ISHMAR
Lucio sale al encuentro de Ishtar que va saliendo del ascensor, hacia su privado –Ishtar
Ishtar de no muy buen humor ni ánimo, puesto que esa mañana Sandro no ha olvidado la discusión de anoche, y se ha comportado más frio y distante que antes; lo que no la tiene nada satisfecha, le dirige una fría mirada a Lucio; sin detener su camino a su privado, le dice –dime
Lucio – ya quedo resuelto el asunto del Sr Vega
Ishtar, entra a su privado seguida de Lucio, y con un intento de sonrisa, fingiendo emoción, le responde –que bien ¿Y?
Lucio, un poco avergonzado, acepta y dice –hay cosas muy extrañas, no existen pruebas de nada que lo quiera o pueda inculpar. Los supuestos testigos son ex trabajadores molestos e inconformes
Ishtar, se acomoda en su silla, y sigue escuchando a Lucio; le responde con el mismo tono liso y seco –eso quiere decir que Vega es inocente
Lucio, inconforme por admitir lo que dice –Si, no hay prueba de lo contrario.
Ishtar, con el mismo tono y sin ganas de discutir le dice – no somos quien para juzgar la conciencia de las personas. Solo hacemos nuestro trabajo lo mejor que podamos. Los sanos, no buscan doctores.
Lucio – Tienes razón.
Ishtar en tono conciliador le dice – entiendo lo que peleabas y tu punto; pero no estamos para eso. –hace una pausa y espera a que diga algo más Lucio, que guarda silencio por unos segundos de más, pero se queda viéndola fijamente sin decir nada; así que pregunta– ¿Algo más?
Lucio, con una mueca, le suelta –tiene otro problema
Ishtar suspira y masajea el arco de su nariz con el índice y pulgar, en signo de cansancio – ¿Cuál?
Lucio – Más denuncias y demandas múltiples de la viuda y ex trabajadores inconformes
Ishtar sorprendida – ¿Qué? Haber –Lucio le extiende un bonche de varios folders– ¡están locos! A fuerzas quieren sacar más dinero; ¡ataque múltiple! Creen que no podremos con esto –suelta una risa burlona– usa el personal que necesites y resuelve esto; pide a Joseph o Andrés que te apoyen y acompañen
Lucio un poco sorprendido le dice –está bien. Pero creí que tú querrías estar en esto.
Ishtar –no, no me siento muy bien ahora.
Lucio, en tono recriminante le cuestiona – ¿es por lo que ha sucedido con Sandro y su firma? Esa no es tu firma Ish
Ishtar –no, es solo Sandro, no está bien y eso me afecta –pasa una mano por su cabello, con frustración y desesperación– no estoy bien como para concentrarme en eso, son asuntos un poco delicados, y que necesitan concentración al cien y una mente ágil; y en este momento yo no lo estoy. Confiamos en ti, para encargarte este cliente y sé que podrás con esto. No me necesitas
Lucio le sentencia, con tono un poco amable y dulce, del que podría esperar ella –está bien. Pero no te deprimas tú también; así no nos ayudas aquí. Y esta es tu firma y familia
Ish –lo sé; pero hay otros clientes que también necesitan mi atención.
Lucio –ellos también son importantes y necesitan de tu concentración
Ish –si, pero estos los puedo resolver desde aquí y por escrito; esos no. No te preocupes por lo que yo hago –le sonríe para reconfortarlo- tu atiende lo de Vega, por ello te lo encargamos
Lucio –muy bien, me voy a solucionar esto. –sale de la oficina.
Minutos después, Astrid toca y entra al privado de Ishtar –Hola, ¿tienes un minuto?
Ish que esta apurada escribiendo como loca en la computadora, le dice–dame un minuto –mientras sigue tecleando, tan rápidamente como Astrid no había visto antes; después de unos minutos, concluye Ishtar el documento; lo medio revisa e imprime– ahora sí, dime
Astrid –no había visto que alguien escribiera así de rápido
Ish sonríe –sí es algo que aprendes al estar en algunos juzgados. Y mientras esté concentrada e inspirada… Pero dime ¿qué necesitas?
Astrid – ¡ah sí! ya tengo la fecha de audiencia de mi juicio
Ish –Ok, muy bien, ¿ya pediste que la anotara en la agenda Lola o la agregaste tú misma?
Astrid – si ya la agregue
Ish – ¡excelente! Espero que la hayas puesto en mi calendario, para que no la olvide.
Astrid –Si, ya.
Ish –ok. ¿Algo más?
Astrid –ehm… ¿sabes algo de Fernando?
Ish sorprendida por la pregunta, observa a Astrid – no, ¿por qué?
Astrid – creí que como se llevan tan bien, tal vez… habían hablado.
Ish ríe – el que nos llevemos bien, no quiere decir que hablemos seguido
Astrid –solo preguntaba
Ish suspira y le dice con mucha paciencia y calma –Astrid, te advertí que es un hombre difícil; muy volátil, ligero… libre. Deja que él te busque, no tú.
Astrid suplicante le pregunta – ¿lo conoces muy bien?
Ish –depende de a que te refieres; solo convivimos unos meses, y solo tuvimos un trato o relación profesional y en ocasiones de farra, pero nada personal; no sé si alguna vez se haya enamorado, no sé cuántas novias ha tenido o con cuantas a estado, no sé qué tan serias sean sus relaciones. Solo sé que es un hombre coqueto, que se sabe galán y le saca provecho a eso. También que le gusta probar y divertirse.
Astrid –ustedes…
Ish niega con la cabeza, con gran determinación –no, no
Astrid – ¿Por qué?
Ish –no mezclo las emociones con los negocios. Nunca es bueno
Astrid – ¿por eso el reglamento?
Ish –en parte. Pero sí sé que no es bueno, es por experiencia
Astrid – ¿me quieres contar?
Ish –no
Astrid -¿Por qué?
Ish inhala fuerte –porque no quiero evocar esos recuerdos tan viejos
Astrid – ¿puedo preguntar a alguien más el motivo de esa regla?
Ish –los fundadores estuvieron de acuerdo con ella, porque cada uno tiene su motivo y sabe que esas dos cosas nunca se mezclan; no, sí uno no sabe separar los sentimientos. Puedes tener placer y negocios, pero no sentimientos y negocios. Los sentimientos te nublan la mente, te desconcentran y desenfocan de tu objetivo, te desestabilizan; y eso en esta profesión como en cualquier otra, no es adecuado, ni propio. Debes dejar los sentimientos fuera del trabajo.
Astrid –entiendo
Ish – cuando hay sentimientos pasionales en una relación profesional, las cosas se vuelven turbias, se enredan, encuentras más problemas en la relación y en el trabajo.
Astrid – muy bien. Pero eso no me ayuda con lo de Fernando.
Ish –no lo busques, ignóralo, date a desear, date tu lugar. Por otro lado buscaré que te encargues de algún asunto donde debas ir a la notaría. ¿Ok?
Astrid –está bien, gracias prima. –dice efusiva y sale del privado, feliz.