Secretos Perdidos (Parte 2)

—¿Qué quieres decir? Sé cómo funciona. Almaceno un hechizo y luego lo lanzo —respondió Tista.

—Sí, ese es uno de los poderes de la Boca, pero no el único —Solus se rió entre dientes.

—¿En serio? —Lith y Tista dijeron al unísono—. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque hasta ahora yo tampoco lo sabía —Solus se encogió de hombros—. Mientras esperábamos que el Hurto se estabilizara, hice que los Ojos se enfocaran únicamente en la Boca de Tista. Así fue como aprendí sobre otra de sus funciones interesantes.

Los Ojos del Aprendiz fueron ideados para ser incapaces de analizar cualquiera de las obras maestras de Menadion. Era una medida de seguridad para asegurarse de que el discípulo que poseía los Ojos no pudiera usarlos para reproducir las otras piezas del Conjunto, si no la torre misma.

—¿Cómo pudimos pasarlo por alto durante tanto tiempo y cómo pudiste estudiar la Boca tan rápidamente? —preguntó Lith.