Aún Ardiendo (Parte 2)

—Es nuestro calor y afecto lo que convirtió una abominación en un padre y esposo amoroso. Incluso si Lith no compartiera una sola gota de nuestra sangre, no lo amaría menos por ello y aún lo llamaría mi hijo —dijo Raaz.

—¿Así que eso es todo? —preguntó Leegaain.

—He esperado diecisiete años para que Lith me dijera que era un híbrido Despertado. Puedo esperar diecisiete más. Puedo esperar tanto como los dioses me den en Mogar, no me importa —Raaz salió de la zona de Silencio y fue al rescate de Lith.

—¿Cómo pudiste hacer eso? ¡Elysia es solo una niña! —Elina acunaba a la pequeña niña que aún lloraba en sus brazos—. Los bebés están destinados a cometer errores y es nuestro deber como padres detenerlos y enseñarles algo mejor.

—No asustarlos así y hacerlos sentir culpa para darles una lección.

—Estoy de acuerdo contigo, mamá —respondió Lith—. El único problema es que los bebés de su edad no deberían hacer nada. ¡Mira a Surin!