. –Conduce hacia el otro Juzgado. Cuando llegan, se estaciona; recibe un mensaje de whats App de Sandro
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Ish –Adelántense al Juzgado octavo, primera secretaría; expediente 388/2018; háganme comparecer y a ustedes; ahora los alcanzo
Jorge –sí, vamos –Mientras ellos se alejan, Ish cierra su auto y llama a Sandro.
Sandro cariñoso responde el teléfono –Hola amor
Ish con un tono aún molesto, dice – Hola
Sandro – ¿estas ocupada?
Ish –pues… vengo llegando al Juzgado Familiar a una audiencia de pruebas; comienza supuestamente en diez minutos
Sandro con voz suave dice– creí que regresarías pronto
Ish suspira –sí, ya iba para allá pero surgió esta audiencia
Sandro aun sutil pregunta –Ish ¿me estas evadiendo?
Ish se muerde el labio y aspira profundo –No Sandro, ¿Por qué haría eso?
Sandro– no sé, te sentí un poco distante
Ish – para nada; voy a entrar a audiencia y no puedo hablar ahora; te llamo en cuanto salga, ¿ok?
Sandro intentando mantener la calma –está bien, no tardes, con cuidado
Ish – No, nos vemos
Sandro – te amo
Ish – yo también, bye –cuelga
CASA ISHTAR
Sandro suspira frustrado y algo triste, se deja caer en el sillón. Después de unos minutos de tirarse en la molestia, respira hondo y llama a Pablo
Pablo responde fingidamente con el típico tono fuerte y jovial –Patrón ¿Qué pasa? ¿Cómo estás?
Sandro con su tono amargado y cabizbajo – adolorido, jodido, y solo ¿andas ocupado?
Pablo –algo, ¿no estas con Ishtar?
Sandro –no
Pablo con la voz más sutil y tranquila dice – ¿Por qué?
Sandro –no sé qué le pasa a Ishtar, esta sería, fría, no se quedó. Cuando me trajo Juan, ella ya se iba, abrió la puerta, me dijo que me fuera a bañar y luego hablábamos… -suspira
Pablo –Tranquilo wey, ¿estás en su casa?
Sandro –si
Pablo –en cuarenta minutos paso por ti, pero me vas a acompañar a ver a un cliente
Sandro –sí, está bien –cuelgan; Sandro se alista para salir.
Pablo pasa por él, en el tiempo que dijo, en el camino hablan de lo que ocurrió en la noche, y las múltiples llamadas y preocupaciones de Ishtar. Pero Sandro, no llega a ninguna conclusión. Visitan al cliente y luego se dirigen al corralón, por el auto de Sandro.
Sandro que está pagando la salida de su vehículo; exclama furioso y sorprendido – ¡¿qué?! ¡Pero sí solo estuvo una noche!
El Sr. Que atiende le responde justificándose – Pues sí don, pero esos son los cargos, el arrastre, el espacio y como fue en la noche, pues… pues así es el costo
Sandro, sin dejar de quejarse exclama – ¡esto es un robo! Aquí esta –entregando el dinero
El Sr. Le entrega el papelito con el sello de pagado –allá se lo entregan –señalando un camino
Se dirigen hacía el lugar, otro tipo de igual mala facha les pide el papel, saca las llaves, y sin decir nada les hace una seña para que lo sigan, luego les señala el auto, les devuelve el papel y las llaves; Sandro revisa el carro, se da cuenta que le faltan monedas que llevaba en el cenicero, los papeles están revueltos y en apariencia esta bien el vehículo.
Pablo –no tiene caso; no vas a demandar ni a hacer nada
Sandro lo mira fríamente, hace una mueca de disgusto y se sube al auto, seguido por Pablo; arrancan y salen del lugar. Se detienen atrás del coche de Pablo
Pablo – vamos a ver a Juan y a comer
Sandro– No, quiero llevarlo al mecánico a ver sí no le falta nada –señalando el auto, Pablo hace una mueca y baja del coche, asomándose antes de cerrar- te llamo cuando termine, a ver sí los alcanzo
Pablo –está bien, ya no te vayas a tomar wey, no la cagues –cierra la puerta y se sube a su vehículo; cuando arranca Pablo para irse, Sandro hace lo mismo, tomando cada uno direcciones distintas. Cuando llega Sandro al mecánico, recibe la llamada de Ishtar. Termina de estacionarse y baja.
Sandro –Amor
Ish igual de sería –ya termine, en media hora paso por ti
Sandro –No, estoy en el mecánico
Ish – ¿mecánico?
Sandro con un tono menos suplicante dice –fui por el auto al corralón y vine al mecánico, a ver sí no le falta nada
Ish –entiendo. Entonces… ¿dónde te veo?
Sandro – tu dime, ¿dónde quieres comer? O ¿vas a salir con tus amigas?
Ish guarda silencio un minuto, pensativa o molesta y responde con un tono más frio – avísame cuando salgas del mecánico y el estado de tu auto.
