—¿Puedes redirigir nuestras Llamas Primordiales como hiciste con el proyectil de Trueno Estrellado? —preguntó Lith.
—Depende. ¿Pueden ustedes controlarlas lo suficientemente bien para no devorar mi hechizo? —respondió Friya.
La Hécate y el Tiamat intercambiaron una mirada avergonzada que respondió más fuerte que cualquier palabra.
—Entonces no —dijo Friya—. Si Alcance colapsa y sus Llamas Primordiales se descontrolan, estaremos muertos en un segundo.
—Juguemos a lo seguro, entonces —dijo Tista—. Voy a entrar en combate cuerpo a cuerpo. Por favor, desvía con Magia Dimensional cualquier ataque lo suficientemente fuerte como para derribarme. Me ocuparé del resto.
—Puedo hacer eso. No hay mucho que pueda hacer mientras espero que Trueno Estrellado se recargue de todos modos... ¿Qué? —Solus emergió del suelo con un conjunto completo de hechizos listos.