Más que Poder (Parte 2)

—Nada de lo que haces es suficiente. Nada de lo que los demás hacen por ti es suficiente. Incluso cuando suceden cosas buenas, no las aprecias porque no están a la altura de ese maldito día —dijo Marth.

—¡Buenos dioses! —dijo Lith al comprender finalmente el problema.

—Es como llevar constantemente bolas y cadenas que te pesan todo el tiempo, sin importar dónde estés o con quién estés. Es una pesadilla. —Marth cerró los ojos y se pellizcó la nariz.

—Además, así funcionó para mí. No hay garantía de que Kamila experimente lo mismo. Puede que necesite más tiempo, menos tiempo o algún tipo de detonante. Solo los dioses lo saben.

—¿Alguna sugerencia? —Varios planes surgieron en la mente de Lith, pero los descartó todos porque su esposa no era un problema a resolver, sino una persona que necesitaba su ayuda.