Sandro sorprendido por la respuesta, contiene el aire como si con ello contuviera su molestia, responde con algo de coraje –está bien; nos vemos
Ish se despide antes de colgar –besos, bye –Sandro respira hondo para contener su furia y va hacia el mecánico para explicarle lo que necesita.
ISHMAR
Ishtar recostada en su silla, con los ojos cerrados, intentando relajarse, no pensar y olvidar la noche de insomnio; es interrumpida por los múltiples mensajes de whats App que le llegan, el teléfono que suena y la puerta que tocaron y sin esperar respuesta se abre. Se gira en la silla al oír los pasos dentro para ver quien le interrumpe
Ish –Hola, dime
Hannah –Hola ¿Cómo estás?
Ish, agobiada –no se
Hannah – ¿quieres hablar?
Ish –no, ahora no. Quiero dormir; y para hablar necesito una botella de tequila, para acompañar o ahogar la congoja.
Hannah – ¿Por qué? Sí Sandro llego bien ¿no?
Ish suspira, avergonzada y arrepentida –sí, aparentemente
Hannah – ¿Cómo?
Ish –no me quede a verlo, ni hablar con él.
Hannah – ¿Por qué?
Ish con la voz quebrada dice –la primera en enterarse fue Casandra, ella le aviso a la esposa de Juan; porque el cuñado de ella es primo de Casandra.
Hannah – ¿y porque se enteró primero Casandra?
Ish con un tono de molestia y frustración –vete a saber, pero la única razón que se me ocurre, es que él le haya avisado o haya estado con ella.
Hannah con su tono tranquilo, intenta calmarla –estas sacando conclusiones precipitadas. Debes primero hablar con él. Ninguna de las dos opciones suena lógica; ni hablarle, ni estar con ella, ¡pinche vieja loca!
Ish –sí, pero estoy muy sensible, estaba muy nerviosa y preocupada por él. Con el miedo por la amenaza. Y luego el no saber nada. Y yo que siempre… -hace una pausa, porque se le ahoga la voz, al contener los sollozos y lágrimas- me alejé de la familia para no preocuparme y poder dedicarme a los asuntos penales, sin peligro, sin tener que preocuparme por nadie más que por mí –dice desesperada, con lágrimas rodando por sus mejillas- y ¡mírame! Tan vulnerable y sensible, preocupada por él
Hannah –eso es algo que no podías haber evitado Ish; no puedes negarte a sentir, a amar, solo para proteger a la gente, ni por egoísmo. Además nunca te has preocupado solo por ti; siempre piensas en todos, sí no es tu familia, también somos nosotros… o ¿ya lo olvidaste? ¡Somos familia! ¿No?
Ish con la cara húmeda de lágrimas, asiente, sin voz –si… pero…
Hannah –pero nada, esto es solo un capitulo en tu vida. Y es algo que no ha sido la primera vez que pases, ni será la última. Eres abogada, y estamos expuestos a esto todos los días, no importa que lleves o no asuntos penales; lo que debes hacer es continuar disfrutando de toda la familia, ¡toda! La de sangre y la que hemos elegido.
Ish – ¿Qué hacemos sí…?
Hannah la interrumpe molesta – ¡tú lo dijiste! Cuando pasé nos ocupamos, mientras a vivir en lo que estamos y seguir. Deja de tragarte tus emociones, anda y ve a hablar con tu hombre
Ish rompe en llanto –está bien –le da un intento de sonrisa, mientras seca sus lágrimas- me falto el tequila –se queja e intenta reír junto con Hannah
Hannah –será después nena…
Ish –está bien. –Recordando a Fer, la detiene antes de que salga- ¡oye!
Hannah – ¿sí?
Ish –hay que hacer algo el sábado, quiero invitar a… un amigo y a Astrid… que se sienta en confianza ¿qué te parece?
Hannah –Amm… pues sí quieres, ¿Qué sea algo del despacho?
Ish –no, mi amigo… es abogado pero no litiga
Hannah –podemos invitar a las chicas con sus parejas, a los chicos, Astrid, tu amigo misterioso, y que se nos una Sandro
Ish –suena bien
Hannah curiosa – ¿tiene nombre?
Ish –Fernando
Hannah más curiosa con una sonrisita dice –Fernando… ok ¿nada más?
Ish –no preguntes
Hannah le responde –está bien –con complicidad, pero con una mirada significativa de "me tendrás que contar después"
Ish entendiendo le dice – Luego Hannah, debo atender las llamadas y mensajes
Hannah pone los ojos en blanco y sale frustrada de la oficina.
Responde los mensajes de whats App, las llamadas, hace un par de escritos y comienza a estudiar los expedientes que le dio Josué el día anterior. Cuando recibe la llamada de Sandro.
Ish con voz más relajada y un poco dulce –Hola
Sandro –Hola, ya salí ¿Dónde nos vemos?
Ish – vamos al italiano
Sandro – llego en veinte minutos
Ish – ¿todo bien con el auto?
Sandro –sí, afortunadamente, solo me robaron unas monedas
Ish –pase en lo mínimo. Te veo en un rato, bye