Maniobras Evasivas (Parte 2)

—¿Eso es todo? —dijo El Rezar con incredulidad—. ¿Saliste para una siesta? ¿Y de qué exactamente te estás recuperando?

—No salí para una siesta —bufó Morok ante la acusación—. Es solo que una vez que había terminado, no tenía sentido retarte a un concurso de miradas. Solo era la mejor manera de pasar el tiempo mientras ustedes dos se recuperaban. ¿Podemos volver adentro?

—No —negó con la cabeza Faluel—. ¿Terminaste de hacer qué, exactamente?

Ella lo miró con la Visión de la Vida, su fuerza vital sin cambios y su aura azul desprovista de cualquier raya violeta.

—Llámame cuando estés listo —dos hechizos rápidos y Morok volvió a su sueño de belleza sin molestarse en responder.

—Dioses, cómo lo odio —dijo Nalrond después de Silenciarse a sí mismo y a Faluel—. Primero de su especie, encontró y se casó con la mujer que ama y sin preocupaciones, actuando como si todo fuera un juego.

—¿No podrías decir las mismas cosas sobre Lith? —inclinó su cabeza con curiosidad Faluel.