—Te quedaste allí y no hiciste nada cuando mi hermana resultó herida y lloraba. —Lith gruñó—. No dijiste ni una palabra cuando mi- cuando el Gran Mago Solus Verhen, tu superior en la Asociación, fue tratado como un criminal común y hasta prestaste tus magos al ejército para ayudarlos a desterrarla.
—Después de todo lo que ha hecho por esta sucia ciudad! Ella les había prometido que la casa de Verhen nunca volvería a ayudar a Ne'sra, pero aquí estamos de nuevo. Arriesgando nuestras vidas por tu patético trasero.
—¿Y cómo le devolviste su amabilidad? —Otra apretón hizo que se les rompieran las vértebras del cuello y un hechizo de curación las arregló antes de que la herida se volviera mortal—. Te escondiste como una rata mientras luchábamos.
—No te molestaste en comprobar nuestra condición hasta que te aseguraste de que era seguro para ti salir de tu agujero. Cuando me viste herido y a Solus desaparecida, no me trataste ni te molestaste en preguntarme por ella.