"En una habitación silenciosa, solo se oía a Paola murmurar para sí misma mientras dibujaba.
—Este es Papá, y esta es Mamá. Ahora voy a dibujar a mi hermano y a mí —la voz de Paola resonó en la habitación.
Candice sostenía el diario y miraba todo lo que había dentro.
—Amo a Papá y Mamá más que a nada, y a Hermano... —la voz de Paola sonó.
Ella era simplemente despreocupada y feliz.
—Quiero vivir con Papá, Mamá, y Hermano para siempre…
—Mamá —de repente Paola levantó la vista y llamó a Candice—, Mamá, ¿puedes escribir algo para mí? Quiero los nombres de Papá, Hermano, y tuyo en esta imagen.
Los ojos de Candice parpadeaban, y miró directamente a Paola, seria y cuidadosamente.
—¿Mamá? —Paola estaba confundida por la mirada de Candice—, ¿Estás llorando?
La garganta de Candice se movió ligeramente, y una lágrima rodó desde la esquina de su ojo. Mientras lo limpiaba con su dedo, las comisuras de su boca se curvaban en una tenue sonrisa autodespectiva.