—¿Qué pasa? —La expresión sorprendida de Lith hizo que Kamila se olvidara de su propia conciencia sobre su cuerpo para preocuparse enfermamente.
—¡Una patada!
—No te he pateado, idiota. Estaba a punto de...
—No tú, ¡el bebé! Juro que sentí una patada. —Lith puso su mano de nuevo en su estómago, esperando una repetición.
—¿Estás seguro de que no era solo mi estómago gruñendo? —Lith se había perdido el desayuno pero Kamila también había saltado sus cinco tentempiés de media mañana.
—No sé. Fue débil y también es mi primera vez. —Activó la Invigoración para echar un vistazo a Elysia justo a tiempo para verla golpear de nuevo, esta vez con sensación.
—¡Yo también lo sentí! —Kamila empezó a llorar, su voz quebrada por hipidos—. Dioses, estoy tan feliz de haber faltado al trabajo. Este es el primer movimiento de Elysia y pudimos compartir este momento juntos.