—Siéntate —dijo Salaark y Shargein obedeció, encogiéndose al tamaño de un niño humano bajo su mirada enojada—. Esperaba más de ti. Mami está triste.
—¿Triste? —el Wyrmling gimoteó, exponiendo su barriga en sumisión y extendiendo sus extremidades en una súplica silenciosa de afecto.
—Sí, triste. Sin Acumulación, sin enseñar a otros y sin magia hasta que yo lo diga. ¿Estamos claros? —ella preguntó y después de que él asintiera, ella lo levantó—. Madre Grande Todopoderosa, esto va a requerir mucho trabajo.
—¿Y nosotros? —preguntó Lith.
—¿Y ustedes qué? —Salaark frunció el ceño.
—¿Qué pasa si Elysia y Valerón usan Acumulación? Más importante aún, ¿tienen Ojos de Dragón o no? —Lith estaba asustado y emocionado a la vez con la idea.
Asustado porque lidiar con bebés con Ojos de Dragón era una pesadilla y necesitaría ser extra cuidadoso cada vez que los llevara a la torre. Emocionado porque si Elisya podía aprender Ojos de Dragón, entonces él también podría.