—Es para evitar cambiaformas, asesinos o secuestradores. —Salaark fue la primera en mostrar a los Reales cómo se hacía.
Los guardias no le perdonaron nada y la trataron solo con un mínimo de cortesía hasta que ambos, sus instrumentos y técnicas de respiración, confirmaron su identidad.
El Rey y la Reina no disfrutaban ser tratados como criminales, pero si incluso el Señor Supremo tenía que someterse a tal tratamiento, ellos no tenían razón para protestar. Su sorpresa solo creció cuando Milea y Leegaain también llegaron y no recibieron ningún pase libre.
—¿Qué está pasando? —preguntó Sylpha.
—Como dije, los Reales deben ir primero, pero hay más que solo ustedes dos. —Salaark respondió—. El Desierto reclama sus derechos de sangre por ascendencia paterna. Considero a Elysia parte de mi Nido hasta que ella me diga lo contrario.
—Y el Imperio reclama sus derechos de sangre por ascendencia materna —confirmó Milea—. Estamos involucrados con este bebé tanto como tú. Su abuelo…