Aún así, le bastó al Dragón con un movimiento de su mano escamada para alterar las coordenadas de la formación mágica y hacer que presionara sobre los no muertos en su lugar, obligándolos a luchar contra el cambio constante de la atracción gravitatoria solo para mantener su carne unida.
—Si el miedo no es suficiente para hacerte hablar, el dolor lo será. —El Dragón abrió su boca, lanzando un suave chorro de Llamas del Origen que envolvieron a Ruksha.
Para sorpresa de todos, no afectaron el suelo de piedra, el arreglo de Caída de la Luna, la armadura de Ruksha, ni siquiera su ropa. El Ghoul parecía ileso, pero gritaba con todas sus fuerzas en agonía como ningún no muerto lo había hecho antes.
Se suponía que eran inmunes al dolor, sus cuerpos solo eran recipientes para la energía necromántica que los animaba. Muy pocas cosas podían herirlos, y para eso, la Fusión de oscuridad se suponía suficiente.