Un Gran Comienzo (Parte 2)

—¿De qué estás hablando? —preguntó Lith, obteniendo de Quylla el holograma de lo que parecía ser un melocotón, excepto que era de un azul brillante y su forma era ligeramente diferente.

—Puedo explorar la zona mientras descansas —propuso Aalejah—. Los Dewan no me molestarán y aunque me encuentre con otros elfos, siempre puedo decirles que soy una Cronista. El bastón del Yggdrasill es más que suficiente para avalar mi estatus y asegurar mi seguridad.

—Mejor no lo hagas —sacudió la cabeza Ajatar—. Si te invitan a su casa, no podrías negarte y en ese momento, tendríamos que buscarte. Además, considera que el engaño no es una buena manera de comenzar una relación, y menos aún negociaciones sobre la ayuda de los elfos con la situación de Jiera.

—Tienes razón, lo siento —suspiró ella—. Es solo que no puedo esperar para ver cómo le va a mi gente lejos del Árbol del Mundo. Por un lado, fuimos bendecidos porque sabíamos todo sobre Mogar incluso desde nuestro aislamiento.