Puntos de Inflexión (Parte 1)

Después de la insensatez y las fiestas de la adolescencia de Elphyn, solo quedaba la Fragua. Después de incontables horas dedicadas a dominar todas las técnicas de Ripha, Elphyn había empezado a respetarla como una madre y como Maestra de Forja primero y luego como persona.

Le ayudó a quitarse la lana de resentimiento de los ojos y dejar de ver su relación a través del filtro de su trauma. Tras años trabajando en la Fragua al lado de Ripha y en ella misma, Elphyn logró liberarse de sus cadenas autoimpuestas.

Ahora podía reconocer el amor y el esfuerzo que Menadion había puesto en criarla después de la muerte de Threin. Su madre había hecho tanto por ella, pero Elphyn nunca lo había notado porque seguía mirando hacia otro lado.

Había estado intentando arreglar las cosas con Ripha por unos meses, pero al darse cuenta de lo mal que había tratado a Menadion durante todos esos años, Elphyn se avergonzaba tanto de sí misma que nunca encontraba la fuerza para disculparse.